"Yo quería que volviera conmigo", declara en el juicio el exmarido de Teresa Aladro, acusado de asesinar a tiros a la lavianesa - La Nueva España

"Yo quería que volviera conmigo", declara en el juicio el exmarido de Teresa Aladro, acusado de asesinar a tiros a la lavianesa

La defensa de Senén Fernández, que disparó dos veces contra Teresa Aladro, sostiene que se trató de un accidente cuando él amagaba con suicidarse

Senén Fernández, sentado a la izquierda, en la Audiencia Provincial al inicio de la vista oral por el crimen de su mujer, Teresa Aladro. | L. P.

Senén Fernández, sentado a la izquierda, en la Audiencia Provincial al inicio de la vista oral por el crimen de su mujer, Teresa Aladro. | L. P. / Luján Palacios

Senén Fernández, el hombre acusado de acabar a tiros en Laviana con la vida de su mujer, Teresa Aladro, en mayo del año 2021, se sentó ayer en el banquillo de la sección segunda de la Audiencia Provincial de Oviedo para responder de un crimen que él rechaza haber cometido con el argumento de que los disparos se produjeron de forma accidental, en una refriega cuando intentaba suicidarse ante su esposa.

Se enfrenta a una pena que podría llegar a los 37 años de cárcel, según la petición de la acusación particular ejercida por la familia de la víctima a través de la letrada Ana García Boto. Lo consideran autor de los delitos de asesinato con allanamiento de morada, violencia familiar habitual, violencia física y psíquica, maltrato de obra (golpes que no llegan a causar lesiones físicas), acoso y tenencia ilícita de armas.

La defensa, ejercida por Luis Fernández del Viso, sostiene que los disparos que acabaron con la vida de la mujer, que entonces tenía 48 años, se produjeron de forma accidental, cuando el hombre amagaba con suicidarse delante de ella. En ese momento, supuestamente Teresa habría intentado hacerse con la escopeta para impedirlo y acabaría recibiendo, según la versión del acusado, un disparo que iba dirigido a él mismo. Hubo una segunda detonación, que, como alega la defensa, se habría producido por el retroceso del arma. Con todo ello, la representación de Senén Fernández sostiene que se trató de un homicidio imprudente por el que debería ser castigado con un año de prisión.

La Fiscalía reclama una pena de 27 años por asesinato, mientras que la acusación popular ejercida por el colectivo Abogadas para la Igualdad pide 25 años de cárcel por asesinato y dos más por allanamiento de morada. El abogado del Estado designado por el Ministerio de Igualdad se ha sumado a las peticiones de la acusación pública.

Fue la de ayer una sesión larga, con la formación del jurado popular que se encargará de emitir un veredicto a finales de la semana que viene, cuando se dé por finalizada la vista oral. Una sesión que el acusado siguió cabizbajo, negando con la cabeza por momentos en desacuerdo con las calificaciones a las que se dio lectura, y en la que sólo intervino durante una media hora al final de la mañana, a la espera de retomar su declaración a primera hora del próximo lunes.

"Yo quería que volviera conmigo", acabó diciendo Senén Fernández a preguntas del fiscal, Fernando Laserna. Negó que acosara a su mujer con mensajes y llamadas insistentes cuando ella le planteó el divorcio, extremo que la acusación pública desmontó con la prueba de varios mensajes de texto enviados a través de la aplicación Whatsapp y con la lista de llamadas que le hizo a su mujer días antes de que se produjeran los disparos. Hubo conversaciones de más de una hora y media de duración, ocho llamadas registradas en un sólo día y búsquedas por parte del acusado en internet sobre cuestiones como la forma de rastrear el móvil de otra persona, cómo saber si tu pareja chatea en Facebook o consultas en páginas del tarot, entre otras.

Con ello, Fiscalía y acusaciones dibujaron el retrato del procesado como un hombre controlador, tanto de las relaciones como de las finanzas del matrimonio, obsesionado con la posibilidad de que su mujer hubiera iniciado otra relación, que ejercía "un control obsesivo sobre su mujer y su hijo, al que llegó a amenazar con matar a la perra de la familia" para evitar que el joven se fuera a vivir con su madre cuando se separaron en marzo de 2021. Fue en esas fechas cuando ella decidió acabar con la relación e irse a vivir a un piso de su padre, también en Laviana, del que nadie salvo ella y su único hijo tenían las llaves. En ese tiempo, también había consultado al Centro Asesor de la Mujer de Laviana por los trámites para iniciar el divorcio, lo que habría precipitado el trágico desenlace.

Las calificaciones de las partes coinciden en el relato de los hechos, que el propio acusado habría reconocido. En la noche del 20 de mayo de 2021, Senén Fernández salió de su casa para tomar el aire, y acabó en el domicilio de la víctima armado con una escopeta para la que no tiene permiso. Según las acusaciones, entró en la casa de u mujer con las llaves que le quitó al hijo. Según el acusado, fue la mujer la que le atendió al telefonillo y le mandó subir al piso. Senén Fernández asegura que iba con la idea de quitase la vida en el monte tras su fracaso matrimonial, pero, al ver luz en el piso en el que se había refugiado Teresa, intentó por última vez arreglar su relación. Allí, según él, habría montado el arma (la llevaba desmontada en una bolsa), se habría arrodillado con la escopeta apuntando a su barbilla para quitarse la vida y acabó disparando a la mujer cuando ella trató de impedir el suicidio.

Según las acusaciones, lo que pasó fue bien distinto: se dirigió a la a casa la víctima en plena madrugada con el plan de quitarle la vida. Una vez que entró en la casa con las llaves, le descerrajó dos tiros sin que Teresa pudiera defenderse, "porque consideraba a la mujer un objeto de su propiedad y no asumía la ruptura", sostienen Fiscalía y resto de acusaciones.

Después, desmontó de nuevo el arma, volvió a su casa e informó a su hijo: "He matado a tu madre". El propio Senén lo reconoció ayer en su declaración. La defensa añadió un matiz atenuante: "Pidió en reiteradas ocasiones que lo llevaran al cuartel para ser detenido".

Que en el interior de la vivienda se produjeron dos disparos de escopeta que acabaron con la vida de Teresa Aladro es un hecho irrefutable. Y también lo es que el hijo de la pareja corrió a la casa de su madre para comprobar lo sucedido, que avisó a sus tíos y a emergencias y que los sanitarios no pudieron hacer nada por salvar la vida de la mujer. Tampoco cabe duda sobre el hecho de que la Guardia Civil encontró la escopeta homicida en el vehículo del acusado, junto con una vaina percutida en el lugar de los hechos y otra más en el coche. 

Pero la defensa trata de sembrar una duda razonable entre los miembros del jurado agarrándose a la trayectoria de los disparos, que el informe forense acreditaría como ascendente, es decir de abajo hacia arriba. El abogado defensor recalcó en la sesión de ayer en varias ocasiones que esos disparos sólo se podrían haber producido si el acusado se hubiera encontrado arrodillado frente a la víctima.

El primer disparo, según esta versión, se habría producido al intentar ella quitarle el arma. El segundo disparo, por la espalda, tuvo lugar, según el abogado defensor, «por el efecto del retroceso de la escopeta». La mujer se habría dado la vuelta tras el golpe del primer impacto y por eso el segundo la alcanzó por detrás, también con una trayectoria ascendente, apuntó Luis Fernández del Viso. Y reprochó que una vez que Senén Fernández reconociera los hechos «nadie le preguntara cómo se produjeron».

Nueva versión

Se da la circunstancia de que el acusado, en prisión provisional por el crimen desde hace casi tres años, ofreció la versión actual de los hechos dos años después del crimen, en lo que las acusaciones entendieron desde el primer momento como un intento de rebajar la condena. En un principio, Senén ratificó que había matado a Teresa, pero en un testimonio posterior por videoconferencia la estrategia cambió radicalmente, y eso podría afectar a los escritos de calificación de las acusaciones, que fueron redactados con anterioridad.

También han cambiado las circunstancias en lo que se refiere a la responsabilidad hacia su hijo. Presenta estrés postraumático por lo sucedido y como consecuencia del presunto chantaje emocional al que había sido sometido por su padre para evitar que viviera con su madre cuando el matrimonio se separó. La acusación particular sostiene que, tras la muerte de Teresa, la familia del padre se desentendió del hijo de la pareja, que ha salido adelante desde entonces con ayuda de su abuelo y su tío maternos. Pero ayer el abogado defensor reveló que el acusado acaba de firmar la renuncia a su herencia y sus bienes, que pasarán al hijo. La prueba será presentada en la sesión del lunes, cuando se reanude la declaración Senén Fernández.

Ayer sólo dio tiempo a que afirmara que «había aceptado la ruptura», y que incluso le había entregado a Teresa el libro de familia para iniciar los trámites de divorcio. «Manteníamos buena relación, incluso comimos juntos dos veces después de irse ella de casa, en el cumpleaños de nuestro hijo y en una cena que preparé en nuestra casa», aseguró a preguntas del fiscal. Además, explicó que supuestamente habrían acordado «darnos un tiempo» y que él le había prometido «vender las vacas y pasar más tiempo con ella». «Tenía la esperanza de que volviera», sostuvo. Dos tiros a bocajarro acabaron con toda posibilidad. 

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