Meghan Markle apuesta por lo artesanal con un selvático vestido de Johanna Ortiz en África

El príncipe Harry y Meghan Markle se están dando un auténtico baño de masas en Nigeria, lugar al que llegaron este pasado viernes y en el que estarán hasta el próximo domingo en un viaje oficial que han realizado para dar visibilidad a los Juegos Invictus.

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Núria Tiburcio

Cada recorrido que están realizando, ya sea en las calles o en algún espacio cerrado, está siendo invadido por cientos de personas que aclaman a la pareja como si fueran dos auténticas estrellas de rock.

Para los fanáticos de los Sussex es todo un placer ver a Harry y a Meghan cómplices entre ellos y cercanos y sociables con los nigerianos. Pero los amantes de la moda también se frotan las manos. Saben que un viaje de este tipo supone el marco perfecto para que la nuera de Carlos III despliegue su armario más vistoso y variado, como así está siendo.

En sus primeras horas en suelo guineano, Meghan Markle lució un vestido firmado por Heidi Merrick, de color melocotón, con falda larga y espalda al aire.

Horas después, abandonaba ese toque informal para enfundarse un traje de chaqueta y pantalón de color blanco, Altuzarra, un look más serio para reunirse con el jefe de Defensa de Nigeria, Christopher Musa, en el cuartel general en Abuja.

Ha sido con su tercer look cuando ha mostrado su lado más sofisticado y atrevido. Al acudir a un partido de voleibol en el que el hermano del príncipe Guillermo ha participado junto a militares heridos, aprovechando las altas temperaturas Markle ha descolgado de su percha un llamativo y sexy vestido de tirantes bordados y removibles, con detalle 'cut-out' en el centro del escote y falda larga y recta con abertura central hasta la altura del muslo, en el que destaca el tejido jacquard estampado con grandes hojas de palmera blancas sobre fondo negro.

La prenda, un diseño estructurado valorado en 2.640 euros, ha resaltado la silueta Meghan Markle, quien ha combinado el vestido con unas sandalias negras y planas de tira fina central, pendientes redondos y dorados, más unas gafas de sol.

Con esta elección, la duquesa de Sussex no solo se ha mimetizado con el entorno a la perfección, sino que además ha apostado por lo artesanal, ya que el vestido está firmado por la diseñadora colombiana Johanna Ortiz, a quien se le atribuye haber catalizado la notable evolución de la moda colombiana en el escenario internacional poniendo además en valor el trabajo artesanal de su país.