"A través del espejo" de Gali Beltrán

 Luisa era una niña de 8 años que vivía con sus padres en una pintoresca casita en medio de la pradera, cerca de un pequeño pueblo. A escasos cien pasos de la puerta de su casa comenzaba un frondoso bosque y a Luisa le encantaba adentrarse en él a jugar. Como era hija única siempre andaba sola, hablando consigo misma, cantando canciones y jugando con criaturas y amigos imaginarios. 

Un día salió como siempre a pasear al bosque por la mañana, pero no volvió a casa como de costumbre a la hora de la comida. Al inicio su madre no se preocupó, pero conforme avanzaba la tarde y comenzaba a oscurecer, no pudo evitar sentir miedo y angustia porque su hija no regresaba. Salió entonces junto a su esposo a buscar a Luisa. La llamaron a gritos, buscaron en sus lugares favoritos del bosque, pero nada, ella no aparecía. Estaban a punto de salir corriendo al pueblo a pedir ayuda, cuando vieron la silueta de la niña saliendo lentamente de detrás de un árbol frondoso. Su madre corrió a abrazarla y al mismo tiempo a regañarla por el susto que les había metido, pero Luisa no respondía ni a las caricias ni a los regaños: algo estaba mal. Cuando su madre la observó, vio una mirada vacía, esa no era la mirada normal de su hija. Al interrogarla, la niña sólo respondió:

 - Lo encontré, encontré el espejo y la vi, vi a mi hermana. ¿Dónde está ella, mamá?

Su madre se quedó atónita: 

- Pero, tú no tienes una hermana. O al menos no una viva, pensó, sin lograr pronunciar estas palabras en voz alta.

Entonces buscaron ese espejo durante varios días sin éxito. No encontraron nada, y Luisa se quedó con esa mirada vacía por el resto de su vida, y nadie nunca supo qué fue lo que realmente vio a través de aquel espejo.