Guy de Chauliac, cirujano y cronista de la Peste Negra del siglo XIV

Abel Fernando Martínez Martín | 13/05/2024 - 03:17 | Compartir:

Guy de Chauliac (1298-1368) fue un importante cirujano de la Edad Media europea, que se había formado en la prestigiosa universidad francesa de Montpellier, donde se graduó en 1325 como Maestro en Cirugía, después fue nombrado profesor de cirugía y, luego, viajó a la igualmente prestigiosa universidad de Bolonia, en Italia, donde tomó cursos de anatomía. Guy Chauliac sostenía que: "un cirujano que no sepa anatomía es como un ciego intentando partir un tronco con un hacha". 

Guy de Chauliac, cirujano y cronista de la Peste Negra del siglo XIV
Guy de Chauliac (1300-1368) fue un médico y cirujano francés formado en las universidades de Montpellier y Bolonia. En 1342 fue invitado a la corte papal de Aviñón, Francia, para servir como médico personal del Papa Clemente VI. 
Cuando la Peste Negra llegó a Aviñón, seis años después (1348), los médicos huyeron, Chauliac se quedó, a pesar de los 12.000 muertos que causó en los primeros días. Chauliac distinguió entre las dos formas de la enfermedad: la bubónica y la neumónica.
Fue médico personal de Inocencio VI y luego del Papa de Urbano V. 
Su obra fundamental, la Chirurgia magna, la terminó en 1363. 
Son siete volúmenes, el tratado cubre anatomía, sangría, cauterización, fármacos, anestésicos, heridas, fracturas, úlceras, enfermedades especiales y antídotos. Describe técnicas como la intubación, la traqueotomía y la sutura. 
*Fuente: Science Source. Science Photo Library. Ilustración de Vies Des Savants Illustrates, Savants Du Moyen-Age de Louis Figuier, 1883. 

Escribió sobre astrología, dietética y la Chirurgía magna (1363), su principal obra, en siete volúmenes, que estuvo vigente hasta el siglo XVI con 52 ediciones en varios idiomas. La extensa obra contiene excelentes descripciones sobre la peste, la operación de las cataratas, la reducción de las fracturas y el uso de sustancias narcóticas.

Guy de Chauliac enfrentó en Francia, siendo médico personal del Papa en Aviñón, el desastre que causó la mortal epidemia de Peste Negra del año 1348. Escribe, el cirujano francés, que la mortal epidemia de Peste Negra primero se presentó en su forma neumónica en el invernal principio del año: 

"Esta gran calamidad hizo su aparición en Aviñón, en enero de 1348, cuando yo estaba al servicio del papa Clemente VI. Fue de dos formas. La primera duró dos meses y se manifestaba con fiebre intermitente y esputos de sangre. La gente se moría a los tres días (La Peste Neumónica es la primera y más letal de las formas). La segunda forma duró el resto del tiempo (1348-1350) y se manifestaba con fiebre alta, a más de tumefacciones en las axilas y en las ingles (las bubas, que la nominan). La gente moría a los cinco días (La Peste Bubónica es la segunda forma)".

Nos cuenta Guy Chauliac en su crónica que la peste vino de Oriente y nos habla del contagio, sobre todo de la forma neumónica de la enfermedad, que se propagaba sin la intervención directa de las ratas ni de las pulgas: 

"La enfermedad era tan contagiosa, en especial la que iba acompañada de hemoptisis, que la gente se contagiaba, no solo por convivir con el enfermo, sino también en la propia vista de éste, lo que tuvo por resultado que los apestados muriesen desatendidos y fueran enterrados sin asistencia de clérigos. Ni el padre visitaba al hijo, ni el hijo al padre. Estaba la caridad muerta y perdida toda esperanza. Llamo grande a esta peste porque ocupó casi todo el mundo. Empezó en Oriente […] y apenas dejó viva a una cuarta parte de la gente".

Continúa, Guy de Chauliac, contando que se persiguió a los judíos a quienes se acusó de ser culpables de la epidemia por envenenar el agua y que los pobres tullidos también fueron señalados como causa de la mortal epidemia, a quienes se expulsaba de las ciudades, y afirma el cirujano francés que la Peste Negra "fue inútil y temida por los médicos, porque no se atrevían a visitar a los enfermos por miedo del contagio; y si visitaban, ni hacían cosa de provecho ni ganaban nada, pues todos cuando enfermaban, morían, fuera de algunos pocos".

Guy de Chauliac recomendó en su tratamiento las sangrías y sajar los bubones madurados con emplastos de higo y almendras. Otra opción consistía en cortar los bubones con fuego y, luego, aplicar emplastos con raíces de azucena. Sostenía este hombre del siglo XIV que el cirujano "debe ser amable con el enfermo, respetuoso con sus compañeros, cauteloso en sus pronósticos. Que sea modesto, digno, amable, compadecido y misericordioso; que no codicie el dinero ni sea deshonesto".

Supo intuir el cirujano francés, mediante la observación, que las personas que se mantenían cerca del fuego no eran atacadas por la enfermedad pestilencial. Así salvó de la peste al papa Clemente VI cuando la sede apostólica estaba en la ciudad francesa de Aviñón, donde el cirujano francés ordenó que se encendieran dos enormes fuegos en los aposentos pontificios y obligó al papa Clemente VI a sentarse entre ellos en pleno calor del verano en Aviñón. El tratamiento espantó a las pulgas y mantuvo al papa aislado en sus habitaciones, evitando el contagio.

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Abel Fernando Martínez Martín

Doctor en Medicina y Cirugía, magíster y doctor en Historia.
Grupo de investigación Historia de la Salud en Boyacá- Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).

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