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15 mayo 2024

Oboria Digital y la esfera de Las Vegas: la Inteligencia Artificial al servicio del diseño de arquitectura

El proyecto más conocido de la tecnológica aragonesa es la llamada esfera de Las Vegas, pero también han intervenido en edificios singulares como Hotel Hard Rock de Florida

La empresa zaragozana se dedica al desarrollo de herramientas y módulos de Inteligencia Artificial para el diseño de arquitectura, ingeniería y construcción

Oboria Digital saltó a la fama mundial tras la presentación de MGS Sphere, popularmente conocida como la esfera de Las Vegas, uno de los últimos grandes proyectos de este singular estudio zaragozano fundado por el arquitecto Miguel Fontgivell (Zaragoza, 1981). Una de las primeras empresas en participar en The Wave, Tech Expo del Gobierno de Aragón que se celebra entre hoy y mañana en el Palacio de Congresos de Zaragoza, compañía que tiene en el uso de la programación y la Inteligencia Artificial la base de su singularidad, a nivel internacional, de su eficaz, ágil y flexible modo de trabajo. Fontgivell, CEO y fundador de Oboria Digital y director general de Saco Technologies en España, ha liderado con su estudio proyectos como las fachadas digitales del Burj Khalifa (Dubai, el edificio más alto del mundo), del Hotel Hard Rock de Florida (un edificio con forma de guitarra), y del estadio de Los Angeles Rams, en EE.UU.

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Página web de MSG Sphere. Foto: https://www.thesphere.com/

Miguel Fontgivell hablará hoy en The Wave sobre las tecnologías digitales clave en el desarrollo presente y futuro de las empresas y la sociedad, tales como  IoT (internet de las cosas), CiberseguridadCloud Computing, Blockchain e Inteligencia Artificial, unas tecnologías que son “la clave de que estemos donde estamos“, explica. No en vano, la empresa lleva cerca de una década en el uso de la IA en sus procesos de diseño, con una primera aproximación en 2017 en el diseño de la fachada digital del Burj Khalifa, en 2017. En este caso, el equipo de Oboria Digital empleó “algoritmos evolutivos o algoritmos genéticos para optimización de diseño: no tanto para que el algoritmo hiciera el diseño en su conjunto, sino para optimizar determinadas partes del proceso de diseño. Antes, en el año 2014, en un proyecto para el Mundial de Qatar, ya empezamos a cambiar la metodología de trabajo para basarnos más en programación y no tanto en diseño convencional. Dos años y medio después del proyecto de Qatar, en 2017, ya que estábamos trabajando sobre programación, pensamos en añadir una capa más de inteligencia artificial y dejar que optimizara diseños. El resultado fue que en dos semanas de trabajo conseguimos un ahorro de 80.000 dólares de coste, sin ser especialistas en IA en aquel momento”.

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Fachada led del hotel Hard Rock Café en Florida. Foto: https://casino.hardrock.com/hollywood/hotel/the-guitar-hotel

El tercer idioma, la programación

La evolución de Oboria Digital hacia el uso de la Inteligencia Artificial para la optimización de procesos de trabajo en diseño de arquitectura la sitúa como una “rara avis, incluso a nivel internacional, hacemos algo muy de nicho”, explica el CEO y fundador. “Si hubiéramos tenido que hacer el proyecto de la esfera de la manera convencional, no hubiéramos podido. Porque en un proyecto así tienes que ser capaz de trabajar rápido y sin errores. Los errores desaparecen cuando trabajas con una base de datos en la que todo el mundo ataca, lo que se llama el ‘Single Source of Truth’, la fuente única de verdad. Cuando tienes una base de datos a la que todo el mundo está atacando, puedes asegurarte de que esos datos serán correctos y coherentes, porque todo el mundo trabaja con ellos. Y si alguien encuentra algo que falla, lo reporta. El hecho de tener a veinte personas trabajando contra la misma base de datos hace que depures errores que no podrías depurar si tuvieras a ochenta personas, cada una trabajando a mano, porque no juntas, ni contrastas, ni verificas esa información. No solo somos cuatro veces más productivos y eficientes, sino que hay cosas que somos capaces de hacer que con los métodos convencionales no serías capaz”, manifiesta. Y como muestra, un botón. “A pesar de haber generado 15.000 planos para la esfera“, gracias a la Inteligencia Artificial, comenta, “no ha habido ningún solo error”. Ya que, según asevera, “la máquina, una vez que aprende, no se equivoca. Ese es el salto cualitativo”.

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Miguel Fontgivell en las oficinas de Oboria Digital. Foto: N.M

Oboria Digital se compone de un equipo de 22 arquitectos, ingenieros y programadores en permanente formación y actualización. “Somos una empresa pequeña y nos guiamos por cuestiones no tan técnicas cuando entrevistamos a alguien. Evidentemente, pedimos que tengan un perfil de disciplina técnica (arquitectura, ingeniería, ingeniería informática), porque necesitas que sepan matemáticas, álgebra… cuestiones básicas para las operaciones que aquí realizamos. Pero pasado ese corte, al final, como trabajamos sobre tecnologías nuevas, no esperamos vengan formados en ellas de la Universidad, los formamos nosotros. Nos formamos de forma ‘Startup’, vamos viendo qué sale nuevo, qué puede ser integrable en nuestro proceso de diseño. Aquí todo el mundo aporta”, apunta Miguel Fongivell. “Yo soy arquitecto y ahora programo temas de redes neuronales”, anota, al tiempo que comenta que “hace años que el tercer idioma debería ser la programación”.

Una rara avis en su campo

La empresa Zaragozana se dedica al “desarrollo de herramientas y módulos de Inteligencia Artificial para el diseño de arquitectura, ingeniería y construcción”. Un salto cualitativo en el que la compañía ha sabido estar entre los primeros a nivel mundial. “Desde la forma en la que se hace la arquitectura convencional hasta nosotros, hay varios saltos evolutivos que tienes que dar. Uno de los primeros es trabajar en una metodología que se lleva empleando en los últimos quince años, pero que ha tenido su boom en los últimos ocho, que es Building Information Modeling (BIM) o modelación de la información para la construcción, que la Unión Europea exige que se implante en las administraciones públicas. España va tarde. En Zaragoza, estudios de arquitectura o empresas que estén trabajando con esa metodología (cuando se supone que hace dos años ya tenía que estar implantada) probablemente sean el 20% de los despachos. Este es uno de los saltos, y aun te quedan otros dos para llegar a nuestra forma de trabajar”, comenta. Por ello, en Oboria Digital “estamos más orientados a mercados como el estadounidense, donde esto es ya una realidad, o como el de los grandes proyectos, con grandes estudios de arquitectura, donde esto también es una realidad: Foster and Partners, Zaha Hadid… todos trabajan así”, argumenta. El BIM es el primer salto evolutivo, comenta Fontgivell, y los otros dos que quedarían para acercarse a su modo de trabajo serían el uso de programación y de Inteligencia Artificial. “En eso somos rara avis todavía”, explica.

La mayoría de los proyectos que se abordan en Oboria Digital son internacionales, aunque actualmente trabajan en territorio nacional. “Nos hace mucha ilusión, por fin hemos podido firmar un proyecto en España. Ahora estamos en un impás para ver hacia dónde queremos ir, donde nos llevan las circunstancias, e intentar decidir la opción más acertada para que la empresa siga con este ambiente. Con el proyecto de la esfera hay mucha gente que nos llama, pero quiero aprovechar para ser dueños de nuestro destino y decidir dónde queremos llegar. Porque no quiero una empresa de 200 personas, prefiero una empresa solvente y amigable, donde nos lo pasemos bien, a tener una empresa de 100 o 200 personas y pasarme el día mirando las cuentas”, expone el fundador de la empresa, quien apuesta por “la facturación per cápita, conseguir mejorar los ingresos por empleado, y no tanto los absolutos”.

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Oficinas de Oboria Digital. Foto: N.M

The Sphere: 15.000 planos y ni un solo error

Miguel Fontgivell considera que en Aragón, en su campo, “hay sinergias posibles. De hecho, el boom de la esfera de Las Vegas me ha servido para conocer gente de aquí. Porque como estamos todos trabajando para fuera, no nos conocemos entre nosotros. Tanto el evento The Wave, como otros, me han servido para conocer empresas bastante potentes. Es cierto que nuestro ámbito no hay tanto, somos una rara avis, incluso a nivel internacional, hacemos algo muy de nicho, pero hay gente haciendo cosas tangenciales con las que podemos colaborar”, comenta. En el evento de hoy y mañana, Fontgivell habla sobre casos reales en las que las tecnologías a debate en el congreso, como la Inteligencia Artificial, han tenido un papel relevante. Por ejemplo, “las únicas incidencias que hemos tenido en el diseño de la esfera han sido que, de los parámetros de entrada, las limitaciones o premisas que habíamos utilizado, algunas, en algún momento, habían sido incorrectas. Cuando las ajustamos, y volvimos a dar al botón, se volvieron a rediseñar”, comenta, aunque, según reseña, “a pesar de haber generado 15.000 planos para la esfera, no ha habido ningún solo error”.

Otro de los ejemplos de la eficacia del modo de trabajo de Oboria Digital que apunta el CEO de la empresa fue el de un cliente que cayó en cuenta de un error en los datos facilitados a la empresa zaragozana “a tres o cuatro semanas de la instalación de la fachada exterior. Todo estaba diseñado en función a unos criterios que no se cumplieron. Rediseñamos el proyecto de fachada exterior en un proceso de seis semanas, pero a las dos semanas ya les estábamos pasando datos para que pudieran trabajar y no pararan la obra. Los 4.000 planos que había para esa fachada se rehicieron en esas seis semanas. Se pudo hacer gracias a teníamos todos los procesos automatizados”, recuerda.

Una forma de trabajar que les permite conectarse de forma mucho más ágil y eficaz con las herramientas empleadas en la fase de fabricación. “Puedes conectarte con otros sistemas, con los ERPs para fabricación, logística… tu tienes ya la base de datos, no tienes que pasar un archivo, para que luego el cliente tenga que hacer una programación para meterlo en una API… estás trabajando ya todo en digital, eso hace que estemos más cerca de la industria. No pasamos un plano para que tengan que volver a tomar los datos y meterlos en su máquina de control numérico. Tú le das un archivo que ellos pueden programar para su máquina de control numérico. Se lo das con ocho decimales de precisión: les pasamos el dato, no dibujos que tienen que interpretar”, explica.

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Miguel Fontgivell en las oficinas de Oboria Digital. Foto: N.M

Vuvari Global, el origen

Oboria Digital surgió de una división, a raíz del proyecto MSG Sphere, de la empresa fundacional, Vuvari Global, en dos compañías: Oboria Digital y la sede europea de Saco Techologies. “Cuando Madison Square Garden decide que Saco Technologies haga el proyecto, quiere entrar en el accionariado. Y una de las condiciones para entrar en el accionariado es que toda la vertical del negocio formara parte de Saco”, recuerda.

La empresa aragonesa ha realizado proyectos que incluyen el Museo Goya, para la antigua Ibercaja Obra Social (actual Fundación Ibercaja) o la fachada digital del Football Club Cincinnati. Tal y como explica Fontgivell, solo determinadas empresas que se embarcan en este tipo de proyectos, y la mayoría proceden de EE.UU, Oriente Medio y sudeste asiático. Unos mercados a los que acceden desde su sede en Zaragoza. “Como empresa seríamos más exitosos en EE.UU por clientes, financiación… solo hay que ver los datos macroeconómicos. En la parte económica nos iría mejor”, explica al hilo de su decisión de mantener su sede en Aragón. Sin embargo, “en EE.UU sería más difícil, por ejemplo, contratar gente. Yo gestiono alguno de los departamentos de Saco Canadá, que tiene un mercado similar, y el reto es conseguir gente competente, retenerla, los costes de empresa… Tienes el éxito más garantizado en un mercado pujante como el suyo, pero en Zaragoza, trabajando fuera, estamos muy bien. Porque si eres capaz de competir en tecnología con estos mercados, a una fracción del coste, la parte de negocio es más fácil de llevar adelante. Aquí hay mucho talento, pero el talento hay que currárselo. Todo tiene pros y contras. Aquí se está muy bien, la gente está contenta con el ambiente de trabajo que damos. Si estás aquí y tienes el trabajo fuera, puedes tener lo mejor de dos mundos“, concluye.

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