En la era de la viralidad hay programas de televisión, programas de radio y podcasts que afirmamos no perdernos nunca y, sin embargo, jamás los hemos visto completos. Nos sentimos fans de estos espacios. Aunque ni siquiera sepamos a qué hora se emiten. El motivo: vemos clips de sus momentos estelares a través de las redes sociales. Fragmentos cortos, espontáneos y efectistas listos para sumar mucho like y mucha story.
Martínez y Hermanos de Dani Martínez aprovecha esta nueva dinámica de consumo que ha favorecido la implosión de redes sociales como TikTok e Instagram. No sólo es importante lo que se emite en el programa, también las anécdotas estelares que toman una segunda vida viral que termina siendo el mayor escaparate del programa. Tanto que muchos sólo verán el show resumido por estas plataformas.
Este fenómeno de la visibilidad del clip ha empujado a algunos podcast a la obsesión de prefabricar la batallita para obtener más y más repercusión. Pero esta dinámica artificial se empieza a notar. En el ojo del espectador saltan las alarmas de cuando se prefabrican demasiado las historias para conseguir un momento efectista. Sin embargo, no sucede con Martínez y Hermanos, pues los trozos en redes sociales surgen de un programa clásico que se toma su tiempo para que surja una conversación transparente. Esa naturalidad que fomenta Dani Martínez propicia que actores, cómicos e influencers se abran como no hacen en otras entrevistas tradicionales. Porque el formato no se siente como un interrogatorio. Sólo es una reunión de amigos.
Eso sí, una reunión de amigos con sus juegos para que no dejen de suceder situaciones atractivas para la audiencia. Este programa, que nació en Movistar Plus, ahora se está intentando convertir en marca de Cuatro en la noche de los lunes. Una oportunidad para recuperar la modernidad del canal siendo lugar de encuentro de personalidades de nuestra cultura fuera de la previsibilidad de la entrevista de promoción.
La tranquilidad de la charla que fomenta Dani Martínez en Cuatro logra que, entre risa y risa, aparezcan confidencias únicas que servirán de documentación valiosa en el futuro sobre nuestros artistas de hoy, mientras que, en la actualidad, esta historias también se mueven muy bien en la prisa de las redes. Lo que ayuda a que usuarios de la viralidad descubran que en Mediaset existen programas como este, donde la gente comparte lo que nunca contaría a otros. Porque no hay cizaña para provocar. Así se sienten entre cómplices y no entre depredadores del titular. O depredadores de la anécdota, que es lo que ahora se estila...
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