El cineasta iraní Mohammad Rasoulof, condenado recientemente a ocho años de cárcel, salió de su país sin el permiso de las autoridades y ha llegado a Europa "hace unos días", concretamente a Alemania. El realizador fue condenado a ocho años de prisión, latigazos y la confiscación de sus propiedades por el delito de "colusión con la intención de cometer crímenes contra la seguridad del país".

"Hace aproximadamente un mes, mis abogados me informaron de que mi sentencia de ocho años de prisión había sido confirmada en el tribunal de apelación y se implementaría en poco tiempo. Como muy pronto se revelaría la noticia de mi nueva película, sabía que, sin duda, a estos ocho años se sumaría una nueva condena", comienza el texto del cineasta. Eso le obligó a elegir "entre prisión o salir de Irán" y "con gran pesar", asegura, eligió el exilió.

En su cuenta de Instagram el cineasta ha colgado un vídeo de paisajes montañosos por los que discurrió su huida acompañado de un texto en el que relata que, tras serle retirado el pasaporte en 2017, el año pasado trató de recuperarlo y le dijeron que no tiene derecho a tenerlo.

"Si el Irán geográfico sufre bajo las botas de su tiranía religiosa, el Irán cultural está vivo en las mentes comunes de millones de iraníes que se vieron obligados a abandonar Irán debido a su brutalidad y crueldad y ningún poder puede imponerle su voluntad", agrega en su cuenta. Asegura que a partir de hoy es "residente del Irán cultural", una tierra "sin fronteras construida por millones de iraníes con historia y cultura antiguas en todos los rincones del mundo". Y en el comunicado hecho público en Cannes ha mostrado su oposición "a la injusta sentencia reciente en mi contra que me obliga a exiliarme" y que es una de tantas decisiones crueles del sistema judicial iraní.

Otros artistas han sufrido la represión iraní, como unos raperos que acabaron en la cárcel tras grabarse en Persépolis para decir abiertamente que no tenían miedo. Mismo destino sufrió el rapero Toomaj Salehi, condenado a más de seis años de prisión, siendo considerado el gran rapero de la rebelión.

La poeta Mahvash Sabet, de 71 años, cumple su segunda condena de 10 años, habiendo sufrido las torturas por parte de las autoridades iraníes. Sus rodillas se rompieron de los empujones que le daban estando sentada contra la pared. Todos ellos son miembros de una cultura perseguida que mantiene su lucha contra el régimen.