El ascenso del líder nato: la historia de Francisco Villa

El ascenso del líder nato: la historia de Francisco Villa

La victoria de Ciudad Juárez por el nuevo jefe revolucionario fue decisiva para que Porfirio Díaz dejara el poder.

El ascenso del líder nato: la historia de Francisco Villa (Mario Trillo)
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Fue a mediados de 1910 cuando Abraham González, el principal líder antirreeleccionista en Chihuahua, quien se pone en contacto con Francisco Villa para hacerlo partícipe del Plan de San Luis, donde Francisco I. Madero convocaba a una revolución y así liberar al país de un régimen de gobierno de 30 años. ¿Por qué el señor González tuvo interés de meter al movimiento armado a un bandido? La respuesta es obvia, Pancho Villa no era solo un bandido, era una persona dotada por la naturaleza, un líder nato graduado con honores por la escuela que da la vida.

Los primeros revolucionarios del norte de México se aglutinaron en torno a la proclama del Plan de San Luis, donde se llama a pelear contra la tiranía porfirista.

Los primeros revolucionarios del norte de México se aglutinaron en torno a la proclama del Plan de San Luis, donde se llama a pelear contra la tiranía porfirista.AGE

Primeros hechos de armas

Para aquellos 16 hombres, el 17 de noviembre, empezó formalmente la revolución en la Hacienda de Zubía, en las cercanías del poblado de San Andrés.

Poco después, obedeciendo la orden de Abraham González reconoció Villa como jefe a Cástulo Herrera, mientras en ciudad Guerrero se levantaba en armas Pascual Orozco, José de la Luz Blanco y Marcelo Caraveo. Villa se adueña del pueblo de San Andrés en compañía de 375 hombres. Con esa victoria los novatos soldados festejaron el triunfo disparando sus armas al aire, fue cuando Villa imponiéndose a su jefe les gritó: “No hemos ganado nada, no desperdicien el parque, muchachitos, falta mucho por hacer”. La personalidad y liderazgo del Centauro del Norte en batalla hizo que los hombres lo nombraran “jefe” sin que él lo pidiera, desplazando con esta acción a Cástulo Herrera.

El primer combate formal lo presentó a las afueras de Chihuahua en un pequeño cerro llamado el Tecolote, el 28 de noviembre, donde Villa y sus hombres fueron derrotados, incluso el mismo caudillo revolucionario lo hirieron en una ceja, y Leónides Corral tatarabuelo de quien escribe el artículo entregó su vida. Así, para los primeros días de febrero el nombre de Pancho Villa ya estaba en boca de todos y su fama iba en ascenso tal como la revolución. El 14 de febrero Madero se interna en el país, procedente de San Antonio, Texas, y conoce a Villa en la localidad de San Andrés, donde lo nombra con el grado militar de coronel.

La batalla de Ciudad Juárez fue la decisiva para que Porfirio Díaz renunciara al cargo de presidente. Una vez más Francisco Villa se destaca, y a pesar de los consejos de Peppino Garibaldi al señor Madero donde afirmaba que la plaza era imposible de tomar, pues logra el triunfo junto con Pascual Orozco a tal grado de que Madero le dijo: “No te creo, Pancho, cómo que la plaza fue tomada”.

A finales del 10, Villa se lanza a las armas de nuevo defendiendo al gobierno de Madero, y entra en las filas de la División Norte que comandaba entonces el general Victoriano Huerta, con el que chocó continuamente. Villa fue nombrado jefe de guías de las fuerzas irregulares de la División del Norte que comandó Victoriano Huerta. Siempre Villa fue enviado junto con sus “muchachitos” a las misiones más difíciles y arriesgadas con la intención de que fueran las balas enemigas quien terminaran con su vida. Batallas como la de Puertos Conejos, Bachinva y de Rellano, para entonces surgió en buena parte del pueblo aquel grito de: “¡Vámonos con Pancho Villa!”. Huerta quiso cortar la ascensión de Villa de raíz, por tal motivo le inventó un delito y lo condenó a pena de muerte, siendo convencido después para que cumpliera cárcel en la prisión de Lecumberri.

Aquí, una de las fotografías más célebres de Francisco Villa al frente de la entonces poderosa División del Norte durante su campaña en Chihuahua, enero de 1914.

Aquí, una de las fotografías más célebres de Francisco Villa al frente de la entonces poderosa División del Norte durante su campaña en Chihuahua, enero de 1914.LIBRARY OF THE CONGRESS-OJINAGA

Cunde la revolución

Con el asesinato del Presidente Madero, Villa una vez que se fugó de la cárcel, se interna por la frontera de Ciudad Juárez al país en compañía de nueve hombres el 9 de marzo de 1913, la suerte ya estaba echada. Por esos días se le unió el primer militar de carrera, de los muchos que llegó a tener su ejército, me refiero al coronel Juan N. Medina. Entonces, fue tanta la confianza depositada en el coronel, que el mismo Villa llegó a decir: “Cuando Medina vigila podemos dormir con los zapatos puestos y a pierna suelta”. Poco a poco fue convocando a sus antiguos compañeros de armas quienes, sin dudarlo mucho, pasan lista de “presente” ante el tornado de la revolución. A los 11 días de caminata llegan a San Andrés, donde se le unen sus hermanos y otros hombres más. Antes de dos meses contaba ya con 300 fieles, la campaña ya había comenzado.

Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila y nombrado primer jefe del Ejército constitucionalista, asciende a Francisco Villa a general de brigada el 23 de mayo de 1913. Ya con el movimiento constitucionalista contra Huerta, encabezados por Venustiano Carranza deciden lanzarse a la guerra revolucionaria.

Un aviso del gobierno de EUA ofreciendo una recomprensa por Villa y sus hombres tras la incursión que hicieran en el pueblo de Columbus, Nuevo México, en marzo de 1916.

Un aviso del gobierno de EUA ofreciendo una recomprensa por Villa y sus hombres tras la incursión que hicieran en el pueblo de Columbus, Nuevo México, en marzo de 1916.ASC

La gloriosa división del Norte

El día 25 de septiembre en la Hacienda de la Loma, al margen del río Nazas, se fueron reuniendo los diferentes jefes que, bajo la misma bandera del Constitucionalismo, operaban en el estado de Chihuahua. En tanto, reunidos todos los principales generales, se propuso la elección de un solo mando, resultando como general en jefe de todas las fuerzas el general Francisco Villa. Así, en noviembre de 1913 nacía la legendaria División del Norte, constituyendo el ejército popular más numeroso de Latinoamérica, contando con hasta 50,000 hombres. 

La primera batalla de la División del Norte fue en Torreón, que toma la plaza a las 10 de la noche del 1 de octubre de 1913. La lista de lo incautado al enemigo: 300 granadas, 300 magníficos fusiles, medio millón de cartuchos, varias ametralladoras, así como 40 locomotoras, así se abastece con un impresionante botín de guerra la División del Norte, sin olvidar los 11 cañones, entre ellos uno que había de ser el célebre, El Niño, el cual era una pieza de artillería de 80 mm, con 1,250 kilogramos de peso, montado sobre la plataforma blindada de un convoy de ferrocarril; el alcance de este ‘niño’ era de 26,000 metros. Era muy común escuchar a Villa decir: “¡A qué hora empieza a llorar el niño!”.

Observamos a Francisco Villa rodeado de su Estado mayor posando para la foto y mostrando el botín de guerra, un cañón de artillería arrebatado a las fuerzas federales.

Observamos a Francisco Villa rodeado de su Estado mayor posando para la foto y mostrando el botín de guerra, un cañón de artillería arrebatado a las fuerzas federales.LIBRARY OF THE CONGRESS

“El Napoleón Mexicano”

Sus aciertos militares son reconocidos por la prensa internacional, el empleo del ferrocarril, el uso estratégico de la caballería, la guerra nocturna. Sus acciones tácticas le hacen conquistar varias ciudades importantes, incautando gran cantidad de armas y material bélico. En Ciudad Juárez, Villa ordena que no hubiera más fusilamientos, y para devolver el favor decidió perdonar la vida al jefe de la guarnición, al que permitió, con disimulo, ocultarse y pasar al lado estadounidense, pagando con tal gesto la deuda que tenía entonces con el general Francisco Castro cuando éste se interesó por salvarlo en aquella ocasión en que Villa fuera condenado a muerte. Sus constantes triunfos hicieron mella en los periódicos sensacionalistas de la época que lo comenzaron a llamar: “El Napoleón Mexicano”.

El primer éxito político-militar de las fuerzas villistas fue con la toma de Torreón en octubre de 1913, fue el bautizo de fuego de la flamante División del Norte.

El primer éxito político-militar de las fuerzas villistas fue con la toma de Torreón en octubre de 1913, fue el bautizo de fuego de la flamante División del Norte.LIBRARY OF CONGRESS

Villa gobernador 

El ya afamado general Francisco Villa, para enojo de muchos y elogio de otros, obedeciendo conforme a lo establecido en el Plan de Guadalupe, se convierte en gobernador del estado de Chihuaha durante sólo un mes, enero de 1914, ya que posteriormente renuncia a su cargo. Aunque luego tuvo gran influencia en el general Manuel Chao, nombrado gobernador del estado por Venustiano Carranza. Villa incluso quiso fusilarlo por sus acciones de gobierno, aunque Chao se mantuvo fiel al villismo uniéndose a la lucha en la toma de Zacatecas.

Como gobernador, intentó, en el poco tiempo del que dispuso, resolver varios problemas endémicos del estado. En el plano económico, Villa se percató de que no había moneda en circulación y emite un decreto para la creación del Banco del Estado, con todas las garantías necesarias al público que necesite de sus servicios. Se imprimió una emisión de billetes contabilizando hasta $10,000,000.00 (10 millones de pesos) y fue ahí donde el gobernador le demuestra su desprecio al usurpador Victoriano Huerta, mandando a acuñar lo que hasta hoy es la única moneda del planeta que le ha deseado la muerte a un presidente. Con valor de un peso y acuñada en plata tenía la leyenda: “Muera Huerta”. Se dictó la ley seca para los soldados, se construyeron escuelas, se estableció la luz eléctrica y se confiscaron propiedades de los más ricos del estado como lo fue la familia Terrazas y Falomir.

Al renunciar a su puesto, se dirige con rumbo a Ojinaga, último bastión en poder del Ejército federal en Chihuahua. Aquel 10 de enero de 1914 tomó rápidamente la plaza. Sería en esta ciudad donde se inmortalizó su figura montando a caballo y quizá posando para la foto. Ése sería el retrato más famoso del “Centauro del Norte”. Por primera vez se mostraba a un Villa justiciero, revolucionario, militar y no al bandido que muchos creían que era, y que luego la prensa se encargó de construir, sobre todo la estadounidense, después de Columbus.

El distanciamiento entre Villa y Carranza era sabido por toda la gente del norte. El primer jefe pide la renuncia de Villa como jefe de la División del Norte. Entonces, una vez más queda la prueba del valor, liderazgo y carisma de Villa. Todos sus generales, jefes y oficiales lo respaldan aún como jefe, y la División marcha de manera independiente al último bastión del Ejército federal: Zacatecas. El entusiasmo de la tropa era tanto que gustosos abordaban los trenes. Hombres, mujeres, niños, familias enteras marcharon con Villa a unir su destino con su jefe. En tanto, unos soldados muy arriesgados ataban debajo de los vagones sus hamacas y así viajaban casi rosando su cuerpo con los durmientes de la vía.

Al término de esta serie de grandes batallas el hombre convertido en ‘centauro’ regresó a Chihuahua cubierto de gloria. En el Teatro de los Héroes, Venustiano Carranza queda sorprendido de los muchas muestras de afecto que el pueblo de Chihuahua le brindaba al triunfador de Tierra Blanca, Juárez, Ojinaga, Torreón... 

El 23 de junio terminan las aspiraciones de Huerta. Lo que había pasado en Chihuahua desde 1913 hasta la batalla de Zacatecas fue el tiempo que una dictadura fue acabada por un solo hombre, Francisco Villa. El 8 de septiembre de 1914 Venustiano Carranza asciende a general de división a Francisco Villa. Zacatecas representaba el triunfo constitucionalista; a partir de ese momento la Revolución mexicana toma un rumbo distinto y continuó la lucha seis años más. Para tratar de alcanzar la paz los grupos revolucionarios se reúnen en Aguascalientes. Por cada mil hombres cada facción podía hacerse presente de un general; los villistas se hicieron con más de 30 generales, puesto que era el ejército más numeroso. Sin embargo, Carranza, después de la Convención de Aguascalientes decidió aliarse con Álvaro Obregón, derrotando a Villa en la batalla de Celaya, en 1915. Tuvo que ver la mala estrategia de Villa y la munición en mal estado que había adquirido. 

La expedición Punitiva estadounidense de 1916 al mando del general ‘Black Jack’ Pershing, buscó, sin éxito, a Villa en México; sólo acrecentaría la fama del jefe revolucionario.

La expedición Punitiva estadounidense de 1916 al mando del general ‘Black Jack’ Pershing, buscó, sin éxito, a Villa en México; sólo acrecentaría la fama del jefe revolucionario.US ARMY

Desde ahí varias derrotas seguidas hicieron que muchos de sus hombres desertaran o incluso intentaran atentar contra él. Varias derrotas más casi acaban con su fama y su ejército, hasta que llegara la invasión a Estados Unidos, en el pueblo de Columbus el 9 de marzo de 1916. Si bien la toma de Columbus no fue un acierto militar, el nombre de Villa salió muy reforzado en el calor popular, sobre todo al escapar de la expedición punitiva del general Black Jack Pershing. Así fue, a grandes rasgos, el ascenso de un hombre que pudo penetrar en las entrañas de un pueblo, un hombre cuya educación fue casi nula y que tuvo la capacidad de negociar el rumbo de la causa revolucionaria. Muchos aportaron su vida y deseos a la revolución, no se puede dejar todo a una sola persona, porque sería desgraciado el país que ve a un solo hombre para salvarse, y maldito el hombre que cree que, él sólo, puede salvar un país.

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