El Sistema Político de la Restauración: Bipartidismo, Turno Pacífico y Caciquismo

El Bipartidismo y el Turno Pacífico en la Restauración

El sistema político de la Restauración se basó en la alternancia pacífica y pactada de partidos, un sistema conocido como turnismo político. Dos partidos se turnaban en el poder, ambos liberales, pero con interpretaciones distintas del liberalismo, que asumían papeles complementarios. Defendían la monarquía, la Constitución, la propiedad privada y la consolidación del Estado liberal, unitario y centralista. Eran partidos de minorías, de notables. Se nutrían de las élites económicas y de la clase media (terratenientes en el Conservador y profesionales en el Liberal).

  • Partido Conservador: Defensor de la monarquía, el orden y la propiedad. Fue liderado por Cánovas del Castillo, y otros miembros destacados fueron Maura, Azcárraga y Silvela.
  • Partido Liberal Fusionista: (en un principio denominado Partido Constitucional), formado por ex miembros de la Unión Liberal y progresistas. No eran partidarios de las restricciones a la libertad de expresión y asociación. Su líder principal fue Sagasta.

El turno de poder se garantizaba con el encargo de gobernar por parte del rey. Cuando el partido en el gobierno sufría un desgaste y perdía la confianza de las Cortes, el Monarca llamaba al jefe de la oposición para formar gobierno. El fraude en los resultados aseguraba que las elecciones fuesen siempre favorables al gobierno que las convocaba.

La Manipulación Electoral y el Caciquismo

La alternancia fue posible por un sistema electoral corrupto y manipulador, que compraba votos, falsificaba actas y utilizaba prácticas coercitivas sobre el electorado. En función de las necesidades, gobernaba uno u otro partido; cuando debía producirse el cambio, las elecciones se amañaban. Para ello, la oligarquía dominante (formada por ministros, diputados o altos cargos políticos) se valía de los caciques locales (prohombres de provincia de gran poder socioeconómico que ejercían una gran influencia sobre el pueblo en general). En general, los caciques dirigían el voto del pueblo, de acuerdo a las directrices de la oligarquía (caciquismo).

El control del proceso electoral se ejercía a partir de dos instituciones: el ministro de la Gobernación y los caciques locales. Éste elaboraba la lista de candidatos a ser elegidos (encasillado). Los gobernadores civiles transmitían la lista a los alcaldes y caciques y se ponía a su servicio para garantizar su elección. Con trampas electorales conseguía el pucherazo (adulteración de resultados, inclusión en el censo de muertos, manipulación de actas, coacción, y compra de votos). En conclusión, ya antes de celebrarse las elecciones, cada diputado tenía asignado su escaño.

El caciquismo era más evidente en zonas rurales. Los caciques hacían informes y certificados personales, controlaban el sorteo de quintas, proponían el reparto de contribuciones, podían resolver o complicar trámites burocráticos y proporcionaban empleo. Estas prácticas fraudulentas se apoyaban en la abstención de la población (participación electoral del 20%).

Evolución Política con Alfonso XII (1874-1885) y la Regencia de María Cristina (1885-1902)

El Reinado de Alfonso XII (1874-1885)

La monarquía, representada en la persona de Alfonso XII, fue la base de la Restauración y del sistema. Además de ser el elemento catalizador del mecanismo político-constitucional, ejerció como Jefe Supremo del Ejército, sobre el que ya se había ganado su confianza en la Guerra Carlista, algo que no había ocurrido en el reinado de Isabel II.

Las características políticas de la Restauración fueron establecidas por Cánovas. Basó su sistema político en dos principios o pilares básicos: la Monarquía y un marco constitucional integrador. Contó también con el apoyo de las ciudades y clases medias, desengañadas con el Sexenio y con miedo a las revueltas obreras. Éstas, cansadas de verse limitadas por la legislación restrictiva, redujeron su estrategia de enfrentamiento.

Durante el gobierno del partido conservador (1875-1881) se desarrolló la pacificación militar. Se elaboró la Constitución y se llevaron a cabo medidas restrictivas en derechos (expulsión de profesores universitarios y censura de prensa con la Ley de Imprenta). Sus primeras medidas pasan por la sustitución de los cargos provinciales y locales por hombres de su confianza y la derogación de la legislación más radical del Sexenio: cierre de periódicos de tendencia republicana y demócrata, eliminación del juicio por jurados y matrimonio civil. Para conseguir la paz social, se decreta una amplia amnistía y se dialogó con progresistas y demócratas. Se completaron los primeros objetivos canovistas con la liquidación de la guerra carlista (1876); como resultado de ello quedan abolidos los fueros vascos (ideológicamente siguieron vivos) y se intensificó la centralización administrativa. La liberación de tropas en este frente permitió su envío a Cuba, consiguiéndose la paz dos años más tarde (Paz del Zanjón, 1878). Una amplia amnistía, un régimen de mayor autonomía y la libertad de esclavos de origen asiático, contentaron a la burguesía cubana. Su programa se basaba en la defensa del orden social, defensa de la monarquía y defensa también de la propiedad.

En 1881 llega por primera vez al poder el Partido Liberal Fusionista, comenzando así la alternancia o turno de partidos. Los liberales actuaron con prudencia, huyendo de alarmar a los poderosos, y se centraron en la libertad de expresión. Las medidas más importantes fueron: devolución de cátedras, se permitió actuar a las asociaciones de obreros republicanos, limitación de los delitos de prensa, y la creación de una comisión de reformas sociales. Sin embargo, no se decidieron a restablecer el sufragio universal, lo que ocasionó disturbios de importancia: los turbios sucesos protagonizados por la Mano Negra en el campo andaluz y el intento de pronunciamiento republicano (1883). Los liberales actuaron con dureza: proceso a los golpistas y represión de las protestas populares. Aún así, el rey encargó formar gobierno a Cánovas (1884) y retornan las medidas restrictivas contra prensa y universidades.

La Regencia de María Cristina (1885-1902)

.-
Tras la muerte de Alfonso XII, en 1885, María Cristina de Habsburgo, su esposa, asume la regencia hasta la mayoría deedad del futuro Alfonso XIII. Los grandes partidos llegan al compromiso de mantener la monarquía, respetar los turnospolíticos y conservar las principales medidas legislativas. Por esto, conservadores y liberales llegan a un acuerdo en elPacto del Pardo.En 1885 llega al poder (una vez más tras manipular las elecciones) Sagasta que emprende una dilatadalegislación reformista: libertad de imprenta y cátedra con límite en la crítica a la monarquía (favoreciendo ciertodespegue cultural y un clima de libertad) en 1887 se decreta la libertad de asociación. En 1889 se aprueba elCódigo Civil y se restablece el juicio con jurados. En 1890 se aprueba el sufragio universal para los varonesmayores de 25 años aunque el caciquismo y el fraude electoral anulan sus posibles efectos.
Curiosamente, las primeras elecciones con sufragio universal las ganó Cánovas, que se decidió por elproteccionismo económico. Los conservadores subieron al poder en el 90 y tomaron las siguientes medidas:política proteccionista (Ley de aranceles 1891), escasa atención a problemas sociales e intensificación medidasrepresivas (Ley Antiterrorista de 1894). En 1892 de nuevo ocupa el poder Sagasta, y es entonces cuandocomienza a prepararse una nueva insurrección cubana, ante lo problemático de la situación, Cánovas vuelve en1895.Pero en 1897, el régimen sufre un duro golpe tras la muerte de Cánovas en un atentado anarquista, La verdaderacrisis surgió por la pérdida de las últimas colonias en 1898. El turno dinástico funciono hasta 1898, cuando el impacto dela crisis erosiono a políticos y partidos dinásticos. Por primera vez, en grandes ciudades las fuerzas de la oposición seconvirtieron en hegemónicas rompiendo el monopolio de los partidos dinásticos.

Castilla La Mancha durante la Restauración.-
En esta época las condiciones socioeconómicas hicieron que triunfara el caciquismo. Los caciques solían ser grandes propietarios rurales, es el caso del conde de Romanones en Guadalajara y los Ochando en Albacete. Castilla la Mancha poseía un elevado índice de analfabetismo. Entre la prensa había diferencias de opinión entre regionalismo castellano o manchego, esta ideología continuo hasta la dictadura de Primo de Rivera. En 1906 se
creó la bandera castellano manchega. Uno de los fenómenos destacados durante la Restauración en Castilla La Mancha, fue la de los cuneros candidatos al Congreso y/o al Senado y que carecían de cualquier relación con el distrito por el que sepresentaban siendo propuestos por las direcciones de los partidos dominantes. Quizá el caso más ilustre de los referidos cuneros lo representa el liberal gaditano Segismundo Moret, varias veces ministro, presidente del gobierno y profesor de la Institución Libre de Enseñanza que fue elegido por Ciudad Real en 1879 y por el distritotoledano de Orgaz en 1882 y 1886.Socio-profesionalmente hablando, los diputados castellano-manchegos durante la Restauración fueron
mayoritariamente propietarios y hacendados, en menor medida, funcionarios, abogados y notarios, altos cargos ymedios de la Administración Civil y nobles.Fuera del sistema existían muchos políticos carlistas y republicanos que contaban con periódicos propios,
círculos (Círculo Republicano de Hellín) y casinos (Casino Republicano de Daimiel, Casino Tradicionalista de
Ciudad Real…).El Desastre del 98 tuvo, como en el resto de España, sus consecuencias negativas, se produjeron en numerosospuntos de Castilla La Mancha varios motines de subsistencia. La escasez de productos de primera necesidad, losaltos precios y los bajos salarios fueron causas comunes que se vieron agravadas por las dificultades queatravesaba el país a causa de la guerra colonial. Asimismo en esta época se dieron los inicios del movimientoobrero en España y en Castilla la Mancha. Los primeros movimientos se dividirían entre la FTRE y la UGT, queprotagonizaron protestas y revueltas. El final del siglo XIX propicio la aparición de los primeros periódicos como eldefensor de Albacete.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *