Con motivo de la GTM, una feria anual de Turismo de Alemania hemos visitado Chemnitz. Esta ciudad, ubicada en el estado de Sajonia, es una verdadera joya escondida que merece ser descubierta. Aunque a menudo pasa desapercibida frente a sus vecinas más famosas como Dresde y Leipzig, Chemnitz tiene mucho que ofrecer a los viajeros, no en vano se está preparando para ser en 2025 Ciudad Europea de la Cultura.
Cómo llegar
Personalmente opino que es un destino ideal si vais con vuestro propio coche recorriendo Alemania y haciendo paradas en las ciudades que más os interesen. De todos modos os explico las posibles conexiones que hay desde España en avión.
Los aeropuertos más cercanos son los de Dresde y Leipzig. Generalmente no suele haber vuelo directo desde determinadas ciudades españolas así que deberéis volar desde vuestro punto de origen a Munich o Franckfurt y de ahí seguir hasta Dresde o Leipzig. Desde cualquiera de estos dos puntos la forma más sencilla de llegar a Chemnitz es en tren. La mayoría de trenes alemanes tienen una zona reservada para silleros y el acceso suele estar a cota cero. En cualquier caso, en la estación siempre podéis solicitar asistencia si la necesitáis.
Dónde dormir
Nosotros estuvimos alojados en el hotel Chemnitzer Hof. Su ubicación es excelente. A 5 minutos andando de la estación del tren, al lado del Palacio de la Ópera, a 3 minutos andando de la estatua de Karl Marx y a menos de 10 minutos andando del centro histórico de la ciudad.
La habitación adaptada en la que estuvimos era enorme, tipo suite, con grandes ventanales con vistas a la calle principal.
Como dato curioso indicar que para acceder al baño y a uno de los lados de la cama hay una rampa. El baño tiene ducha a cota cero y el inodoro tiene barras a los dos lados con espacio de transferencia lateral. En este enlace tenéis toda la información de accesibilidad.
Las zonas comunes del hotel están a diferentes alturas y se salvan con rampas de obra o algunas portátiles. Sí tengo que decir que la pendiente de estas rampas era elevada e Izaskun tenía que echarme una mano para acceder cada día al salón de desayunos.
Qué hacer en Chemnitz
Con una rica historia que se remonta a más de mil años, Chemnitz ha sido testigo de importantes eventos y transformaciones a lo largo de los siglos. Anteriormente conocida como Karl-Marx-Stadt (la ciudad de Karl Marx) durante la época de la RDA, aunque curiosamente allí no nació, vivió ni murió Karl Marx, pero el centro de la ciudad está presidido por un busto de él de dimensiones increíbles.
La ciudad ha conservado numerosos vestigios de su pasado, desde la arquitectura industrial hasta los museos fascinantes que narran su historia. Los amantes de la arquitectura quedarán maravillados al recorrer las calles de Chemnitz. Desde la majestuosa Opera House hasta la imponente torre del Ayuntamiento, la ciudad está salpicada de magníficos ejemplos de arquitectura de diferentes épocas.
El Palacio de la Ópera de Chemnitz es un edificio de principios de siglo XX que tuvo que ser reconstruido ya que durante la segunda Guerra Mundial sufrió importantes daños por los bombardeos, como la gran mayoría de edificios históricos de la ciudad. Hoy en día cuenta con un nutrido programa cultural de ópera, ballet, teatro y conciertos. Curiosamente cuando estuvimos nosotros estaban representando Don Quijote de la Mancha.
El centro histórico está en la plaza del mercado donde los martes y sábados por la mañana se llena de puestos coloristas llenos de productos frescos, especialmente frutas y verduras, aunque también hay foodtrucks con comida típica alemana, productos horneados, quesos, etc. Si venís en invierno esta plaza es el lugar donde se celebra el mercado navideño, que generalmente comienza a finales de noviembre y dura hasta Navidad.
En la misma plaza se encuentra la iglesia de San Pedro y el Ayuntamiento de la ciudad, o Rathaus. Aunque el primer ayuntamiento se construyó en el siglo XIII durante el renacimiento se reconstruyó y amplió como símbolo de crecimiento comercial e industrial de la ciudad. Durante el período de la RDA se fueron produciendo nuevos cambios sin embargo la estructura se mantuvo y tras la reunificación en 1990 se realizó una completa restauración para devolver al edificios su esplendor original y garantizar su integridad. Cuenta con un reloj de carrillón en el que varias veces al día suenan alegres melodías. El horario varía en función de la época del año así que conviene que preguntéis en la oficina de turismo, que está en la misma plaza. Nosotros hemos estado a finales de abril y, al menos a las 4 de la tarde, suenan durante 9 minutos diferentes canciones, aunque a esa hora no salen muñequitos.
Por cierto, la oficina de turismo es accesible para silla de ruedas y disponen de un folleto con información de todos los lugares accesibles que hay en la ciudad.
Junto al centro histórico de la ciudad hay una gran cantidad de tiendas y grandes superficies comerciales en edificios acristalados de nueva construcción que contrastan con la sobriedad de estos otros edificios históricos.
Paseando por toda la ciudad podréis disfrutar de un museo al aire libre ya que son habituales las estatuas y esculturas diseminadas por toda la ciudad.
La ciudad tiene también una variadísima oferta de museos, la gran mayoría accesibles para silla de ruedas. Nosotros vistamos 2 de ellos, el Museo de la industria y el Museo de Arte. En el primero te explican la evolución que la ciudad ha tenido a lo largo de los años a nivel industrial con importantes fábricas, especialmente de industria textil pero también con otras de automoción e incluso de máquinas de escribir. A lo largo del recorrido se pueden ver desde las máquinas más rudimentarias, casi manuales, para el cortao y lijado de madera, a los robots más precisos para el montaje de coches. Lo mejor de todo es que todas las máquinas están funcionando, lo que te ayuda a entender la evolución industrial. El edificio es una antigua fábrica que mantiene esa esencia industrial, tanto en el interior como en el exterior, pero completamente renovado y accesible.
El otro museo que vimos fue el Museo del Arte y como su propio nombre indica la temática es la evolución de la ciudad y la sociedad a lo largo de los años a través del arte, principalmente pictórico. El edificio ha ido renovándose constantemente y su arquitectura interior, especialmente su larga escalera de color rojo es en sí mismo una obra de arte. El museo acoge exposiciones temporales, aunque también alberga una colección que abraca desde arte medieval al contemporáneo. Ambos museos son accesibles y tienen baño adaptado para silla de ruedas.
A pesar de ser una ciudad industrial, Chemnitz también ofrece un entorno natural impresionante. El Parque Küchwald es el lugar perfecto para relajarse y disfrutar de la naturaleza, con extensos senderos para caminatas, lagos tranquilos y áreas de recreación para toda la familia. Además, los alrededores de la ciudad están salpicados de pintorescos pueblos y paisajes rurales que merecen ser explorados.
El próximo año 2025, Chemnitz va a ser Capital de la Cultura Europea lo que significa que no sólo la ciudad sino también los 38 pueblecitos y entornos rurales que la rodean en Sajonia descubrirán a quienes les visiten tesoros ocultos como el Museo de Audi, antiguas minas, mercados de la cerveza, festivales musicales o arte callejero. Un nutrido programa cultural para todos los gustos. En este enlace encontraréis más información.
Accesibilidad en la ciudad
Aunque hay transporte adaptado, tanto en bus urbano como en tranvía, para moverse por la ciudad, la verdad es que nosotros nos movimos andando y con la silla porque todo estaba relativamente cerca del hotel.
Es una ciudad bastante llana, sin grandes desniveles, y el pavimento no es empedrado. Sin embargo, hay algunos tramos donde el enlosado varía y hay que ir con cuidado para no clavar las ruedas delanteras de la silla. Personalmente me llevo a estos viajes siempre la FreeWheel, lo que me permite rodar con tranquilidad. Si no tenéis no pasa nada, con un poquito de cuidado no tendréis problemas.
Los pasos de cebra están rebajados en su mayoría, aunque algunos terminan con un pequeño bordillo de 3 o 4 cm. Por otra parte, indicar que los semáforos tienen sonido para indicar cuando están en verde o en rojo para las personas con discapacidad visual.
Qué comer
Por supuesto podrás degustar la rica gastronomía sajona que incluye las más que famosas «Bratwurst», es decir salchichas alemanas de carne de cerdo sazonada, asadas a la parrilla con chucrut y pan de centeno. Otro plato típico en esta zona es el «Sauerbraten» que es carne de ternera marinada y cocinada con vinagre, especias y verduras acompañado de puré de patadas y albóndigas. Pero si algo nos llamó la atención es el refresco de cola que allí se llama «Karl Kola», como homenaje a Karl Marx.
Para finalizar, te invito a que le eches un vistazo a este post en el que te cuento qué hacer en Dresde con silla de ruedas o este otro para conocer Leipzig accesible, ambos destinos con los que podrás cumplimentar este viaje.
Espero que esta información te resulte interesante y te animes a visitar Chemnitz, una ciudad poco conocida pero muy coqueta de la Sajonia alemana.
Post escrito por Kity.