Área de estudio proyectada en Google Maps, donde se ha identificado la anomalía
Arqueólogos detectan una «anomalía» junto a las pirámides de Giza: «Pudo haber sido una entrada»
En forma de 'L' la estructura se encuentra a 0,5 y 2 metros bajo tierra y conecta a otra aún más profunda
Un equipo conjunto de investigadores japoneses y egipcios han identificado una anomalía previamente desconocida en el cementerio occidental de Giza utilizando modernos georradares y tomografía de resistividad eléctrica sobre un área situada al oeste de las grandes pirámides.
Se trata de una estructura poco profunda en forma de 'L' que está conectada con otra de mayor profundidad. «Pudo haber sido una entrada a otra estructura más profunda», señalan Motoyuki Sato, de la Universidad de Tohoky y sus colegas en un artículo en la revista Archaeological Prospection.
Este nuevo hallazgo realizado por el equipo capitaneado por Eman Ghoneim, geomorfóloga de la Universidad de Carolina del Norte en Wilmington, se suma al que tuvo lugar el pasado mes de diciembre al documentar por primera vez un canal de 100 kilómetros que comunicaba las pirámides y que aportaba nueva información a uno de los grandes misterios del Egipto faraónico. Este ramal del Nilo fue fundamental para levantar las pirámides de Guiza al transportar por barca los grandes pilares hasta el lugar de obra.
Ubicación de la zona prospectada
Este nuevo descubrimiento se encuentra en el marco de prospecciones realizadas entre 2019 y 2023 en una área plana y aparentemente vacía de esta zona de la necrópolis de Giza rodeada de mastabas funerarias. El equipo nipón detalla en el artículo que la estructura es de aproximadamente 10 por 15 metros a una profundidad y que se encuentra a una profundidad de 0,5 a 2 metros «llena de arena homogénea, lo que probablemente significa que se llenó un vacío con arena después de la construcción».
Debajo de esta estructura, detectaron otra con una profundidad de hasta 10 metros, que se extiende sobre un área horizontal de aproximadamente 10 por 10 metros.
«No podemos determinar el material que causa la anomalía, pero puede ser una gran estructura arqueológica subterránea», concluyen los expertos. «Los resultados de nuestro estudio GPR [radar de penetración terrestre] y ERT [tomografía de resistividad eléctrica] apuntan a la posibilidad de la presencia de restos arqueológicos», sostienen antes de señalar que «es importante que se excaven rápidamente para establecer su propósito».
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