Mi gente tiene frío y hambre y, por lo que veo, no parecen muy contentos de formar parte de mi gran experimento. Intento demostrar que es posible completar Manor Lords cosechando un solo recurso: madera. Eso significa que no hay granjas, ni gallineros, ni huertos. Ni minas de hierro, ni pozos de arcilla, ni canteras de piedra. Ni siquiera recoger leña.
Sin embargo, más que entusiasmo ante la perspectiva de demostrar que puedes apoyarte en la red comercial de este constructor de ciudades medievales para abastecerte de todo lo necesario para hacer crecer una ciudad próspera, la moral de mi gente está preocupantemente baja. Puede que hayan oído que mis esfuerzos anteriores han acabado dos veces en ciudades fantasma de cuerpos famélicos y edificios quemados por los bandidos, pero el progreso exige sacrificios.
El reto inmediato es mantener a mi gente alimentada y caliente. La comida y la leña son abundantes para los pueblos que empiezan; basta con construir una cabaña de leñador o un campamento de caza y enviar a tu gente a por leña y carne de venado. Pero como no me permito cosechar esos recursos, debo encontrar una nueva fuente.
Un corte por encima
(Crédito de la imagen: Slavic Magic)
La única forma de conseguir lo que necesito es talar árboles en un campamento maderero, convertirlos en tablones en el aserradero y venderlos a través del puesto comercial para ganar dinero con el que importar todo lo que no puedo conseguir localmente. La comida y la leña están a la venta en el puesto comercial, pero tienen un impuesto de importación exorbitante. Me dan dos monedas por cada tablón que vendo, mientras que importar un solo trozo de carne me cuesta 12. Con cinco aldeanos hambrientos, necesito vender treinta tablones cada mes sólo para mantenerlos alimentados. En mi primer intento, mi gente estaba a punto de ganar lo suficiente cuando recibí una dura lección sobre las fuerzas del mercado, y fue su muerte.
Como te dirá cualquier miembro de las clases altas, hay formas de eludir los impuestos.
En Manor Lords, el valor de los bienes fluctúa en función de lo que se comercia. Como yo estaba inundando el mercado con tablones, su valor cayó a una sola moneda antes de que los comerciantes se negaran a comprarlos. Los habitantes de la Aldea Uno murieron de hambre y con un almacén repleto de madera invendible. Para que este pueblo de sólo madera sobreviva, estoy en una carrera para encontrar otra fuente de ingresos antes de que el mercado de tablones se hunda y mi gente se quede sin dinero para comprar comida. Por suerte, puedo conseguir un poco más de tiempo; como te dirá cualquier miembro de las clases altas, hay formas de eludir los impuestos.
Mi gente tiene frío y hambre y, por lo que veo, no parecen muy contentos de formar parte de mi gran experimento. Intento demostrar que es posible completar Manor Lords cosechando un solo recurso: madera. Eso significa que no hay granjas, ni gallineros, ni huertos. Ni minas de hierro, ni pozos de arcilla, ni canteras de piedra. Ni siquiera recoger leña.
Sin embargo, más que entusiasmo ante la perspectiva de demostrar que puedes apoyarte en la red comercial de este constructor de ciudades medievales para abastecerte de todo lo necesario para hacer crecer una ciudad próspera, la moral de mi gente está preocupantemente baja. Puede que hayan oído que mis esfuerzos anteriores han acabado dos veces en ciudades fantasma de cuerpos famélicos y edificios quemados por los bandidos, pero el progreso exige sacrificios.
El reto inmediato es mantener a mi gente alimentada y caliente. La comida y la leña son abundantes para los pueblos que empiezan; basta con construir una cabaña de leñador o un campamento de caza y enviar a tu gente a por leña y carne de venado. Pero como no me permito cosechar esos recursos, debo encontrar una nueva fuente.
Un corte por encima
(Crédito de la imagen: Slavic Magic)
La única forma de conseguir lo que necesito es talar árboles en un campamento maderero, convertirlos en tablones en el aserradero y venderlos a través del puesto comercial para ganar dinero con el que importar todo lo que no puedo conseguir localmente. La comida y la leña están a la venta en el puesto comercial, pero tienen un impuesto de importación exorbitante. Me dan dos monedas por cada tablón que vendo, mientras que importar un solo trozo de carne me cuesta 12. Con cinco aldeanos hambrientos, necesito vender treinta tablones cada mes sólo para mantenerlos alimentados. En mi primer intento, mi gente estaba a punto de ganar lo suficiente cuando recibí una dura lección sobre las fuerzas del mercado, y fue su muerte.
Como te dirá cualquier miembro de las clases altas, hay formas de eludir los impuestos.
En Manor Lords, el valor de los bienes fluctúa en función de lo que se comercia. Como yo estaba inundando el mercado con tablones, su valor cayó a una sola moneda antes de que los comerciantes se negaran a comprarlos. Los habitantes de la Aldea Uno murieron de hambre y con un almacén repleto de madera invendible. Para que este pueblo de sólo madera sobreviva, estoy en una carrera para encontrar otra fuente de ingresos antes de que el mercado de tablones se hunda y mi gente se quede sin dinero para comprar comida. Por suerte, puedo conseguir un poco más de tiempo; como te dirá cualquier miembro de las clases altas, hay formas de eludir los impuestos.
A medida que hagas crecer tus pueblos en Manor Lords, ganarás puntos de desarrollo, potentes mejoras que desbloquean ventajas pasivas o edificios avanzados. Una de ellas, Proveedores extranjeros, te permite añadir puestos al mercado de tu pueblo donde los aldeanos pueden comprar pan y leña sin pagar derechos de importación. Mientras tenga dinero, mi gente comprará lo necesario a precios reducidos. No es suficiente para prosperar, pero evitará que se mueran de hambre.
Obtienes tu primer punto de desarrollo tras construir unas cuantas casas, lo cual es bastante fácil, ya que sólo se necesita madera para construirlas. Si hay algo que tengo, es madera. Y aldeanos muertos, pero también madera. Para ganar más, sin embargo, tendré que mejorar las casas, y sólo podré hacerlo cuando los ocupantes tengan acceso a toda una serie de recursos que no puedo conseguir localmente. Aunque mi gente ya no está en peligro inminente de morir de hambre, en realidad no he resuelto el problema de la caída del mercado de tablones; los puestos del mercado sólo significan que el dinero que gano llegará más lejos. También hay una preocupación mayor: al final del segundo año en Lords Manor, los bandidos atacarán mi territorio. Robarán todo lo que no esté clavado y quemarán todo lo que esté clavado, que fue el triste destino de la Aldea Dos.
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Trucos del oficio
(Crédito de la imagen: Slavic Magic)
Normalmente, la mejor forma de prepararse para el asalto de los bandidos es construir una casa señorial. El edificio administrativo es el hogar de tu señor y te permite cobrar impuestos a tu pueblo. También viene con un séquito de cinco soldados fuertemente armados. Junto con una milicia de aldeanos armados con lanzas, esta fuerza puede rechazar a los bandidos. El problema, como descubrió mi segunda aldea, es que la comitiva son muchachos hambrientos, y un chorrito de pan del mercado no basta para mantenerlos. Cuando llegaron los bandidos, los soldados habían muerto de hambre en la mansión. Los bandidos atravesaron a los escuálidos lanceros que pude reunir y quemaron mi aldea hasta los cimientos.
Mi gente tiene frío y hambre y, por lo que veo, no parecen muy contentos de formar parte de mi gran experimento. Intento demostrar que es posible completar Manor Lords cosechando un solo recurso: madera. Eso significa que no hay granjas, ni gallineros, ni huertos. Ni minas de hierro, ni pozos de arcilla, ni canteras de piedra. Ni siquiera recoger leña.
Sin embargo, más que entusiasmo ante la perspectiva de demostrar que puedes apoyarte en la red comercial de este constructor de ciudades medievales para abastecerte de todo lo necesario para hacer crecer una ciudad próspera, la moral de mi gente está preocupantemente baja. Puede que hayan oído que mis esfuerzos anteriores han acabado dos veces en ciudades fantasma de cuerpos famélicos y edificios quemados por los bandidos, pero el progreso exige sacrificios.
El reto inmediato es mantener a mi gente alimentada y caliente. La comida y la leña son abundantes para los pueblos que empiezan; basta con construir una cabaña de leñador o un campamento de caza y enviar a tu gente a por leña y carne de venado. Pero como no me permito cosechar esos recursos, debo encontrar una nueva fuente.