Mundial de Italia 1990: victoria de la Selección Alemana a las puertas de la reunificación | Palco23

Entorno

Mundial de Italia 1990: victoria de la Selección Alemana a las puertas de la reunificación

La cita mundialista de Italia se celebró en un momento de cambios a escala mundial: sólo siete meses después de la caída del Muro de Berlín y con países como Yugoslavia o Checoslovaquia en plena reconstrucción.          

Mundial de Italia 1990: victoria de la Selección Alemana a las puertas de la reunificación
Mundial de Italia 1990: victoria de la Selección Alemana a las puertas de la reunificación
El fin de la división de Alemania llegó en 1990, con el Tratado Dos Más Cuatro.

David García Martínez

14 may 2024 - 05:00

A lo largo de la historia, el deporte ha jugado su propio papel en la geopolítica mundial. Partidas de ping-pong, de ajedrez o incluso Juegos Olímpicos han sido determinantes en conflictos bélicos y movimientos civiles. Palco23 analiza los momentos en los que el deporte ha tomado un papel fundamental en el panorama político mundial.

 

Goles como inicio del cambio. El Mundial de Italia 1990 se celebró envuelto en un ecosistema de cambio mundial: la Guerra Fría se acercaba a su fin (1947-1991), el Muro de Berlín había caído apenas siete meses antes y países como Yugoslavia o Checoslovaquia asistieron al torneo por última vez como se las conocía por aquel entonces. Alemania fue uno de los países en los que el torneo impactó con mayor fuerza, en lo deportivo y en lo político.

 

Italia albergaba por segunda vez en la historia un Mundial de Fútbol de la Fifa, después de hacer lo propio en 1934. El país del sur de Europa llegaba en un momento de estabilidad política y económica y el torneo ofreció una oportunidad para que el país demostrara al mundo su capacidad para organizar un evento de gran envergadura. Para Alemania, el torneo jugó un papel importante en el proceso de reunificación y tuvo un impacto simbólico y emocional en la ciudadanía de Alemania.

 

El panorama de la década de 1990 era muy distinto al de catorce años antes, en el Mundial de 1974, cuando Alemania jugó con dos selecciones: la Alemania Occidental (República Federal de Alemania), el estado democrático y capitalista ubicado al oeste del Muro de Berlín, y la Alemania Oriental (República Democrática Alemana), el estado socialista y comunista ubicado al este del Muro. Pese a que no existía una división tan evidente, el país estaba aún fraccionado.

 

 

 

 

La selección entrenada por Franz Beckenbauer (Alemania Occidental) llegaba como una de las principales favoritas a la prueba y las previsiones no fallaron, ya que se proclamó campeona del torneo tras vencer por un gol a cero goles a la Selección de Argentina, en la que militaba Diego Armando Maradona.

 

La República Federal Alemana inició su periplo en el Mundial de 1990 en el grupo E, junto a Yugoslavia, Colombia y Emiratos Árabes Unidos. Dos victorias y un empate le dieron la clasificación automática al combinado alemán hacia los octavos de final.

 

Alemania se enfrentó a Países Bajos y, pese a que la selección germana pasó a semifinales, todos los focos los copó el encuentro entre Brasil y Argentina. Entre los ocho mejores equipos del torneo se mantenía Alemania, a la que se sumaron Italia, Inglaterra o Irlanda y Camerún, como revelaciones del torneo.

 

El combinado de Beckenbauer se deshizo de la selección inglesa y puso rumbo a la final contra Argentina, disputada el 8 de julio de 1990 en el Estadio Olímpico de Roma. Un gol de Andreas Brehme en el minuto 85 le dio la tercera Copa del Mundo a la Selección Alemana de Fútbol, que en 2014 se haría con su cuarta, y última, estrella.

 

 

 

 

Los buenos resultados en el terreno de juego se tradujeron en un optimismo generalizado entre la población del país. De hecho, el Mundial de 1990 ofreció a Alemania una oportunidad para proyectar una imagen positiva al mundo y cambiar percepciones internacionales. La reunificación alemana se percibió en gran medida como un evento pacífico y bienvenido en la comunidad internacional, y el éxito del torneo ayudó a consolidar esta imagen y a normalizar la nueva Alemania unificada en la escena mundial.

 

El éxito en el campo generó un sentimiento de orgullo nacional y sirvió como un impulso emocional para sus habitantes, además de aumentar el deseo conjunto de la reunificación del país, algo que ocurrió pocos meses después, con la firma del Tratado Dos Más Cuatro.

 

Este acuerdo fue firmado en 1990 entre la República Federal de Alemania, la República Democrática Alemana y las cuatro potencias que controlaban las zonas de ocupación aliada en Alemania tras el fin de la II Guerra Mundial en Europa: Francia, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Soviética, y puso fin a la división de Alemania.