El paraíso de Hafner. Nazismo encubierto en España | Documental
Paul Maria Hafner. Fotograma del documental El paraíso de Hafner (2007).
Paul Maria Hafner. Fotograma del documental El paraíso de Hafner (2007).

El Paraíso de Hafner. Nazismo encubierto en España | Documental

El Paraíso de Hafner (Hafners Paradies, 2007), dirigido por el austriaco Günter Schwaiger, es un documental que presenta un retrato inquietante y complejo de la vida del nazi y antiguo miembro de las SS Paul Maria Hafner. Durante 72 minutos, Schwaiger hace un seguimiento de la vida cotidiana del anciano protagonista durante su retiro en España. Desde el realismo que concede el formato y la naturalidad y cercanía de su rodaje, el filme desvelará progresivamente el fanatismo, la mentira y la soledad que Hafner, tras su aparente entereza y aires de grandeza esconde.

Cartel cine documental El paraíso de Hafner de Günter Schwaiger, (2007)

Haremos un resumen y análisis de El paraíso de Hafner. A través de encuentros con otros personajes y momentos reveladores, profundizaremos en el negacionismo, alienación y lucha contra la realidad histórica. Además, examinaremos las implicaciones de las leyes de memoria en España y su relevancia en el contexto político actual.

La Vida Cotidiana de un Nazi en España

El primer bloque del documental El Paraíso de Hafner (2007) revela la magnánima y perturbadora personalidad del protagonista, un hombre del que a simple vista nadie podría imaginar su horroroso pasado e ideología extremista. Hafner, al igual que otros nazis tras la segunda guerra mundial, encontró amparo bajo la dictadura de Franco -vivió en Madrid desde el año 1954- y obtuvo logros empresariales como la invención de una máquina de hacer yogurt o el montaje de su propia granja de cerdos. Alardea orgulloso de que todavía en España se crían cerdos de los que él trajo de Alemania.

Su ferviente admiración por Hitler se manifiesta en sus expresiones de apoyo a la ideología nazi y su nostalgia por la Alemania de la era hitleriana:

Nunca hubo un país como en los tiempos de Hitler tan próspero como Alemania […] Me alegro de ser un super-alemán y de serlo hoy. Y espero que Alemania vuelva a convertirse en un Reich.

Paul Maria Hafner (2007).
Hafner tiene una foto de Esperanza Aguirre en la mesa en la que come, y también tiene puestas por su casa fotos de Hitler y Franco. El paraíso de Hafner (Günter Schwaiger, 2007). Critica documental.
Hafner tiene una foto de Esperanza Aguirre en la mesa en la que come, y también tiene puestas por su casa fotografías de Hitler y Franco.

Se jacta de no caer enfermo en años, de no sufrir ningún dolor y de no tomar medicamentos. En su día a día, va rutinariamente a nadar, a misa y acude a reuniones del partido ultraderechista Fuerza Nueva. La mostrada en el documental, es una conferencia sobre León Degrelle, jefe de una división de las SS y otro exiliado nazi con el que nuestro protagonista tuvo relación, y el cual, como tantos otros, encontró cobijo en la España franquista tras ser condenado a muerte en su Bélgica natal. Durante la conferencia, Blas Piñar, el jefe de la organización de ultraderecha dice:

Todo lo que no sea el franquismo es la antiespaña.

Blas Piñar (2007).

¿Sociópata o Creyente Fanático del Nacional Socialismo?

La exposición del pasado de nuestro protagonista, incluida su participación en las SS y su experiencia en campos de concentración como el de Dachau, como él mismo dice: “haciendo encargos, buscando gente para hacer determinados trabajos y dando órdenes”; añade un gran agujero a su gruesa capa de hormigón revelando ya a todo espectador que formó parte del horror. Pero su fascinación mórbida por el régimen nazi y sus ideales lo muestran frío, impasible y sin ningún tipo de arrepentimiento.

Paul Maria Hafner de joven. Schwaiger le pregunta que cuáles fueron sus ordenes en el campo de concentración de Dachau, a lo que Hafner responde que no lo recuerda.
Paul Maria Hafner de joven. El director Günter Schwaiger le pregunta que cuáles fueron sus ordenes en el campo de concentración de Dachau, a lo que Hafner responde que no lo recuerda.

Schwaiger establece el tono y el contexto para explorar la compleja psique de Hafner, cuya vida y creencias desafían las convenciones sociales. Nos plantea la pregunta de si es un sociópata sin empatía ni escrúpulos o si es tal su convencimiento por el nacional socialismo que el fin justificó en todo momento los medios; aunque más bien, y en su caso, parece que una opción no podría vivir sin la otra. Además, el realizador nos planta la semilla sobre la naturaleza y procedencia del extremismo ideológico y su impacto en el presente, probablemente, la peor enemiga de la memoria histórica.

Como parte de esa inhumanidad, merece mención el encuentro de Hafner, en lo que parece ser un comedor social de la iglesia, con Joachim Heyroth, de 99 años; uno de los soldados de la Legión Cóndor que bombardeó Guernica. Es estremecedora la forma en la que cuenta, mientras sonríe, que él fue uno de los que arrojaba las bombas desde uno de los aviones. 
Como parte de esa inhumanidad, merece mención el encuentro de Hafner, en lo que parece ser un comedor social de la iglesia, con Joachim Heyroth, de 99 años; uno de los soldados de la Legión Cóndor que bombardeó Guernica. Es estremecedora la forma en la que cuenta, mientras sonríe, que él fue uno de los que arrojaba las bombas desde uno de los aviones. 

Marbella, paraíso terrenal para el retiro de nazis

Durante el segundo bloque del documental El Paraíso de Hafner (2007), se despliega una panorámica reveladora sobre su soledad y demencia, aunque no senil a pesar de su edad. En su viaje a Marbella tiene la intención de quedar con sus amigos nazis ubicados allí, cuenta que allí terminaron muchos exoficiales como él, Wolfgang Jugler (jefe de la escolta personal de Hitler), el propio Degrelle, Theo Soucek o Gerd Honsik, condenado en Austria por negar el Holocausto. España no lo extraditó, sino que le dieron la residencia de inmediato. Se terminó yendo a la Costa del Sol con mucho gusto y Hafner cuenta que iba a visitarlo a menudo.

Llama a Jugler varias veces pero le da largas. Gerd Honsik ni le coge el teléfono. Hafner lo disculpa argumentando que puede que no quiera participar en la grabación ya que podrían acusarle e incluso condenarle a prisión como le pasó al historiador David Irving, acusado de negar el Holocausto y los actos cometidos por los nazis contra la humanidad, algo que le proporcionó reconocimiento internacional entre los grupos de la derecha radical.

Hafner, desde la playa, como gran fan del historiador extremista David Irving, le escribe una postal, y al firmarla, le pide al director Günter Schwaiger que la firme también. Éste se niega.
Hafner, desde la playa, como gran fan del historiador extremista David Irving, le escribe una postal, y al firmarla, le pide al director Günter Schwaiger que la firme también. Éste se niega.

En España negar el Holocausto no es delito. Franco acogió a muchos alemanes que de alguna manera se sentían perseguidos. Franco era pro-nazi con toda seguridad y David Irving fue un historiador extremista condenado en Austria por negar el Holocausto.

Paul Maria Hafner (2007).

El negacionismo y la soledad de Paul Maria Hafner en un país polarizado

Tras diversas llamadas sin éxito, Hafner solo consigue compañía y cobijo con Cristina, la hija de un antiguo general franquista. El documental ofrece un retrato íntimo de Hafner, cuya soledad y fragilidad física contrasta con la tenacidad de sus creencias. A través de la conversación con Cristina, se revela la desconexión de Hafner con la realidad histórica y su negativa a confrontar las atrocidades del Holocausto. Se limita a decir que todo lo que se manifiesta sobre el genocidio no es más que propaganda.

Hafner, al igual que Irving o Honsik, niega el Holocausto, pero en España eso no es delito, por lo que ante las cámaras no se corta para decir a Cristina un completo disparate: que Hitler ordenó la evacuación de los judíos a los campos de concentración como el de Auschwitz para sacarlos de las grandes urbes y evitarles así los bombardeos ingleses y americanos. Dice además que los judíos estuvieron encantados con ello. También incluso que los campos eran hoteles de diez estrellas comparados con las ciudades. La expresión de Cristina ante tal despropósito es de odio, pero también de compasión, además, da la impresión todo el tiempo de que acoge a Hafner en su casa por lástima.
Hafner, al igual que Irving o Honsik, niega el Holocausto, pero en España eso no es delito, por lo que ante las cámaras no se corta para decir a Cristina un completo disparate: que Hitler ordenó la evacuación de los judíos a los campos de concentración como el de Auschwitz para sacarlos de las grandes urbes y evitarles así los bombardeos ingleses y americanos. Dice además que los judíos estuvieron encantados con ello. También incluso que los campos eran hoteles de diez estrellas comparados con las ciudades. La expresión de Cristina ante tal despropósito es de odio, pero también de compasión, además, da la impresión todo el tiempo de que acoge a Hafner en su casa por lástima.

La trágica ironía de un hombre perdido en su fanatismo y despojado de cualquier compasión. Obtenemos así, personajes implacables y totalmente desconectados de la realidad que crean sus propios mártires y cobran fuerza con casos como el de David Irving. El director lanza así preguntas que resuenan en el silencio de nuestras conciencias. Nazis que viven en la sombra de una historia no resuelta, en esta Marbella, símbolo de lujo, corrupción y decadencia, se revela una España polarizada que por un lado celebra su diversidad, pero por el otro, intenta ocultar las cicatrices de su historia reciente.

Extraemos una reflexión perturbadora y crítica sobre la persistencia de la ideología nazi que llega hasta hoy y se manifiesta ya a través de los gobiernos de la Europa de Orban o Meloni. O de igual manera, con el trumpismo que desde América ha contaminado de posverdad, acuse y derribo toda comunicación política y llega y asalta hasta la bonita Argentina con el represor Milei. El resultado son líderes extremistas a seguir y una trágica representación de ultraderecha en la mayoría de parlamentos sacando a relucir la necesidad urgente de confrontar y no olvidar la memoria, para construir un futuro más compasivo y justo.

Dolores psicosomáticos. El trauma aplasta la ficción del protagonista

Tras el viaje a Marbella y ya en casa, Schwaiger pregunta a Hafner si no se siente traicionado por no ver a sus amigos de Marbella, pero Hafner se muestra como un hombre atrapado en las redes de su propia ficción evitando contestar y diciendo que ha sido un viaje maravilloso. Desvela su aislamiento emocional, lo que subraya su alienación no solo con respecto a la realidad histórica, sino también con su entorno social.

De visita en una residencia de ancianos y mientras la televisión emite un reportaje sobre los daños sufridos en Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial, Hafner vuelve a negar lo evidente y dice que los polacos no fueron víctimas de los nazis, sino víctimas de la guerra anglo-americana y los demócratas. El director le pregunta por los campos de exterminio y el Ghetto de Varsovia y Hafner le contesta que jamás existieron campos de exterminio. El paraíso de Hafner, análisis del documental en Cultugrafía, difusión y crítica cultural.
De visita en una residencia de ancianos y mientras la televisión emite un reportaje sobre los daños sufridos en Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial, Hafner vuelve a negar lo evidente y dice que los polacos no fueron víctimas de los nazis, sino víctimas de la guerra anglo-americana y los demócratas. El director le pregunta por los campos de exterminio y el Ghetto de Varsovia y Hafner le contesta que jamás existieron campos de exterminio.

Ya en casa, Hafner sigue negando todo a pesar de ver una película sobre el Holocausto, donde aparecen imágenes verdaderamente crudas sobre gente enferma, delgada, primeros planos de cadáveres, etc. Hafner dice que eso no prueba nada, que solo es una película, quedando incluso durmiendo durante el visionado. Después, vemos vulnerable por primera vez al anciano, sufriendo fuertes dolores en las encías, dolores que podrían ser psicosomáticos ya que cuenta que el médico no encuentra la causa. Se limita a amortiguar los dolores con agua. Este hecho también podría probar que no es un demente sino un mentiroso, pues al principio de la cinta decía que no sufría dolores.

Encuentro con Hans Landauer, prisionero del campo de concentración de Dachau

Llega el clímax con una reunión organizada por el director, una reunión con Hans Landauer, un ex-brigadista austriaco que pasó cuatro años prisionero en el campo de concentración de Dachau, el mismo en el que Hafner estuvo como miembro de las Waffen-SS. Se ve pues, cara a cara con una prueba irrefutable sobre el Holocausto.

Reunión de Paul Maria Hafner, nazi y miembro de las Waffen-SS, con Hans Landauer, prisionero durante cuatro años del campo de concentración de Dachau. Análisis documental en Cultugrafía, difusión y crítica cultural.
Reunión de Paul Maria Hafner, nazi y miembro de las Waffen-SS, con Hans Landauer, prisionero durante cuatro años del campo de concentración de Dachau.

En Alemania habían 8, 9 de estas fábricas de la muerte. Primero mataron a los enfermos de los psiquiátricos. Luego a los de los campos de concentración. Por ejemplo de Dachau: 4500. Tenemos una lista en la Memorial de Dachau de 4500 prisioneros que llevaron en autobuses a Hartheim […] Si noconoce Gross-Rosen, un campo terrible, en Silesia, quizás ni ha oído de ello, allí los prisioneros trabajaban como maximo 3 o 4 meses, hasta morirse esqueléticos. Igual que en Mauthausen. A Mauthausen enviaron a 7000 españoles republicanos. Entre ellos comunistas, socialistas, republicanos, autonomistas catalanes y vascos; de estos 7000 sobrevivieron 2000 […] En Dachau fueron unos 4000. ¿Cómo sabemos tan bien el número? Los mataban en el campo de tiro. Solo llegaban los uniformes. Por los uniformes sabemos hoy cuantos mataron en el campo de tiro situado a unos 3 km del campo.

Hans Landauer (2007).

Tras recibir todos estos golpes, Hafner dice que no cree nada, que nunca vivió nada así, pero tras la presión soportada por ese baño de realidad o como si su subconsciente se manifestara a través de sus encías, éste vuelve a recibir una crisis de dolor tan fuerte que no puede evitar quitarse la dentadura y meterse un pañuelo en la boca para morderlo.

Tras la conversación, Schwaiger le muestra a Hafner unas fotografías que ha traído Hans Landauer. Fotos de los montones de cadáveres que yacían ante el crematorio. Landauer le explica que cuando llegaron los americanos, es decir, ocho días después de que Hafner visitara el campo, hicieron tales fotos. Por primera vez y ante estas fotos Hafner comienza a titubear ante la pregunta del director de si recuerda algo de eso. Hafner flaquea por primera vez y dice que no lo sabe. Pero después vuelve en sí y repite que son todo cosas de propaganda. Landauer dice que nada de eso, que la foto del montón de cadáveres la hizo Willi de las Heras, su padre era español y su madre vienesa y trabajaba en el campo como fotógrafo para la Gestapo. Willi de las Heras hizo esas fotos el día después de la liberación. Es la verdad histórica. El director le vuelve a preguntar a Hafner que qué vio realmente en el campo de concentración, y éste queda en silencio y se pone a contarse los dedos como si fuera un niño pequeño. La conversación termina.

Hafner sostiene una fotografía de Willi de las Heras donde aparecen montones de cadáveres ante el crematorio un día después de la liberación.
Hafner sostiene una fotografía de Willi de las Heras donde aparecen montones de cadáveres ante el crematorio un día después de la liberación.

Leyes de memoria: análisis a través del documental El paraíso de Hafner

El documental El paraíso de Hafner (2007), de Günter Schwaiger, sintoniza con los objetivos de la reciente Ley de Memoria Democrática (2022) al fomentar la conciencia histórica y la capacidad para detectar tendencias antidemocráticas. Contrastando con las reuniones de Fuerza Nueva o el fervor de nuestro nazi protagonista, Schwaiger impulsa a rescatar el compromiso de la sociedad con la meta de evitar la repetición de episodios trágicos como el Holocausto o la vulneración de los derechos humanos. 

Por otro lado, la Ley de Memoria Histórica de 2007 reclama el reconocimiento de las víctimas de la guerra civil y la dictadura en España, encontrando también paralelismos con el trabajo de Schwaiger al abordar el fanatismo y la violencia a través de las víctimas de los campos de concentración, la destrucción de Varsovia o la aparición de personajes fundamentales como Hans Landauer.

Paul María Hafner murió en 2010, y de buen agrado habría presenciado las propuestas Leyes de Concordia de los gobiernos de PP y Vox en Aragón, Castilla y León y Comunidad Valenciana para contrarrestar las de Memoria Democrática y Memoria Histórica. Proponen cambios como: suprimir el término “dictadura” para referirse únicamente a tal periodo como “Franquismo”; eliminar el mapa de fosas comunes de dichas comunidades; retirar subvenciones a organizaciones que llevan a cabo tareas en favor de la memoria democrática; o blanquear la dictadura franquista no retirando su simbología. El impacto ha sido tal que la ONU ha emitido un informe y sus relatores argumentan que estas normas podrían vulnerar las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos.

Verdad y justicia. El mensaje del director Günter Schwaiger

El Paraíso de Hafner es en definitiva un documental perturbador que, a pesar de parecer no caminar sujeto a un guion sólido, puede ser elogiado por la habilidad del director para narrar la brutalidad de manera tan sutil y efectiva. Gran trabajo el de montaje y selección de todo el material rodado sin saber muy bien lo que pasaría. 

Queda más que claro que Hafner fue testigo y partícipe del horror. Aunque parece que por momentos se cree su propia ficción; puede que, como mecanismo de defensa para no sufrir estrés postraumático si es que en su más oscura profundidad quedaba algo de humanidad. O puede que ni se la creyera y su fanatismo le hiciera ser un mentiroso compulsivo para no dejar en mal lugar su idolatrado Tercer Reich. Un tipo peculiar que creía profundamente en el nazismo, Hitler y que soñaba con el Cuarto Reich. 

Más que un mero perfil biográfico, el documental nos enfrenta a la urgencia de preservar la memoria y resistir a las ideologías extremistas. A través de la mirada crítica y sensible del director Günter Schwaiger, se nos invita a reflexionar sobre el poder de la verdad y la justicia en la construcción de un mundo más justo y más humano.

Otros artículos de tu interés: