Mapa de los platos más típicos de España - España Fascinante

Mapa de los platos más típicos de España

Mapa de los platos típicos de España

Si hay algo por lo que puede presumir España es por tener una gastronomía brillante de norte a sur. Independientemente de la región que se visite, siempre se puede encontrar no solo una, sino varias especialidades culinarias que la representan. Tanto es así que incluso se genera polémica en torno a los platos típicos de España que mejor plasman su esencia. Un andaluz defenderá su gazpacho, como otro apoyará el flamenquín. De forma similar, un asturiano se debatirá entre el cachopo o la fabada y el navarro entre las pochas y los pimientos del piquillo.

Sin embargo, aunque elegir una sola comida por comunidad autónoma es una tarea ardua, también es una suerte que lo sea porque es un testimonio claro de la variedad gastronómica con la que cuenta el país. En las siguientes líneas vamos a comprobarlo gracias al viaje que haremos a cada una de las comunidades autónomas para descubrir sus platos más emblemáticos.

17 comunidades autónomas y 17 platos típicos de España

Mapa de los platos típicos de España

Andalucía

Comenzamos la ruta por el sur para dirigirnos a Andalucía y refrescarnos con un buen gazpacho andaluz, un plato cuyo origen se remonta a la época romana, cuando se consumía una mezcla de agua, aceite, un poco de pan y vinagre. A esta mezcla se le fueron incorporando con el paso de los siglos ingredientes como el tomate, el pimiento y el pepino, dando lugar al gazpacho actual, una especie de sopa fría muy refrescante que se adapta al clima cálido de la zona.

Gazpacho
Gazpacho. | Shutterstock

Cabe mencionar que no hay que confundirlo con su variante espesa, el salmorejo, originario de Córdoba, el que además de no llevar pimiento y pepino, incorpora miga de pan y se acompaña de jamón ibérico y huevo duro. Todo un deleite.

Aragón

Ternasco
Ternasco. | Shutterstock

Una de las comunidades con más historia de España no podía no contar con un plato tradicional y delicioso a partes iguales: el ternasco asado. Una preparación aragonesa elaborada con cordero lechal de raza que se asa en el horno junto a patatas, cebolla y ajo, dejando como resultado una carne tierna y sabrosa.

Se trata de una elaboración que lleva degustándose de generación en generación desde el siglo XIII, y que a día de hoy sigue siendo muy popular, de hecho, suele consumirse durante las Fiestas del Pilar, las celebraciones más grandes de la capital de Aragón.

Asturias

Fabada asturiana
Fabada asturiana. | Shutterstock

Mezclar fabes, chorizo, morcilla, tocino, cebolla y ajo da lugar a un plato suculento, nutritivo y contundente: la fabada asturiana. La comida típica en Asturias por antonomasia nació entre el siglo XVIII y el XIX para llegar hasta nuestros días y ser disfrutada especialmente durante los meses de invierno.

Cantabria

Cocido montañés
Cocido montañés. | Shutterstock

Los trabajadores del siglo XVI y XVII que se debían a sus labores del campo necesitaban tener los nutrientes necesarios para aguantar sus largas jornadas. De esa necesidad surgió un plato sustancioso y delicioso por igual, el cocido montañés.

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Es una elaboración que mezcla alimentos de toda clase como garbanzos, tocino, chorizo, morcilla, costilla, cebolla, patata, berza y fideos. Al igual que otras especialidades como la fabada, suele consumirse en Cantabria especialmente en las temporadas de frío.

Castilla y León

Cochinillo asado
Cochinillo asado. | Shutterstock

Si bien la comunidad castellanoleonesa es lo suficientemente extensa como para tener elaboraciones gastronómicas de todo tipo, hay un plato que resalta más que otros, y ese es el cochinillo asado, especialmente preparado en la provincia de Segovia.

Para elaborarlo, el cerdo se prepara al horno de leña en cazuela de barro y se sirve cuando la piel cruje. Lo más seguro es que al comensal se le haga la boca agua.

Castilla-La Mancha

Pisto manchego
Pisto manchego. | Shutterstock

Un plato que puede prepararse frío o con caldo es el pisto manchego, el cual, como bien dice su nombre, es típico de Castilla-La Mancha. Es una deliciosa fritada de verduras que suele prepararse con tomates, calabacín y pimientos verdes y rojos. Es decir, con productos de la huerta. Sin embargo, también es costumbre verlos elaborados de muchas maneras, con huevo frito, jamón, aceitunas…

Cataluña

Calçots con salsa romesco
Calçots con salsa romesco. | Shutterstock

Esta elaboración tiene hasta su propia fiesta gastronómica, la calçotada, una celebración en la que se cocinan los calçots y se comen en grandes cantidades. Estos calçots son un alimento típico de la cocina catalana, especialmente de Tarragona, que empezaron a cultivarse en el siglo XIX, pero que se popularizaron en el XX.

Se trata de cebollas tiernas de unos 20 centímetros que se cocinan a la brasa y que se sirven acompañadas de salsa romesco. Normalmente se les quita la capa exterior y se comen con las manos, por lo que el “pringarse” de salsa es lo más habitual y es parte de la experiencia.

Comunidad de Madrid

Cocido madrileño
Cocido madrileño. | Shutterstock

Sopa, garbanzos, carne y verduras. Olla de barro y fuego lento. Las claves para que surja la magia y poder degustar este suculento cocido tan arraigado a la cocina madrileña. Una elaboración que alimenta, reconforta y que, efectivamente, llena y mucho. El origen es incierto, quizá se remonta al siglo XVII, pero de lo que no hay duda es de que es una preparación muy querida por los madrileños y la más tradicional de la capital de España.

Comunidad Valenciana

Paella valenciana
Paella valenciana. | Shutterstock

Es típico de la Comunidad Valenciana, pero es uno de los más emblemáticos del país en su conjunto. Y es que la paella valenciana es querida en España, pero también fuera de nuestras fronteras.

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Sus orígenes probablemente se sitúen en el siglo XVI, cuando los campesinos de las zonas rurales de Valencia requerían de una comida fácil de transportar que fuera sencilla de elaborar. De ahí comenzaron a cocinar arroz junto a otros ingredientes locales como el pollo, el conejo, las judías y las verduras. Sin duda, uno de esos platos típicos de España que han llevado nuestra cultura a muchas partes del mundo.

Extremadura

Migas extremeñas
Migas extremeñas. | Shutterstock

El nombre de las migas extremeñas no engaña, pues son una receta tradicional de la gastronomía de Extremadura. Su origen probablemente se encuentra en la época romana, cuando los pastores utilizaban las sobras de pan duro para elaborar un plato energético y económico.

En la actualidad suelen prepararse con chorizo y panceta, además de con ajo, pimentón y aceite. Una comida de larga historia que no deja de estar muy buena por mucho que pasen los años y los ingredientes aparenten ser sencillos.

Galicia

Pulpo a la gallega
Pulpo a la gallega. | Shutterstock

En la tierra donde reina el marisco, el pulpo a la gallega se lleva la corona. El pulpo á feira, como es conocido en Galicia, se elabora con patatas, pimentón y aceite de oliva. Su consumo es muy popular en las fiestas y ferias típicas gallegas donde también es habitual ver empanadas de Galicia, otra delicia de la zona con mucha antigüedad y que puede degustarse con rellenos de todo tipo.

Islas Baleares

Ensaimada
Ensaimada. | Shutterstock

En las Islas Baleares el plato más afamado es un dulce típico elaborado con harina, huevos, leche, manteca, azúcar, levadura y sal: las ensaimadas, las cuales se pueden tomar solas, pero también acompañadas de helado, fruta o chocolate.

Se cree que su origen se remonta al siglo XIX debido a la influencia árabe, cuando introdujeron la técnica de elaborar panes de sabor dulce. Por otro lado, si tuviéramos que destacar una elaboración salada típica de estas islas, no cabría duda de que sería la caldereta de langosta, la reina de Menorca.

Islas Canarias

Papas arrugadas con mojo picón
Papas arrugadas con mojo picón. | Shutterstock

Las papas arrugadas se preparan con unas patatas de pequeño tamaño, las “papas bonitas”, que se cuecen con sal hasta que la piel se arruga, dando lugar a su curiosa denominación. Se acompañan servidas de mojo picón, una salsa picante elaborada con pimientos rojos, ajo, comino, cilantro, vinagre, aceite de oliva y sal.

Su origen es muy llamativo y seguramente se remonta a los siglos XV y XVI. En aquella época, debido a la llegada de los españoles a Canarias, estos trajeron consigo las patatas de América del Sur y las hicieron llegar a las islas.

La Rioja

Patatas a la riojana
Patatas a la riojana. | Shutterstock

Las patatas a la riojana son un guiso sencillo y muy apetitoso que se suele consumir como entrante o principal. Puede que su origen de se encuentre en el siglo XIX, cuando los campesinos comenzaron a cultivar patatas y elaboraron con ellas este rico plato hecho con chorizo, pimientos, cebolla, ajo, laurel, azafrán, aceite de oliva y sal.

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Aunque probablemente sea la comida de La Rioja más conocida, la comunidad puede alardear de tener un gran repertorio gastronómico como los guisos, el bacalao a la riojana o las frituras, entre otras muchas.

Murcia

Zarangollo
Zarangollo. | Shutterstock

En la Región de Murcia destaca un plato de curioso nombre: el zarangollo. Se dice que tan llamativa denominación proviene de la palabra «zaranga», que hace referencia a una «mezcla de cosas» y a su vez es el nombre de una elaboración aragonesa que llegó hasta Murcia.

Se trata de una fritada o revuelto, primo hermano del pisto, cuyos ingredientes son fáciles de encontrar: calabacín, cebolla y ajo, aunque a veces se utiliza huevo y patata como variante. Estos son suficientes para elaborar una comida deliciosa que suele tomarse en las fiestas y celebraciones murcianas.

Navarra

Alubias pochas
Alubias pochas. | Shutterstock

La tierra de las verduras por excelencia tiene una receta tradicional que refleja la riqueza de las huertas de la Comunidad Foral de Navarra. Las pochas a la navarra surgieron en torno al siglo XIX cuando los agricultores navarros se dieron cuenta de una cosa: si recogían las alubias blancas, que eran una gran fuente de alimento, antes de su maduración completa en la vaina, conseguían un grano más tierno. Es lo que hoy conocemos como “pochas” en alusión a su aspecto.

Para prepararlas, se les añade verduras, dando lugar a las “pochas viudas”, la elaboración clásica. También se les incorpora otros ingredientes como chorizo, morcilla o tocino, o incluso alguna pieza de pescado o marisco.

País Vasco

Bacalao al pilpil
Bacalao al pilpil. | Shutterstock

Sencillez y exquisitez. Dos palabras que definen a la perfección el bacalao al pilpil, una preparación típica del País Vasco que se fragua uniendo una buena pieza del pescado, ajo, guindilla y aceite de oliva. Se cocina a fuego lento, moviendo la cazuela constantemente para que el aceite emulsione. De hecho, si te preguntas qué es eso de «pilpil», es una expresión onomatopéyica que se refiere precisamente al sonido de la cazuela cuando está al fuego.

Según la leyenda, la receta nació en torno al siglo XIX, cuando un comerciante bilbaíno hizo un pedido de bacalao y le hicieron entrega por error de más de 2000 ejemplares. En lugar de desperdiciarlo, creó un plato apetecible con ingredientes sencillos para poder venderlo con mayor facilidad. Sea como fuere, hasta nuestros días es una delicia que se disfruta en toda la costa vasca.

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