El Camino de Santiago según la Guía MICHELIN
Viajes 5 minutos 10 mayo 2024

El Camino de Santiago según la Guía MICHELIN

De Roncesvalles a Santiago, una ruta con las mejores paradas gastronómicas y hoteleras.

Dicen que se debe hacer el Camino de Santiago una vez en la vida. Da igual si se es creyente o no; este recorrido es una experiencia única que se recuerda para siempre. La parte espiritual es uno de los ejes fundamentales que guían esta ruta, pero también lo es la paisajística y todos aquellos puntos, pueblos y ciudades en los que se realizan paradas. Más allá de la religión, esta ruta habla de historia, de patrimonio, e, incluso, de gastronomía. Es por eso que, desde la Guía MICHELIN, proponemos una forma alternativa de realizar el Camino de Santiago —sea caminando, en coche o en bicicleta—, combinando el recorrido habitual que sigue el Camino Francés, desde Roncesvalles a Santiago, con opciones gastronómicas y hoteleras que representen cada una de estas etapas.

De Roncesvalles a Pamplona

Siendo el recorrido de mayor relevancia histórica, el Camino Francés es también uno de los más conocidos entre los peregrinos. Su inicio en territorio español comienza en Roncesvalles, en pleno Pirineo navarro, en una ruta que se dirige hacia la capital de la Comunidad Foral de Navarra y pasa por el restaurante El Molino de Urdániz, con dos Estrellas MICHELIN y Estrella Verde. Ubicado en pleno Camino, este caserón de estilo rústico-actual ofrece un único menú degustación sorpresa centrado en los productos navarros provenientes de su huerto dando vida a una serie de elaboraciones clásicas y modernas para que el comensal disfrute de toda la historia y desarrollo del chef David Yárnoz en la cocina. Junto a este proyecto se encuentra el restaurante Origen, la otra propuesta más relajada y económica —y con distinción Bib Gourmand —que el chef de El Molino de Urdániz tiene.

Tomate, salmorejo y sardina del restaurante Kabo de Pamplona © Kabo
Tomate, salmorejo y sardina del restaurante Kabo de Pamplona © Kabo

Una vez en Pamplona, el restaurante Kabo, con la joven pareja formada por Aaron Ortiz y Jaione Aizpurua —en cocina y sala, respectivamente—, se convierte en parada obligatoria. Su Estrella MICHELIN atestigua el trabajo que se realiza en su interior. Centrados en los productos de temporada, en la huerta y en los pequeños productores, el menú de este local es una oda a la tierra en toda su esencia. Como alternativas más informales se encuentran El Merca'o y Enekorri, dos propuestas de restauración muy centradas en la materia prima. En el primero, destacan sus pinchos elaborados según la tradición vasca y, en el segundo, una bodega que se caracteriza por su constante evolución. Para terminar la visita, el hotel Eurostars Pamplona se convierte en la alternativa perfecta en donde disfrutar de esa combinación entre el modernismo de su arquitectura y la historia de una ciudad que vale la pena visitar.

Llegando a Logroño

Corvina salvaje, mole verde de guisantes y pistachos, guisante lágrima y gel de sus vainas a la brasa. © Javier Val Eguren/Ajonegro
Corvina salvaje, mole verde de guisantes y pistachos, guisante lágrima y gel de sus vainas a la brasa. © Javier Val Eguren/Ajonegro

Siguiendo la ruta del Camino Francés y disfrutando de las panorámicas que ofrece este viaje de peregrinación, el viajero se adentra en la provincia de La Rioja. Viñedos, valles y llanuras y el centro histórico de su capital, con un claro pasado jacobeo, son algunos de los atractivos de esta etapa. Reponer fuerzas en la Calle Laurel y a base de pinchos es todo un clásico, pero para quien prefiera optar por sentarse y disfrutar de una comida tradicional riojana, el paso por La Cocina de Ramón, Umm No Solo Tapas o Tastavin es visita obligada.

La alta cocina es otro de los puntos clave de la ciudad de Logroño. Son varias las propuestas gastronómicas que giran alrededor del concepto de menú degustación con la peculiaridad que muchos de ellos ponen el foco en la mezcolanza de la cocina local con los orígenes de los cocineros y cocineras. En Ajonegro, Mariana Sánchez y Gonzalo Baquedano defienden una cocina fusión mexicana-riojana que hace un guiño a los orígenes de ambos; Carolina Sánchez e Iñaki Murua, en su restaurante Ikaro, trabajan el producto local riojano con frutas y condimentos ecuatorianos, una propuesta que pone en valor el origen de Sánchez y la convierte en la única chef de Ecuador con una Estrella MICHELIN; Y en Kiro Sushi, Félix Jiménez, con su imponente kimono blanco, enseña a sus comensales su saber hacer en cocina japonesa y todo lo que aprendió del maestro Yoshikawa Takamasa.


Ya en Burgos

Sala del restaurante Cobo Evolución © Carlos Manzano Alonso/Cobo Evolución
Sala del restaurante Cobo Evolución © Carlos Manzano Alonso/Cobo Evolución

Obra maestra del gótico y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984, la Catedral de Santa María La Mayor de Burgos es uno de los principales monumentos que el peregrino visita cuando llega a la ciudad, además del Monasterio de las Huelgas y la Cartuja de Miraflores. En el centro, hay varias opciones de alojamiento especialmente cómodas para recorrer la ciudad a pie, como el AC Hotel Burgos, con un diseño moderno y actual, y el NH Collection Palacio de Burgos, con un estilo más clásico que se percibe en la forma en la que han transformado este antiguo convento con más de 500 años de antigüedad en hotel.

Para disfrutar de la cocina tradicional burgalesa La Favorita, con terraza interior y exterior, es una alternativa perfecta. Su carta de pinchos y sus carnes a la brasa son el centro de todas las miradas. La alta gastronomía en la ciudad de Burgos está vinculada también a la evolución humana a lo largo del tiempo gracias al trabajo que realiza Miguel Cobo en su restaurante Cobo Evolución —que comparte espacio con Cobo Tradición, su local de cocina tradicional española—, inspirado en el Parque arqueológico de Atapuerca, ubicado a no más de 20 kilómetros de la ciudad. En su menú, el chef hace un recorrido gastronómico por las distintas etapas de la evolución humana — desde África, Atapuerca, Altamira o el Neolítico hasta la antigua Roma— y su relación con el entorno.


Recorriendo la provincia de León

 Tortellini in brodo del restaurante Mu·na © Mario de la Torre/Mu·na
Tortellini in brodo del restaurante Mu·na © Mario de la Torre/Mu·na

Con paradas en Mazarife, Astorga, Rabanal del Camino, Ponferrada o Acebo, las etapas del Camino Francés en León son ricas en términos paisajísticos y monumentales. Reponer fuerzas en la capital de esta provincia es realmente sencillo, pues las alternativas para todo tipo de gustos y bolsillos son bastante amplias. La cocina de mercado de Marcela es la que pone el toque más temporal, mientras Kamín asombra a sus clientes con una gastronomía moderna, con sabores potentes y puestas en escena bellísimas que se disfrutan desde su cocina abierta. En términos de alta gastronomía, Pablo y Cocinandos se llevan la palma. Ambos, con una Estrella MICHELIN, elaboran cocina leonesa de vanguardia con productos de la zona y maridada con vinos de la tierra.

Siguiendo el Camino hacia las últimas etapas del recorrido, el peregrino se topa con Astorga, especialmente conocida por ubicarse allí la obra de Gaudí más importante fuera de Cataluña: el Palacio de Astorga. Este edificio neogótico, que acoge en su interior el Museo de los Caminos, dedicado al Camino de Santiago, se ha convertido en el gancho para todos aquellos que realizan la ruta jacobea. Aquí se debe hacer parada en Las Termas para disfrutar de su famoso cocido maragato (este plato típico también se puede degustar en Coscolo, ubicado en el cercano y precioso pueblo de Castrillo de los Polvazares). Ya en Ponferrada, en la Casa de Las Bombas y frente al Museo de los Templarios, el restaurante Mu·na se convierte en uno de los locales esenciales de este camino gastronómico. Allí el comensal podrá disfrutar de una cocina tradicional actualizada en donde se exaltan los productos de temporada de El Bierzo.


En tierras gallegas

Una de las habitaciones del Hotel A Quinta da Auga © Hotel Spa Relais & Chateaux A Quinta da Auga
Una de las habitaciones del Hotel A Quinta da Auga © Hotel Spa Relais & Chateaux A Quinta da Auga

Son tres las etapas del Camino Francés desde Ponferrada hasta Santiago de Compostela. Con paradas en Sarria y en Melide, estos son los tramos más recorridos por los peregrinos y de los más bellos en cuanto a naturaleza y paraje. Llegando a la capital gallega, las alternativas gastronómicas se disparan ofreciendo al comensal numerosas muestras de cocina, tanto local como internacional. Para disfrutar de los productos de la tierra, haciendo especial hincapié en las verduras, están Pampín Bar, A Horta d’Obradoiro y Don Quijote. Si lo que se busca es comer pescado y marisco, no puede faltar la visita a Mar de Esteiro. Y si la gastronomía de mercado es el objetivo, Abastos 2.0. Barra y Abastos 2.0. Mesas son la alternativa perfecta.

En términos de alta gastronomía, en Galicia y, concretamente, en Santiago, resuena un nombre de mujer: Lucía Freitas. La chef ha sido quien ha trabajado durante años poniendo en nuestro mapa de Estrellas su local A Tafona, donde ofrece una propuesta moderna con base regional y los mejores productos de su tierra. Y, para seguir con la ruta del buen comer sin salir del alojamiento, qué mejor que encontrar la calma en el Hotel Spa Relais & Chateaux A Quinta da Auga, distinguido con una Llave MICHELIN, y disfrutar de los platos de cocina tradicional gallega de su restaurante Filigrana.

Este recorrido alternativo por el Camino de Santiago Francés es también un viaje del disfrute, de la desconexión y de la naturaleza; una forma nueva de entender un recorrido conocido en todo el mundo hasta el que se desplazan cada año miles de peregrinos.


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Imagen de cabecera: Tarta de Santiago © El Fotógastro/Abastos 2.0. Mesas

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