El escritor homoerótico de los años 20 y “el más guapo del mundo”

El escritor homoerótico de los años 20 y “el más guapo del mundo”

Dos de las novelas de Álvaro Retana, ‘Los extravíos de Tony’ y ‘El encanto de la cama redonda’.

Puedes seguir al autor GUILLERMO MARTÍNEZ en X aquí: @Guille8Martinez

Sin pudor se autoproclamó “el escritor más guapo del mundo”. A su casa llegaban decenas de cartas enviadas por personas distinguidas, pero también de los escalafones más bajos de la sociedad, relatando dimes y diretes, el último romance de alta alcurnia o los líos de camas que revitalizaban los oídos y rumores de Madrid. Álvaro Retana no dejó títere con cabeza, ni dio puntada sin hilo en unos relatos en los que la ficción se mezclaba con lo biográfico, donde la ambigüedad no era óbice para crear unas imágenes tan fuertes y desafiantes en el lector que todavía hoy perduran. Ahora, la editorial Dos Bigotes ha reeditado una monografía en que recoge dos cuentos suyos.

Su locuacidad, vanguardia y maneras de hacer novelescas, en las que experimentó en torno al género y al deseo ligado a lo prohibido, sigue abriendo camino. Él hizo verdad aquello de que es mejor que hablen de uno mal a que no hablen, a pesar de que eso le costara dar con sus huesos en la prisión en varias ocasiones y que los regímenes autoritarios que atravesó le intentaran silenciar.

Ahora, Dos Bigotes ha reeditado una monografía que recoge sus cuentos Las locas de postín y El fuego de Lesbos, que aparecen por primera vez en un mismo volumen. En ellos, lo irónico se da la mano con el homoerotismo, al igual que sucediera con la mayoría de las obras de este escritor prestigioso de la primera mitad del siglo XX. “Con sus equilibradas dosis de humor y desenfado, las novelas de Retana tuvieron una excelente acogida en los años 20 y 30, mostrando una España que respiraba los aires de modernidad procedentes de otros países europeos”, introduce el propio sello editorial.

Estetas decadentes, artistas sicalípticos, escritores galantes, pero, sobre todo, aristócratas libertinos se dan cita en unos relatos que, tras el paso de los años y una férrea dictadura franquista, cayeron en el olvido. Nada es baladí en sus palabras, pues el recochineo que subyace en los textos, además, estaba protagonizado por personajes cuyos nombres escondían en su mayor parte a personas conocidas del círculo del autor.

Estos dos textos, lo que se conoce como novela en clave en el mundo de la crítica literaria, esconden personajes fácilmente reconocibles. Por ejemplo, Aurelio de Regoyos, que aparece en Las locas de postín, no es otro que el marqués de Hoyos y Vinent, hasta le llega a describir con su particular monóculo. “La nómina de personajes es muy amplia y no hemos podido identificarlos a todos”, comenta Dimas Prychyslyy, encargado de prologar el volumen.

Sí aparece un tal Juanito Sí-sí. El doble juego está servido, por un lado remite a la Emperatriz Sissi, pero la propia novela nos desvela el verdadero significado: “Era un efebo aristocrático a quien sus íntimos llamaban Juanito Sí-sí, porque jamás había dicho que no a ninguna proposición contra natura”.

Aquí, el ambiente gay, bisexual y lésbico que se vivió durante los felices y dorados años 20 reluce en todo su esplendor. “Ambas obras presentan una sucesión de escenas disparatadas donde campan a sus anchas los más diversos embajadores del tercer sexo, transformistas que causan sensación en los teatros madrileños y marquesas engañadas por sus novias y amantes; personajes precursores de la estética camp y festiva de autores como Eduardo Mendicutti o Luis Antonio de Villena y cineastas como Pedro Almodóvar”, se explayan desde Dos Bigotes.

El escritor y periodista Álvaro Retana.

El escritor y periodista Álvaro Retana.

Prychyslyy recuerda que a Retana le llamaban “el Petronio del siglo XX”. El experto apunta también que el escritor fue muy prolífico, pero apenas consiguió salir de los quioscos. No es raro apreciar en la obra de Retana algunas “trampas”, tales como escenas recicladas de otros pasajes, personajes repetidos o relatos demasiado inspirados en otros de otros autores.

“Este escritor, por cuatro publicaciones al año cobraba lo mismo que una folclórica de prestigio, como La Chelito. Es una persona que vivía muy bien, aparte de tener su puesto de funcionario”, introduce Prychyslyy. Todo ello gracias a la aceptación que cosechó, no tanto por la parte intelectual, sino por el pueblo llano, el lector común que encontraba en sus comedias de enredo una vía de escape a su vida angustiosa y atormentada. “El problema es que poca gente recuerda a Retana”, añade el especialista.

Según Prychyslyy, si nuestro personaje hubiera nacido en Alemania o Francia, tendría plazas y calles con su nombre, y varias adaptaciones al cine. “Y eso ha sucedido porque los distintos regímenes que le tocó vivir siempre le intentaron silenciar”, enfatiza. Durante la dictadura de Primo de Rivera, Retana fue encarcelado en dos ocasiones. En la primera, fue su propio padre, quien tenía un puesto importante en la Guardia Civil de Barcelona, quien le denunció por escándalo público tras la publicación de la novela El Tonto.

Llegada la República a España, Retana simpatizó con ella. Poco duró esa alegría. Tras la victoria franquista, “al igual que siempre fue ambiguo en lo que escribía y con quien se acostaba, también lo fue en sus posturas políticas. Quería llevarse bien con el poder de turno, aunque ese poder siempre fuera contra él”, apunta Prychyslyy.

Su biografía es tan disparatada que llegó a estar condenado a muerte por el franquismo. El delito: profanación de los objetos sagrados heredados de una amiga suya. Finalmente, intervención papal mediante, se le conmutó por una pena de cárcel. En total, Retana estuvo recluido nueve años.

De ahí surge la anécdota que siempre le ha acompañado. Se dice que la acusación señalaba que Retana había tomado semen de los cálices consagrados. En el juicio, el escritor respondió socarronamente que prefería tomarlo directamente del grifo, tal y como recuerda Prychyslyy. “Quizá sea una leyenda, o lo han contado así las malas lenguas, o él mismo se encargó de ello”, agrega el prologuista.

Este espíritu desacralizador y transgresor que describe la personalidad y obra de Retana puede hacer que se le considere el primer autor gay de España. Para Prychyslyy esto no es así, aunque “sí fue el primero en escribir desde esa postura sin culpa. La culpa no existe ni en él ni en sus obras”, sentencia. En cambio, en los prólogos que el mismo autor escribía para sus obras sí había cierto aire moralizante, de nuevo con doble sentido: “Una persona acostumbrada a leer y capaz de percibir la ironía verá que son una tomadura de pelo por parte del autor al lector o al censor”.

Bisexual en una época en la que nada que se saliera del deseo y las relaciones monógamas y heterosexuales estaba bien visto, ni siquiera permitido, se puede decir que inventó el primer Tinder. Así lo cuenta el mismo Prychyslyy: “En sus prólogos, dice una y otra vez que dejen de visitarle en la calle Manuel Silvela 10, que es donde vivía, pero se cuida mucho de poner su dirección en todos los prólogos que escribe”. Retana, por otro lado, tuvo lo que él mismo denominó tres “matrimonios experimentales” con artistas folclóricas, amigas suyas. Con la primera de ellas tuvo a su único hijo, Alfonso Retana.

Sin ir más lejos, cuando Retana enviaba fotos con su hijo a ciertas amistades, estas le respondían cómo si Alfonso fuera su último ligue. Este es el tema más peliagudo en su vida, la predilección por los efebos. “Por la edad que se puede entrever en sus escritos, a Retana le gustaban también los chavales, a los que se refiere como guayabos, y las chicas, a las que llama tobilleras, de entre 14 y 18 años”, afirma el experto en su figura.

En definitiva, Retana fue una persona que, aunque algo olvidado en la actualidad, supo sacar a la palestra a todos esos personajes desviados, libertinos y fiesteros, esa hampa dorada repleta de aristócratas y adinerados que vivían de Lavapiés para abajo. “Hoy en día está mal visto esta escritura desde el yo, pero es un testimonio valiosísimo de lo que ocurría en una época que terminó totalmente barrida por el franquismo”, concluye Prychyslyy.

Por el momento, nos tendremos que contentar con esta monografía de la editorial Dos Bigotes y las que vengan después, no sin antes rememorar su cita más célebre y repetida por Retana: “De esta vida solo sacarás lo que metas, y nada más”.

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