La opinión de Laura – Giro 107: Pronósticos cumplidos en Rosa

Cuando hace ya varios meses se me propuso volver a escribir para Le Puncheur concediéndome la libertad de poder hablar de tópicos de ciclismo de interés propio, no me lo pensé. El que uno tenga un espacio para poder alzar la voz, hablar en nombre propio, y manifestar su opinión sobre ciertos temas de actualidad ciclista supone una oportunidad ciertamente atractiva.

En este artículo, voy a salirme un poco de la tónica habitual que caracterizan mis artículos y me tomaré ciertas licencias para exponer algunos temas extradeportivos que pude vivir en carne propia en este inicio del Giro de Italia 107 durante este fin de semana pasado, en Turín.

Creo que puedo hablar tanto por mí misma, como en nombre de los otros profesionales que formamos parte de este proyecto que es Le Puncheur, en lo que concierne al asunto que a continuación quiero exponer.

Le Puncheur es un humilde proyecto de comunicación digital de ciclismo. Humilde, sí, pero con metas ambiciosas por delante y, por descontado, con mucha ilusión de los que lo conformamos. Cabe remarcar que también es un proyecto que ha comportado y comporta muchos sacrificios, propios y ajenos, para poder tirar adelante y progresar con esta idea que surgió de la mano de Jorge Matesanz y Sergio Yustos, hace ya cuatro años con la anterior denominación del medio, High Cycling.

Le Puncheur es la suma de todos y cada uno de los que, a menudo o puntualmente, colaboramos con la producción y edición de contenido de ciclismo en la web y redes sociales como Instagram, Twitter, Youtube o Tiktok. Se podría decir que somos un conjunto de profesionales, algunos específicamente del ámbito de la comunicación, y otros venidos desde otros campos, que confluyen en un punto común: la ilusión y el amor por el ciclismo. Esto nos hace creer y aportar, en la manera que nos es buenamente posible, todo lo mejor de nosotros para ir creciendo, quizás más lentamente de lo que nos gustaría, en el ámbito de la comunicación deportiva especializada en ciclismo. Y es que hay que tener en cuenta que, ninguno de los que trabajamos en ello, lo hacemos como si fuese nuestro primer trabajo y fuente principal de ingresos.

Ojalá fuese así, pero siendo sinceros, los patrocinios y los recursos financieros de los que hasta la fecha se disponen no dan para según qué ventajosas condiciones. Condiciones actualmente inaccesibles, pero con la fe de que, a futuro, serán cotas alcanzables si se continúa haciendo buen trabajo y por el camino que hemos trazado. Así que se podría decir que todos hacemos encaje de bolillos para sacar tiempo de debajo de las piedras para poder formar parte de este medio e ir ofreciendo material y contenido que pueda ser de interés para los que, como nosotros, aman este deporte.

¿Por qué cuento esto? Por lo que hemos vivido en las últimas semanas desde la revista, al tener la intención de estar presentes en el inicio del Giro de Italia en Turín, por segundo año consecutivo. Una situación que, quizás para algunos resulte meramente anecdótica, pero para un medio tan pequeño como el nuestro supone una traba añadida de peso en el desempeño de la actividad profesional.

Lo cierto es que llevábamos organizando la asistencia al Giro de Italia desde hacía varios meses. Siempre hacemos una planificación de los colaboradores interesados en asistir a cada una de las competiciones de ciclismo profesional que suscitan más interés. Como muchos sabéis, yo suelo asistir a la mayoría de esas competiciones, pero otros colaboradores también lo hacen de vez en cuando, y así nos repartimos un poco las tareas de reporterismo.

Habíamos planeado volver por segundo año consecutivo a la Grande Partenza del Giro en su 107ª edición con inicio desde Venaria Reale y final en Turín. Un paisaje y un tipo de etapa completamente opuestos al inicio de la pasada edición donde la localidad de Fossacesia Marina era testigo del comienzo de la Corsa con una crono individual.

Como viene siendo habitual contactamos un mes antes con los responsables de acreditación de la organización. Cuál fue nuestra sorpresa cuando por parte de la misma nos negaron tal solicitud. El motivo, según ellos, priorizar la solicitud de medios potentes y locales de Italia. El sentimiento de impotencia e incomprensión por nuestra parte era plausible y más cuando el año anterior no tuvimos dificultad alguna para acceder a la misma. Hicimos cuanto pudimos y se nos dio la opción de asistir a cualquier etapa con acreditación, excepto a la primera y la última etapa (cosa que evidentemente no nos interesó ni habíamos contemplado), aparte de que se nos comunicó apenas a unos días del inicio del Giro. Otra muestra más de la gestión mejorable por parte de la organización. Y es que no es la primera vez que acontece algo similar.

Pienso que no son conscientes de lo que supone organizar y planificar un viaje para los medios no locales y el tiempo previo para ello es clave por un tema de presupuesto. No es lo mismo trabajar para una cadena televisiva con los recursos financieros que puede disponer que hacerlo para un pequeño medio digital donde cada detalle cuenta.

Tras recibir la negativa, no nos quedamos de brazos cruzados. A través de ciertos contactos que nos echaron una mano y nos atendieron y ayudaron en todo momento a los que estamos infinitamente agradecidos conseguimos una opción alternativa: la acreditación de invitado, no de prensa, aunque con acceso a diferentes áreas. Menos es nada. Decidimos tirar para adelante y volar hacia Italia con la intención y la ilusión de hablar con los cinco protagonistas españoles participantes en La Corsa Rosa de este año: Juan Pedro López (Lidl-Trek), Rubén Fernández (Cofidis), Pelayo Sánchez y Albert Torres (Movistar Team) y el jovencísimo Francisco Muñoz (Polti Kometa).

Al llegar a Italia volví a tener problemas para acceder a la acreditación. Nos la volvieron a negar una vez más, hasta que pude arreglar el entuerto perdiendo dos horas de tiempo de trabajo y con el protocolo del control de firmas en la salida de la primera etapa ya medio celebrado. Eso supuso que ya no pude hablar con ninguno de los protagonistas españoles con los que teníamos la intención de hablar ese día.

Toda esta situación dificultó, en gran medida, los objetivos que teníamos marcados en este viaje. Creo que el trato por parte de la organización podría haber sido mejor, pero evidentemente, pudimos comprobar que para las organizaciones de carreras de renombre tan asentadas, los medios de comunicación pequeños, y digitales, somos de segunda o tercera categoría, y les es indiferente el que estemos o no presentes. A pesar de ello, lo tomamos con deportividad y relativizando las cosas. A nivel personal la idea que resonó en mi cabeza al volver a España en el avión, y aplicable a todos los ámbitos de la vida, fue la siguiente: las situaciones cambian, la vida puede dar muchas vueltas y, siempre que sea posible, hay que intentar no quedar mal con nadie. Puede que el cupo de acreditaciones fuera limitado y con un número concreto de pases para los medios, pero dar espacio a una persona más, que ni quiera entra en la sala de prensa a ocupar un asiento o consumir alimentos y bebidas a disposición de los trabajadores de los medios y se mantiene exclusivamente en zona de buses o tras la línea de meta, no va a cambiar o dificultar mucho las cosas para la organización. La vida da muchas vueltas y siempre hay que intentar ser justo, generoso y quedar bien. Nunca se sabe si el día de mañana las posiciones en situaciones como ésta pudieran ser opuestas. Nunca se sabe si se puede llegar a dar el caso en que, a quien has negado el acceso en una ocasión, sea en el futuro la persona con la potestad para negarte ese acceso o acreditación a ti. Nunca se sabe y todo es posible.

Dejando los temas extradeportivos aparte y entrando en materia hay varios puntos en los que me gustaría incidir. Debo confesar que me pareció magnífica la salida desde la localidad cercana a Turín, Venaria Reale. Una pequeña y coqueta localidad con un casco antiguo empedrado y unos jardines preciosos que recordaban, de alguna manera, a las inmediaciones donde se celebra siempre la Klásica de San Sebastián. Eso sí, sin rastro de mar en las proximidades de la zona, sino una Cordillera Alpina como telón de fondo. Igualmente el enclave de la celebración de la segunda etapa fue mágico, con salida en el velódromo, vestido de rosa, de la localidad de San Francesco al Campo. Una cantidad significativa de aficionados se congregaron en las inmediaciones en sendas jornadas, mostrando la passione italiana por el ciclismo de la afición de este país.

Antes de la salida estuve junto al bus del Movistar Team donde Jose Joaquín Rojas ejerce las funciones de director deportivo para el equipo telefónico en este Giro de Italia tras retirarse como ciclista profesional al final de la campaña pasada. Evidentemente la pregunta clave que le formulé fue el estado de forma del colombiano Nairo Quintana, quien ha tenido un regreso al conjunto español algo accidentado, teniendo en cuenta su positivo por Covid al volver de Colombia y su caída en la Volta Catalunya que le ha tenido fuera de juego en estos últimos meses previos a la Corsa Rosa. El de Cieza me comentó que habían planteado tomar la primera semana de la carrera con tranquilidad, sin forzar, pues al parecer Nairo todavía no se encuentra en un punto óptimo de forma. Pero no pierden la esperanza de que vuelva a tener algún momento para brillar en estas próximas tres semanas.

Llamadme romántica, pero yo sigo creyendo que el colombiano puede dar la campanada y hacerse con algún triunfo de etapa. Puede que la clasificación general quede muy lejos del alcance del colombiano en la actualidad, pero quien tuvo retuvo, y a Nairo lo que le sobra es clase. Algo así vino a decirme también el Mánager General del conjunto Movistar a la salida de la jornada siguiente, desde su coche, justo antes de empezar la etapa. Eusebio Unzué me comentaba que aún estaba recuperándose, pero que con Nairo nunca se podía dar nada por perdido, que es uno de esos ciclistas que brilla cuando menos te lo esperas. Muy de acuerdo con la opinión del navarro.

Posiblemente para los aficionados, antes de arrancar la Vuelta italiana, el conjunto español tenía pocas papeletas de llevarse el gato al agua en alguna etapa. En redes sociales, como viene siendo habitual, eran el blanco de muchas críticas alegando el bajo nivel del equipo presentado para disputar la carrera. No sé por qué, por regla general, los españoles pecamos de criticar con más dureza lo nuestro que lo ajeno y parece que con el Movistar Team no hay excepción. Personalmente mi sexto sentido decía lo contrario y no tuvimos que esperar mucho para que pudiésemos confirmar que el Movistar no ha venido precisamente a pasearse por Italia en este Giro. Pelayo Sánchez, un fichaje de oro procedente de las filas del conjunto Burgos BH con anterioridad, se adjudicaba la victoria en la sexta etapa en un sprint a tres contra Julian Alaphilippe del Soudal Quickstep y el campeón australiano Luke Plapp del conjunto Jayco Alula. Muy merecido y aplaudido. Desde Le Puncheur nos alegramos inmensamente.

Con otro de los protagonistas españoles con los que pudimos hablar fue con Juan Pedro López. El andaluz venía motivado y nos contaba que, a pesar de que el equipo estaba enfocando energías y recursos en la lucha por la maglia ciclamino en pos del italiano Jonathan Milan, también había oportunidades y espacio para luchar por algún triunfo personal en alguna etapa. Al joven de Lebrija se le veía con ganas y llegando en buena forma tras su triunfo en el Tour de los Alpes, aunque el mismo sábado tras acumular ya varias etapas en las piernas, comentaba en redes que estaba pasando algún malestar que le estaba privando de poder ofrecer su mejor versión. Esperamos que no sea nada grave y que con el día de descanso previsto para este lunes pueda recuperar y cargar pilas para afrontar la segunda semana.

Aparte también hablamos con Francisco Muñóz, el español que corre en el conjunto profesional continental italiano que pertenece a Alberto Contador e Iván Basso, el Polti Kometa. Para este joven ciclista asturiano de tan solo 22 años, este Giro suponía también su debut en una Grande y nos comentaba su ilusión y sus ganas de dejarse ver en las escapadas cuando se diesen oportunidades propicias para ello.

En cuanto a la disputa de la clasificación general de la carrera parece que todos tienen claro que el claro favorito es el extraterrestre esloveno del UAE Team Emirates, Tadej Pogacar. Al joven se le ve disfrutando, ambicioso y con ganas de dar lo mejor de él en cada etapa, ofreciendo espectáculo, pero con cabeza. Es un gusto ver a alguien competir de esta manera, con una sonrisa en la boca, con esa garra y esa energía positiva que traspasa hasta la pantalla del televisor. No puedo entender que haya gente que diga que es un ciclismo aburrido. Quizás no haya ese punto de competencia cuando te encuentras a varios ciclistas con un nivel de forma muy parejo disputando una competición que le da enardecimiento añadido, pero el tener la oportunidad de ver la forma de encarar cada carrera y cada etapa de Tadej es un verdadero placer para los sentidos. Creo que es algo magistral que sólo se puede aplaudir, no criticar. Algo que no se ve a menudo y que quedará para la posteridad como una de las figuras más importantes en la historia del ciclismo profesional.

Interesante será la disputa de la maglia bianca. Diría que posiblemente hasta con más atractivo que la disputa de la clasificación general. ¿El motivo? Sin duda alguna, la presencia de varios ciclistas que se presentan con un nivel bastante similar entre ellos. Muchos dan como favorito al belga Cian Uijtdebroeks, pero creo que no hay que perder de vista a Luke Plapp, Thymen Arensman, Alex Baudin, Filippo Zana (quien ya sabe qué es ganar una etapa en el Giro) o el joven italiano del Bahrain Victorious, Antonio Tiberi. Este último viene con muchas ganas y con un buen estado de forma. El ser italiano y disputar la carrera de casa supone un plus de motivación. Así lo expresaba él mismo el primer día de la carrera en sus redes sociales. Un sueño, según él, el hecho de poder correr una carrera como el Giro de Italia. A pesar de que sufrió un percance mecánico en una de los momentos clave en la última ascensión de la segunda jornada de la prueba perdiendo un tiempo valioso, parece que no va a tirar la toalla a las primeras de cambio y es que justo hoy volvía a postear que queda mucho Giro por delante a modo, quizás, de advertencia para sus rivales.

En cuanto a la disputa de la maglia ciclamino parece que Jonathan Milan se va desmarcando de sus rivales perseguidores. Kaden Groves, Tim Merlier, Olav Kooij siguen al acecho del italiano. De momentos otros hombres especialistas en el sprint se han mantenido con actuaciones más discretas hasta la fecha: Juan Sebastián Molano, Alberto Dainese, Danny van Poppel o Caleb Ewan. Mención aparte para el ciclista ecuatoriano del Ineos Grenadiers, Jhonatan Narvaez, que plantó cara a Pogacar en la etapa inaugural de la competición privándole de vestirse de rosa desde el primer día. Lo hizo en la segunda jornada, eso sí. El campeón de Ecuador empezó la carrera italiana de la misma manera que empezó su temporada este año en la Clásica Down Under en Australia, con una victoria que evidencia la calidad de este ciclista.

Tras esta primera semana, y con dos tercios de la competición todavía por disputar, parece que la situación es muy clara en cuanto a lo que podemos esperar ver en la clausura de la Corsa Rosa en Roma. Sin embargo, como todos sabemos, en una carrera de tres semanas hay factores que pueden condicionar el resultado final con un mayor peso que en carreras de un día o de una semana. ¿Veremos a Tadej de (casi) principio a fin vestido de rosa? No sé si es de buena suerte dar nada por hecho en una carrera de estas características, pero lo cierto es que el esloveno se ha ganado el derecho a ser el gran favorito para hacerse con la victoria final en Milán el próximo día 29. Además, se marcha de la carrera con victorias de etapa y eso le supondrá un plus de moral para afrontar lo que queda de competición.

En resumen, es cierto que esta primera semana de carrera en el Giro de Italia ha estado marcada por algunos contratiempos extradeportivos que nos han dificultado en gran medida el desarrollo de nuestra labor profesional. Pero, a pesar de ello, hemos disfrutado de grandes momentos de ciclismo, con protagonismo español, especialmente en el caso del Movistar Team con la victoria de etapa de Pelayo Sánchez. Además, hemos sido testigos del buen momento de forma de Tadej Pogacar, quien se perfila como el gran favorito para llevarse la maglia rosa en Milán. Estaremos atentos a lo que nos depara la segunda semana de esta apasionante competición.