El sacerdote crucificado con Cristo: su oficio de mediador y su noche oscura | Día 29
EL SACERDOTE CRUCIFICADO CON CRISTO. SU OFICIO DE MEDIADOR Y SU NOCHE OSCURA | DIA 29
Hay una relación entre el oficio de mediar de Jesús y las tinieblas de aquella noche final de su Pasión. Cristo pagó en nuestro lugar, cargó con los pecados del mundo y le dijo al Padre de nuestra parte: «Perdónales no saben lo que hacen» (Lc 23, 34) y le costamos su sangre. Al hacerlo, pasó la noche y gritó: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mt 27, 46). Él, que veía a Dios cara a cara, al cargar con nuestros pecados, pasó la prueba de la noche.
El sacerdote, que es mediador, también en su crecimiento espiritual tiene que pasar la prueba de la noche oscura del sentido y del alma, por sí mismo y también por cargar con los pecados de su pueblo.
Noche oscura del alma que el sacerdote también tiene que pasar pero siempre unidos a Jesús y sin perder nunca la caridad con los hermanos.
«Confía, reza y ten valor, nunca temas a Dios». «Servir a Dios y construir su reino, en esto consiste mi vocación» son frases del Beato Karl Leisner que el padre Santiago Arellano trae a colación en este día 29 hacia un Nuevo Pentecostés Sacerdotal.
Al conocer la historia del Beato Karl Leisner -dice D. Santiago Arellano– «puse en mi sacristía una frase que conoceréis pero que me ayuda leerla antes de celebrar la Santa Misa: «Sacerdote, celebra esta Misa como si fuera tu primera Misa, como si fuera tu única Misa, como si fuera tu última Misa».
«Así fue para este sacerdote y también me hace pensar que, aunque en toda mi vida sólo hubiera celebrado una sola Misa ya tendría sentido toda mi vida», confiesa el #padreSanti.
«Considera, hermano sacerdote, si el Señor te puede decir así:
¿Vienes conmigo? Descálzate porque te llevo a una intimidad esponsal, intimidad de entrega de cuerpo y alma, de gozo y dolor. Vivirás unido a Mí por una corona de espinas y traspasado por la lanza de la entrega, herido en tus manos por los clavos de los pecados del mundo, al que para unos ya hoy soy indiferente y para otros signos de esclavitud, pero vivirás también embriagado por el gozo de una vida en plenitud, una vida que da vida, vida en plenitud y vida eterna. Pastor de Mi Corazón, no temas ponte mis sandalias y echa a andar, yo estaré contigo.
Responde al Señor:
Señor, concédeme vivir cada una de mis Misas unido a Ti en el Calvario. Que yo también pueda, Contigo, ser mediador de mi pueblo y me ofrezca por su salvación. Acompáñame Señor en mis noches oscuras y haz que me sirvan para crecer en intimidad de Amor contigo».
*Texto del libro ‘Nuevo Pentecostés Sacerdotal. Cincuenta días para renovar nuestro sacerdocio’ (Santiago Arellano Librada). Se puede adquirir en la web de la editorial Cor Iesu, en librerías y plataformas comerciales.
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