Qué película tan divertida, la verdad, con Ryan Gosling en el estelar como un doble de películas de acción llamado Colt Seavers, a quien conocemos soportando al actor estrella de una película de nombre Tom Ryder (Aaron Taylor-Johnson), un divo insoportable, pero muy taquillero, que no reconoce el trabajo de su colega.
Jody Moreno (Emily Blunt) es quien controla la cámara y el corazón de un Colt que teme perderlo todo luego de un terrible accidente. Sin embargo, la vida da un giro cuando Moreno asciende a la silla del director y es de nuevo Seavers quien está a bordo en un rodaje en Sídney, Australia.
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Sin embargo, la película no promete mucho, por lo que Colt hace todo lo posible para que los efectos con sus acrobacias atrevidas sean impecables, hasta que el reto pasa de estar frente a una cámara, a involucrarse en un tremendo lío con el crimen organizado tras la desaparición de Ryder, quien no andaba en buenos pasos.
Entonces, la labor del doble se convierte en una aventura que combina la acción con la comedia. Qué mejor papel para Gosling, quien, bajo la dirección de David Leitch, simplemente brilla. Blunt es una actriz de primera línea, y aquí juega con todos los matices para que su papel funcione como debe ser, según el guion de Drew Pearce, un poco extendido con un final que tarda demasiado en llegar, pero bueno, a veces pasa con este género. ***
Punto final. – Ahí viene otra entrega de la saga de “El planeta de los simios”.
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