Esto es algo que no sabía si quería compartir o no, porque soy consciente de cual sería mi opinión si lo leyese de otra persona y no sabía si me apetecía demasiado exponerme así a las críticas que puedo recibir. Pero si con esto puedo hacer sentir menos culpable a alguien o advertir a alguna persona para que no le pase lo mismo que a mí, me valdrá la pena.

El caso es que en casa tenemos una política estricta con las películas y es que si no son explícitamente para peques, sabremos si la pueden ver o no después de verla nosotros. Si es un tema no muy complejo y la edad recomendada es mayor pero nosotros consideramos que están preparados para verla y nosotros dispuestos a disipar las dudas o aclarar las cosas que puedan escapar a su conocimiento o las preguntas que puedan surgir, pues adelante.

El caso es que había una película muy famosa que sé que ha visto muchísima gente, pero yo no y, casualmente, mi marido tampoco. Era extraño porque las películas sobre esa temática solíamos verlas ambos antes de estar juntos y, desde que estábamos juntos, solíamos disfrutar de compartir apuntes y opiniones de esas películas. Pero justamente esa no la habíamos visto.

Un día, buscando en Netflix qué ver con los niños, me salió anunciada esa película. Venía calificada para mayores de 7 años. Se lo dije a mi marido y ambos nos extrañamos. Pensamos que quizá contasen la historia desde una perspectiva limpia, donde se hablase más de teorías y de cosas que pasaban fuera de cámara.

Como estábamos en plenas vacaciones, nos animamos a ver la película con ellos desde que la bebé se durmiera. Y allí nos sentamos en el sofá con ellos teniendo que parar cada poco tiempo para explicarles acontecimientos históricos importantes, contarles que las injusticias existen y que no siempre las personas que están al mando tienen buenas intenciones como ellos creían, que a veces ocurren cosas terribles y que debemos aprender para que no vuelvan a suceder…

Como habíamos predicho, las escenas violentas no aparecen en cámara, permitiéndote explicarlas de una manera poco traumática. Es un tema duro y difícil de tratar, pero entendimos que, si la calificación era de +7 , darían un trato más amable.

Todo fue bien durante la película. Mi marido y yo nos mirábamos cómplices cuando veíamos que debíamos hacer alguna aclaración y acompañamos las emociones que iban surgiendo en nuestros hijos (frustración, tristeza, sentido de la justicia…).

Pero cuando el final de la película se acercaba, mi hijo mediano se empezó a inquietar (porque claramente es más listo que yo) y yo le dije que estuviera tranquilo, que seguro que todo se solucionaba. Yo miraba a mi marido y en susurros a distancia le decía “Porque se va a arreglar, ¿no? Esto es un ejemplo de lo que podría haber pasado, ¿verdad?” y él, preocupado, me decía “No lo sé, cariño, supongo…” Debí haber parado la peli, pero aquel +7 no me tenía sentido si el final era extremadamente cruel, doloroso, violento… Así que seguí con mi convencimiento de que podría reparar los nervios de mi hijo con ese final en el que seguramente los protagonistas fuesen salvados en el último momento.

La escena no contiene violencia explícita, pero el director hace un trabajo excepcional de juego de cámaras, sonidos, música, planos del sufrimiento de la familia, planos de lo que va a suceder sin que se vea nada más que confusión… Aquello transmite mucha angustia, ansiedad, nervios… Y la expectativa de que se salven en el último segundo se mantiene hasta el final. Mi hijo empieza a llorar, yo lo abrazo fuerte y le digo “Tranquilo cariño, que los van a salvar”. Pero entonces la escena de una puerta en silencio. Una puerta cerrada a través de la que se habían oído llantos hacía unos segundos ahora estaba en silencio. Mi hijo mayo preguntó por qué ya no gritaban. El grito de la madre del protagonista es aterrador, pero no fue nada en comparación con el que profirió mi hijo en el sofá.

La calificación de las películas es algo tan tan subjetivo. Hubiese aumentado si alguien fumase un cigarro ante la cámara, sin embargo el hecho de que los protagonistas (dos niños) mueran de una forma cruel no se tiene en cuenta porque no se ve.

Pasé muchas noches sin dormir sintiéndome la peor madre del mundo. Las primeras por abrazar a mi hijo que estuvo días muy tocado, los siguientes por mi conciencia, por haber hecho algo que seguro que juzgaría en mi interior si me lo contase otra persona. Pensé también en aquellos niños que, sin supervisión parental por cualquier motivo, entren en su perfil infantil de una plataforma y puedan ver esa animalada sin la compañía de una persona adulta…

Puede parecer que es una tontería, pero para mí y para mi hijo mediano fue muy traumático. Mi hijo mayor relativizó todo un poco más, aunque también sufrió lo suyo. Pero mi marido y yo volvimos a elevar esas normas que jamás debimos haber movido. Ninguna película se vuelve a poner sin ser previsualizada por nosotros.