PUERTO DE LAS PALMAS: Sir Alfred Jones en el recuerdo

Desde mi noray

Sir Alfred Jones en el recuerdo

El homenaje que le tributó la ciudad en su día de nominar una calle en el corazón del puerto de La Luz como agradecimiento a su labor de visionario del mundo turístico es muy justo

Sir Alfred Jones

Sir Alfred Jones / Mi playa de Las Canteras

Juan F. Fonte

Juan F. Fonte

Con ocasión de la charla que ofreció recientemente en el Hotel Santa Catalina el arquitecto Javier Mena Marqués, organizada por la asociación de Amigos del citado establecimiento que preside Manuel Ramos, se puso de manifiesto una vez más la importante influencia que ejercieron los ingleses en Gran Canaria para poner en marcha en el siglo XIX la industria del turismo que tanto bien ha supuesto para Canarias hasta nuestros días.

En este sentido hay que poner en primer lugar a Sir Alfred Jones, natural de Liverpool y verdadero mecenas, que con unan gran visión en sus negocios en 1889 montó su despacho en esta Isla creando la popular Casa Elder que fue como un gran alumbramiento de lo que vendría después. Por ello es muy justo el homenaje que le tributó la ciudad en su día de nominar una calle en el corazón del puerto de La Luz como agradecimiento a su labor de visionario del mundo turístico. Por todo lo que hizo podemos calificarlos como prototipo de empresario británico de las épocas victorianas. De Gran Canaria hizo el centro de sus actividades que se extendía a otras latitudes de la misma África occidental, haciendo posible el paso de numerosos buques británicos y de otras nacionalidades por medio de la consignataria Elder Dempster más el Bank of British West African que lo trajo a la Isla.

También creó el primer frigorífico del Puerto, estableciendo para ello la primera fábrica de hielo que aquí funcionó y a él le debemos la Compañía de Vapores Correos Interinsulares que unió a las islas y que hizo que desaparecieran los viejos veleros como La Estrella y El Gaspar, que eran los únicos enlaces que teníamos en el Archipiélago. Son tantas cosas las que debemos a este hombre de la ‘rubia albión’ que estaríamos pregonando durante largo tiempo sus excelencias desde editar guías que destacaban nuestro clima, hasta la construcción de hoteles como el Santa Catalina y Metropole poniendo en marcha la exportación de los plátanos, no olvidando su contribución económica para que se rematase el frontis de nuestra Catedral. Por ello a tal Sir tal honor.

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