Tal día como hoy del año 1717, hace 307 años, en Madrid, el rey Felipe V, a propuesta de la cancillería del régimen borbónico español, Decretó la creación de la Universidad de Cervera, acompañada de la orden de cierre de las siete universidades catalanas (Lleida -la principal-, Barcelona, ​​Tarragona, Girona, Tortosa, Vic y Solsona). El régimen borbónico cerró las universidades mucho antes de que Cervera iniciara sus cursos académicos (1726). En los nueve años que separan la creación de la Universidad de Cervera de la apertura de las primeras facultades (1717-1726), Los estudiantes catalanes de educación superior tuvieron necesariamente que trasladarse a otras universidades (València, Huesca, Alcalá de Henares, Salamanca).

La creación de la Universidad de Cervera Obedecía al deseo del régimen borbónico de controlar el sistema universitario catalán de la época, que la cancillería de Felipe V consideraba una fábrica disidente.. Pero El régimen borbónico limitó su crecimiento y excelencia con el objetivo de reubicar a los estudiantes catalanes más brillantes académicamente o a los hijos de las clases económicamente más poderosas.. En 1740, cuando se inició la enseñanza en el edificio universitario (entre 1726 y 1740 las lecciones se impartían en apartamentos de la ciudad), sólo estaban operativas las facultades de Derecho, Medicina, Cánones, Teología, Filosofía y Letras.

Por esta razón, el Consejo Superior de Comercio de Cataluña (heredero del Consolat de Mar de época provincial), entre 1775 y 1814, Creó los estudios de Comercio, Navegación, Diseño, Arquitectura, Física, Economía Política y Física Experimental, que era lo que requería la sociedad y la economía catalanas del momento. y que se impartirían en la Casa de la Llotja de Barcelona. Sin embargo, por la Universidad de Cervera pasaron numerosos estudiantes que luego se convertirían en figuras destacadas del mundo político, académico o científico de la Cataluña del siglo XIX; como el jurista Josep Finestres; el militar y político Joan Prim; el científico e inventor Narcís Monturiol y los escritores Jaume Balmes y Josep Melcior Prat.

Se dice que la Universidad de Cervera fue la recompensa de Felipe V a la ciudad por su lealtad durante la Guerra de Sucesión (1705-1714/15). Pero no es así. Durante el conflicto sucesorio, las élites locales de Cervera se dividieron, como en muchas otras ciudades catalanas. Está dentro Cervera, el partido austriaco era mayoritario entre sus clases dirigentes. Cuando los ejércitos borbónicos se prepararon para ocupar la ciudad (1713), se produjo un traspaso concertado, ordenado y silencioso del poder local para evitar represalias.. La Cancillería borbónica nunca creyó que Cervera le hubiera sido fiel desde el inicio del conflicto, sino que lo habría presentado con interés como el paradigma de una falsa Cataluña borbónica.