Crítica: The Apprentice - Cineuropa

email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

CANNES 2024 Competición

Crítica: The Apprentice

por 

- CANNES 2024: La sátira de Ali Abbasi sobre el joven Trump es superficial y vacía, un verdadero tropezón para el polifacético director

Crítica: The Apprentice
Jeremy Strong y Sebastian Stan en The Apprentice

Cómo, después de Border [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Ali Abbasi
ficha de la película
]
—y sus monstruos provocativos— y Holy Spider (Araña sagrada) [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Ali Abbasi
entrevista: Ali Abbasi
entrevista: Zar Amir Ebrahimi
ficha de la película
]
(sobre un asesino en serie que odia a las mujeres), Ali Abbasi se las arregló para idear una sátira sobre el joven Trump y sus primeros pasos —gracias a su mentor Roy Cohn— es todo un misterio. Sin embargo, resulta evidente que el nuevo trabajo del polifacético director es un paso en falso, con una Nueva York de los años 70 tan intrigante que hace que se olvide de que tiene una historia que contar.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Y es que The Apprentice, que se ha proyectado en la competición oficial del Festival de Cannes, no nos cuenta precisamente nada. Bueno, a decir verdad, sí que nos dice algo: que el creador de Donald Trump fue Roy Cohn, un poderoso abogado y orgulloso matón. El lugar donde el ingenuo conoció al sabelotodo fue en un exclusivo club para socios, allí fue donde Trump aprendió rápidamente los gajes del oficio y acabó destronando al rey de Nueva York. Se trata de una historia tan antigua como el tiempo mismo, con cascadas de pared, trasplantes de pelo y un Jeremy Strong realmente entregado a las miradas furtivas y las flexiones.

Resulta de lo más interesante al principio, cuando Trump (un Sebastian Stan que le coge el gusto a poner morritos) todavía es el típico chico torpe de fiesta, un joven que haría lo que fuera para que los peces gordos a los que tanto admira se fijen en él. Da la casualidad de que su deseo se cumple, ya que Cohn (Strong, de Succession) le invita a una copa. Trump no bebe, pero tiene grandes planes, por lo que se sientan las bases de una futura amistad. ¿Qué consigue Trump con esta amistad? Todo, incluidas las tres reglas del éxito, que más tarde rentabilizará. ¿Y qué saca Cohn de todo esto? Pues un admirador ambicioso y guapo, “como Robert Redford”, o eso dice un periodista al observar uno de sus retratos. Puede que Cohn se sienta atraído por este alto y apuesto “pura sangre”, pero no tiene por qué, a lo mejor simplemente le gusta que sentirse admirado —¿a quién no?—. Eso sí, si te divierte crear a un monstruo, que no te extrañe luego cuando te muerda la mano y te la arranque de cuajo.

Y es precisamente ahí donde falla esta película, en la transformación de Trump, ya que parece precipitada, como si Abbasi se hubiera dado cuenta de que estaba haciendo a este chico rubio un poco demasiado agradable. Está claro que le gusta más el poder que el sexo, por ejemplo, y eso resulta intrigante, ya que choca verle ignorar a una compañera guapísima para fijarse en los ricachones de la sala. Sin embargo, pasa con demasiada rapidez de temer a su cruel padre a sonreír feliz cuando por fin le llama orgullosamente “asesino”, de colmar de flores a su futura esposa Ivana (Maria Bakalova) a violarla, lo cual —hay que decirlo— constituye una escena desagradable e innecesaria, que demuestra una vez más que, con demasiada frecuencia, los directores utilizan el sufrimiento femenino y la violencia sexual para hablar de un hombre. El protagonismo de Ivana pasa a mejor vida rápidamente, pero la película no podía no hacer alusión a los gemelos falsos de Tiffany. Bravo...

Abbasi intenta abarcar demasiadas cosas desde el principio, y prueba de ello es el famoso “No soy un delincuente” de Nixon, o la reunión con Andy Warhol, que lo primero que hace es presentarse a Trump, porque Andy también sabe lo que le conviene. Había cierta esperanza de que un director no estadounidense nos dijera algo nuevo sobre todo este embrollo, de que consiguiera desmitificar una figura que se niega a desaparecer, pero está claro que el cineasta no ha dado con la tecla al mostrar a Trump en sus días de timidez, suspirando por llamar la atención y vomitando cuando por fin se le obliga a beber algo que no es agua.

Prometía ser una película polémica e importante, pero no lo es. Parece un telefilme hecho a toda prisa y con una banda sonora de época ya preparada. Tal vez aún sea demasiado pronto para intentar comprender plenamente a Trump, un personaje ya tan caricaturizado que no parece real en la pantalla. O tal vez sea hora de dejar de centrarnos en su pelo y preguntarnos por qué sus payasadas y su habilidad para los negocios resultan tan atractivas. Nadie conoce ni comprende a Trump, y nadie lo hará nunca, o al menos por ahora, porque The Apprentice no va a ser la película que nos haga salir de dudas.

The Apprentice ha sido producida por la danesa Profile Pictures, la canadiense Scythia Films, la irlandesa Tailored Films y las estadounidenses Gidden Media y Kinematics. Las ventas internacionales de la película corren a cargo de Rocket Science.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)


Galería de fotos 20/05/2024: Cannes 2024 - The Apprentice

18 fotos disponibles. Desliza hacia la izquierda o la derecha para verlas todas.

Ali Abbasi, Martin Donovan, Sebastian Stan, Maria Bakalova
© 2024 Fabrizio de Gennaro for Cineuropa - fadege.it, @fadege.it

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy