Ninetto se va -

Un punto de encuentro para las alternativas sociales

Ninetto se va

Josep Torrell Jordana

Actualmente todas las obras de Pier Paolo Pasolini (las novelas y los cuentos, las piezas teatrales, los artículos políticos, los escritos sobre el arte, los guiones, los escritos de literatura y arte y la poesía) se publicaron en Italiano en I Meridiani (de la casa editorial Mondadori), en diez volúmenes (más dos dedicados volúmenes en Cartas, que habían aparecido antes en Einaudi).

Con respecto al anterior Bestemmia. Tutte le poesie aparecieron muchas obras inéditas. La de Mondadori tuvieron varias ediciones, aunque hoy están agotadas varias de ellas.

En 2003, Tutte la poesia (en dos volúmenes), se publicaron íntegramente las 122 poesías de 1971-1973 de L’hobby del sonetto (El aficionado al soneto). El poemario no se editó como libro, porque fue el regalo a Ninetto Davoli en ocasión de su matrimonio con Patricia Carlomosti.

Durante treinta años, este libro no ha sido publicado (menos algunos versos que se vieran en el libro de Enzo Sicialiano, la mejor biografía, hecha tras la muerte de Pasolini. Pero desde 2009 L’hobby del sonetto no se ha reeditado nunca jamás.

L’hobby del sonetto es un libro atroz y desgarrador que muestra el espantoso estado de Pasolini, porque su relación con Ninetto se rompía: una relación que constituía parte fundamental de su vida privada durante los últimos casi nueve años anteriores de la vida de Pasolini.

A pesar del título, el texto no tiene que ver con L’hobby del sonetto, como comenta también  Walter Siti: los sonetos son solamente unos pocos ejemplos. No abundan los endecasílabos, pues los versos a menudo se acercan hasta las 22 silabas, y tampoco abundan los tercetos. La carpeta que contenía los originales fue comprada el 4 de setiembre de 1971 en Londres por la Bushey (una carpeta en cartón con un pequeño porta-documentos).

La fecha es importante: los versos escritos en Londres no son los primeros que aparecen en L’hobby del sonetto. Esto es típico de Pasolini. Algunos de los versos se guardan un largo tiempo hasta haber sido corregidos; y los lugares que ocupan el principio y al final los decide él mismo.

Si bien entre los poemas, hay algunos ya corregidos y terminados por el autor, pero otros son borradores, la ordenación del material en el libro ha sido decidida por el autor, y ésta no es cronológica.

El primer contacto entre Davoli y Pasolini se produjo en el rodaje de La ricotta (1963), en el que un vecino de Ninetto le presentó a Pasolini. Pier Paolo tenía entones cuarenta años. Ninetto tenía catorce. Siguieron juntos desde este momento hasta 1972. El sexo entre ellos desapareció al poco tiempo, y relación se convirtió en una solida amistad: un ágape claramente sensual, en el caso de Pasolini.

Es cierto que el Pasolini romano sufrió varios reveses a lo largo de su vida, que, en principio, superó. El primero, fue el tránsito de la poesía «de los ridículos años cincuenta» a la forma libre de Poesía en forma de rosa (1960-1964); y luego fundamentalmente, Pasolini casi dejó la poesía por el cine (1961). Una noche de marzo de 1966, en el restaurante de Portico d’Ottavia, le encontraron yacente en el suelo, con todo el cuerpo ensangrentado, pálido y gimiendo «no me dejéis, no me dejéis». Moravia y la Maraini lo transportaron al hospital: tenía una crisis de úlcera. Tuvo que estar un mes y medio inmóvil (aunque este tiempo lo pasó escribiendo las que serían su serie de 6 obras de teatro).

Hubo otro revés que fue menos público. Pajaritos y pajarracos (1966), no recaudó casi nada en Italia.

Mayor fue el revés padecido tras el estreno de la película Teorema (1967) que suscitó el escándalo, la censura e incluso, en los círculos católicos, se pidió que se despojara a Pasolini del galardón que mereció por Il evangelio según Mateo (1964).

Pocilga (1969) fue abucheada por la crítica y el público, y no consiguió recaudar casi nada; y Medea (1969, pero estrenada en 1970), sólo consiguió mejor suerte por contar con Maria Callas como protagonista.

La venta de su libro  Transhumanar e organizar (1971) no consiguió ni una crítica buena: se silenció su aparición, y el propio Pasolini tuvo que hacer en junio de 1971 una recensión de su libro.

A este conjunto de desastres económicos se añadieron otros desastres financieros: viajó mucho con Maria Callas (pagándose los billetes de avión) y, haciéndole caso a Ninetto, acabó comprándose en otoño de 1970 la Torre de Chia (Viterbo), Pero la remodelación fue bastante costosa: se modificó drásticamente para convertirla en  casa-estudio, con grandes vidrieras (que van de arriba a abajo), y  pabellones recubiertos de madera, con una sujeción al techo hecha con cemento. El coste fue elevado.

Cine, viajes y la torre de Chia amenazaban con ser una total bancarrota económica inminente. La solución fue abandonar el lenguaje de Medea y realizar la Trilogía de la vida, que le proponía hacer su primo Nico Naldini (alto ejecutivo de las Produzioni  Europee Associate, versión italiana de la United Artists), aunque quien, al oírle hablar, durante una conversación veraniega, del posible proyecto de El Decamerón, fue Alberto Moravia, quien dijo que era una espléndida idea.

Pero los costos de los inmuebles en que vivía Pasolini iban siendo cada vez más insostenibles y resultaban ser una de sus contradicciones vitales más flagrantes. De vivir, Pasolini, literalmente en borgate  de un solo cuarto (cuando  su madre servía como criada en un casa burguesa), pasó a alquilar cada vez mejores pisos, para traerse a vivir con él a su madre  y mejorar así sus condiciones de vida, y llegó a alquilar, en mayo de 1963 un piso en Via Eufrate 9, en Monteverde. Pero cuando compró la torre de Chia, el gasto de la compra, junto lo que costó amueblarla,  hizo que se desencadenara en Pasolini una tempestuosa contradicción interna entre el lujo de esa  fabulosa segunda residencia y el odio visceral de Pasolini hacia la clase burguesa. Vivir la doble situación (construcciones/odio) entrañaba un conflicto  tan agudo como un oxímoron en su interior.

Los nueve años de convivencia  con Ninetto, relación de cuyas crisis final hemos hablado, se encontrarán en numerosos versos de Pasolini. En el libro de 1971 –antes de  la crisis— un poema de Trashumanizar y organizar, titulado Comunicado a la Agencia de la Agenzia Nazionale Stampa Associata (Ninetto), se traza un  mapa de estos nueve años que han permanecidos juntos: «para él deber ser, ha de ser espectador: con los otros, / sus reacciones son contradicciones: no cree, / como muchacho moderno, en los mitos, sin embargo, lo sabe, / sólo cuando es realista es mítico, y viceversa. / No cree naturalmente en las fabulas: fábula hecha de nada / es la vida. /…/ Viene si viene, sólo si tengo aguante (un aliado soy yo): la eliminación del adversario se verifica míticamente / a codazos, o tal vez también, debo admitirlo, a cuchillazos. / ¿La negociación? Él protesta un poco, luego se resigna un poco. / ¿La agresión? Es cosa de todos los días. / ¿La retribución? (recompensa y venganza) no están calculadas. / En el proceso de empeoramiento y en el error, ni se piensa. / En la obligación, menos que nada. En el sacrificio, quizás, / si acaso esto, tal vez, sirve para obtener una cierta satisfacción / (capaz incluso de pagarla con la muerte)».

A la situación no demasiado halagüeña de sus fondos económicos, que hemos resumido,  vino a sumarse esa otra crisis, esta vez sentimental: Ninetto se va. El Primero de Mayo de 1971, Pasolini vio a Ninetto con una chica, en el otro lado de la manifestación. Cruzó el largo trecho que los separaba, pero al llegar al lugar no encontró a ninguno de los dos, ni a Ninetto ni a la chica. A la mañana siguiente le preguntó a Ninetto, pero recibió contestaciones muy poco creíbles. Hasta el día en que le comentó que la muchacha era una chica de barriada, se llamaba Patricia Carlomosti y que habían decidido contraer matrimonio: en enero de 1972, en concreto. Esto significaba la ruptura entre ellos y la mayor crisis interna que padeció Pasolini.

Pasolini mantuvo en secreto ante el público general  el estado en que se hallaba, pero no ante su círculo de amigos. En una carta a su amigo poeta Paolo Volponi, en agosto 1971 dice: «Ninetto está “finito”. Después de casi nueve años, Ninetto no está conmigo. La vida, para mi, ya no tiene sentido».

Algunas de sus reacciones son primarias, casi cándidas o pueriles. En L’hobby del sonetto constantemente se refiere esos versos referidos a Ninetto en los que analiza su forma de ser y las características de la relación entre ambos : «al proceso de empeoramiento y al error ni se piensa» en sus características.

Pasolini encontraba desahogo sentimental en sus cenas con Moravia y sus amigos íntimos. Una de esas noches, doliente,  hizo una desgarradora diatriba contra Ninetto; y Elsa Morante le espetó que era algo indecente no haber tenido en cuenta la responsabilidad por la diferencia de edad de Ninetto. Pasolini estaba fuera de sí, y siguió con su discurso. Entonces Elsa empezó a criticar a Pasolini –hacía poco que se había hecho simpatizante de las feministas-. Fue una discusión irascible en que se confrontaban muchas ideas  de origen feminista. Ninguno de los presentes se atrevió a intervenir, dada la altura de lo que se estaba diciendo (entre dos de los más íntimos y más queridos de los habituales a las cenas en algunos restaurantes).

A la mañana siguiente, Pasolini recapacitó y se arrepintió de lo que había dicho, y llamó a la Morante. Respondió al teléfono Moravia y con calma respondió: Tú sabes cómo es Elsa; no se va a poner: no quiere hablar contigo; y tampoco mañana: no quiere hablar contigo nunca más. Al asunto de  Ninetto se le sumaba la ruptura con Elsa Morante. El sentido de pérdida fue lacerante: su amiga se apartaba para no volver nunca.

Sin embargo, la ruptura con Ninetto, amplificaba lo que Carlo Emilio Gadda –antes de la relación con Ninetto— definía como el «erotismo numeroso y genérico de Pasolini», es decir: cada día sostenía una relación homosexual con un joven proletario, a salto de mata,  con el que nunca más volvería a sostener relación sexual. Pero esto se había convertido en un calvario deseado por Pasolini a comienzos de los cincuenta.

Con el devenir de los años, y ya en la década de los sesenta, el capitalismo había generado una homologación uniformizadora entre los muchachos: los muchachos de barriada  ya no se parecían a los chicos de veinte años, que aparecían en el libro Ragazzi di vita; los que en esos años, sostenían con él relaciones sexuales,  se parecía a los demás: eran burgueses.

En los últimos años, el «ensuciarse» del  erotismo proletario está estrechamente ligado al mundo del neocapitalismo: «ahora se puede decir que no existe ya ningún otro lugar […]: estamos todos aquí». Más aún: los muchachos que aceptan sostener una relación sexual, (previo pago de su importe) con él, le miran con cierto desaire y desdén, y él cumple el pacto, y paga, si bien con plena consciencia del sexo que estaba sosteniendo.

En I racconti di Canterbury (Los cuentos de  Canterbury, 1972) había ya contratado a Ninetto como actor de reparto. Los dos estaban en el rodaje inglés, por lo tanto. Cuando había que cambiar el sitio del rodaje, casi todos ignoraban que Pasolini y Ninetto estaban fatal, aunque esto no impidiera a Ninetto ir, casi en cada ocasión, en el coche que condujera Pasolini –para dificultar que nadie notara el malestar entre los dos—. Pero esta simulación llevaba a Pasolini a estar en un estado de máxima  extenuación nerviosa. Decía en El aficionado al soneto:

«Parecía que andábamos por lugares amigos; / pero no era así;  contento,  dejó al hombre / cerca de una tumba, en el silencio selvático» [Verso 20]

Pasolini empieza así el poemario: «Como el rocío que me ha despertado, milagrosa, / es aquella de cómo y dónde podría matarme». [Verso 1].

Pasolini alberga en su interior unos sentimientos bastante contradictorios entre sí, porque sería lógico el auto-acusarse como amante-patrón:

«¿Reprocharnos? ¿Acusarnos? No, no, sería demasiado cómodo / no quiero ser acusador ante mí deshonor. / Recomenzar la vida… ¿pero, como decirlo, ¿cómo?» [Verso 2)].

Pero: «Y luego soy como un perro que, para lavarse / se lame las heridas, sintiéndome mi abrazo, siendo mi costumbre, en este punto, me masturbo» [Verso 2]. «Las personas que tan sólo son un poco consoladoras, son también las personas más rígidas / (como soy yo) y  tienen su debilidad y la extorsión /de la feminidad» [Verso 6].

Vuelve al atroz trasfondo que siente en su interior: «La única verdadera solución sería que muriese» [Verso 4]; «El amor es, de todos modos, una conjugación /con la muerte: no deben haber dudas sobre esto // Pero ¿yo que hago con la vida?» [Verso 18]; «Fuiste el más grande, mientras  estuviste / de hecho; sin embargo, en torno a ti no hay nada; / la totalidad es solo tu presencia física» [Verso 22]. «Lo sé muy bien, qué es lo que sucederá luego, / eso no os importa. Lo sé bien, puesto que estoy muriendo.» [Verso 34].

En determinado momento, gira el centro del hilo del poema hacia la figura social de Ninetto: «Quizá sea ésta la sencilla filosofía de los pobres, que te dieron / con tanta firmeza y ha producido un acontecer / que viene impuesto, y es aceptado, pero como en el viento» [Verso 24]; «A la vida que habías elegido, por una / necesidad, que a tí te parece la justa porque es la única  / que estás dispuesto a devolver. Eres inmune / a la corrupción que ignoras; tú. Y luego todo te consuela» [Verso 34]; «Tu debilidad que era tu gloria / porque te convertía en indefenso y por ello feliz, / ahora es tu humillación. Habrías sido / sólo el  único ser humano a quien no pagarle por mi // propia felicidad (aunque yo no me ilusionara tanto), / aquella felicidad me parecía natural» [Verso 46]; «Maldito quien se resigna, como tú, a la realidad, / / que ni se compra , ni se vende; / incluso borrando el  afecto desbordado / o el dolor, no es posible saber si es odio o piedad» [Verso 48]; «la piedad / no la reconocéis, // no conocéis incluso mi muerte» [Verso 74]; o «desciende la noche sobre mí y me aterroriza el no verte» [Verso 95].

De los 112 versos, más de la mitad van en este sentido. Pero el rodaje de Los cuentos de Canterbury llega a su fin; y los chicos se reúnen para despedir a Pasolini, contándole lo mucho que han disfrutado con él, y expresándole el deseo de que vuelva de nuevo por Inglaterra.

Por primera vez Pasolini confiesa que algo «me aprieta el corazón»: «Todo lo que hicisteis –y lo que hagáis— / me encoge el corazón: habéis reaccionado / con gracioso desapego / a  lo que casualmente ha acaecido: a lo que fuera os he dado. / Sin que lo supierais, os he dado, la vida // ahora, tenéis la alegría aceptada: me sofoca/ si pienso en vosotros, por casualidad: me deja humedecido / por el llanto.  Vosotros, vosotros, tan alegres / vosotros, la alegría en persona – ahora que nada más puedo en el fondo // no puedo hablar de vosotros, mientras os pierdo» [Verso 70]. Me deja humedecido por el llanto: es una señal de algo diverso en él.

A  su regreso a Roma, Ninetto se ve presentado, dentro de la poesía en una variante del personaje: «De que tú seas ingenuo, no me cabe duda, / y también un embustero. Durante más de un año / has sabido tenerme oculto tu amor / con Patricia» [Verso 99].

Y así, el personaje de Patricia aparece ahora  como «víctima amante» (en los versiones 85-95 y 100): «Puedo sólo profetizarte un futuro doloroso // (lo sé muy bien  yo,  que me ha costado un año / el comprenderlo y me he arriesgado a no comprenderlo)» [Verso 89]; «He sufrido tanto: y no se trata de nosotros, sino que se trata / de dos criaturas ahora escindidas, en un mundo / que fue el suyo, y ahora está renaciendo en otras vidas» [Verso 94]; «la paz parece algo hecho o espero / que sirva par a ir adelante» [Verso 78].

El 25 de enero de 1972, Patricia y Nicotti, por fin, se casaron. Pasolini les echa una maldición: «Yo te vaticino que será una tragedia / y no un idilio» [Verso 91]. Y a Ninetto: «Te lo digo, ve con ella, queda en paz / no puedo evitarlo ¿no lo ves en mí?» [Verso 95], «pero tu estupidez / es misteriosa, y  alcanza siempre la estupefacción / como si cada cosa tuviera una extraña naturaleza » [Verso 108].

En 1973,  Pasolini está echando adelante el guión de Porno-Teo-Colossal  y recupera a Ninetto que ya había sido el protagonista en Pajarracos y pajaritos (1965) [Verso 78]: el antagonismo ha terminado.  Porno-Teo-Colossal iba a ser la primera película, después de Las Mil y una noches (1974). Pero Pasolini cambia de proyecto, y aunque Sergio Citti no se arriesgó a rodar Salò  (1975), Salò es la película que Rueda en vez de Porno-Teo-Kolossal (que quedó en un proyecto). Pasolini y Ninetto recuperaron su nueva amistad en 1973, tal como se vio en la película biográfica. Pasolini (2014), de Abel Ferrara, en la que se representa a los cuatro cenando animadamente (incluyendo al bebé de Ninetto y Patricia).

Quedan algunos versos del final, que poseen la característica impronta de la poesía de Pasolini: «Comparo mi soledad con aquella /de un hombre que ha vivido en un lugar remoto; solo  ante una vida/ ya completamente vivida, muerta ya, muero ya en la tierra / vida de la que no queda nada, y esto cesa de ser una fabulación.  // Tu vida la veo así: incluso antes de tu muerte para mí, tú fuiste / siempre lejano como los muertos, en una tierra mítica. /  Pero yo no puedo pretender tanto: / pobre hombre forzado a saberse vivo, / me invento un tiempo en el cual el cuerpo es de oro. / En el fondo de la historia, donde tu beatífico / estar aquí que te sostiene, contento, / es el sueño de mi mismo, y así me consuelo» [Verso 103].

En una última entrevista con Furio Colombo (un día antes de su asesinato), Pasolini declaraba literalmente «estamos todos en peligro». Casi todos los artículos que Pasolini presenta en los prensa cotidiana desde 1973 –que son lo que se van a publicar como Escritos corsarios y las Letras luteranas (éste último, publicado ya póstumamente)— son explicitas por sus reiteradas invocaciones: estamos todos en peligro.

Pasolini había estado investigando sobre el Ente Nazionale Idrocarburi y su presidente Eugenio Cefis (sobre el caso Mattei, sobre la logia P2, militar encubierto del SMI, sobre el caso Gladio, los atentados de Bolonia, y la estrategia de la tensión, etc.). Pasolini no creyó posible incluir aquello en la textura de su novela Petróleo (y se lo comentó a Laura Betti). Pero Eugenio Cefis no lo sabía. Y estaba dispuesto a ejecutar a cualquiera que escribiera sobre sus atentados políticos. Esto constituye, en resumen, la versión más explícita, la verdadera, sobre la maquinación contra Pasolini. Puesto que la extrema derecha no dejaba (ni deja) rastros de sus atentados.

 

NOTAS

L’hobby del sonetto (1971-1973) se publicó en Pier Paolo Pasolini: Tutte le poesíe III, Mondadori,  Milán, 2ª, 2009, paginas 1116-1332. Se citan en número del poema, en vez del número de página. Hay una «Note e notizie sui testi» de Walter Siti, en el que se cita la carta de Pasolini a Paolo Volponi.

La cita previa de Trashomanar e organizar está en Tutte le poesía, II en la página 77. Hay traducción castellana.

La cita sobre la burguesía como maldición social, está en Saggi sulla política e la società, en la página 1097. Hay traducción castellano, en El caos.

La cita de Carlo Emilio Gadda está en Enzo Siciliano: Campo de’Fiori, Theoría, Roma-Nápoles, 2018,  en la página 18.

La cita de Pasolini está Saggi sulla política e sulla societià, Mondadori, Milano, 2ª, 2001, pagina 2101.

La cita de la Poesia en forma de rosa se publica en Tutte le poesía, I, página 1183. Hay traducción castellana.

La última entrevista se halla en Pasolini: Todos estamos en peligro, Trotta, Madrid, 2008.

 

Agradezco a Juan-Manuel García Ferrer y a María José González (Gon) su tiempo para hacer este texto más entendedor que lo que era antes.

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