Carmen Sandoval: enfermera y compañera en la dulce espera

De gentil y elegante actuar, Sandoval nació en el pueblo de La Arena, en Chitré
  • miércoles 15 de mayo de 2024 - 7:34 AM

La esperanza es un estado de ánimo en el que, con alegría, se vislumbra como realizable lo que se desea, con el apoyo no solo de nuestras fuerzas, sino que se apuesta a la confianza proveniente de manos amigas.

Uno de los procesos en los que este anhelo se hace presente es durante el embarazo, y el personal de enfermería se convierte en el aliado para acompañar, dar salud y bienestar a la madre y al niño que está por nacer.

La licenciada Carmen Ileana Sandoval, quien es enfermera obstetra en la Policlínica “Dr. Manuel Ferrer Valdés”, de la Caja de Seguro Social, es un ejemplo de ese cariño al trabajo, con el que ha atendido a un sinnúmero de madres e hijos, en sus más de 40 años de servicio.

De gentil y elegante actuar, la licenciada Sandoval nació en el pueblo de La Arena, en Chitré, provincia de Herrera, y aunque cuando salió del colegio soñaba con ser secretaria ejecutiva, carrera en la que la norma es usar vestidos sastre en tonos grises, al inscribirse en la universidad optó por vestirse de blanco y llevar la cofia, pues se inclinó por la profesión de enfermería.

Con tan solo 21 años de edad alcanzó esta meta y de inmediato laboró en diversas instalaciones; entre ellas, el Hospital Regional Anita Moreno, en Los Santos; El Hospital Cecilio Castillero y el Hospital El Vigía, en Chitré; La Policlínica Joaquín Pablo Franco, de las Tablas, y desde 1996 en la Policlínica “Dr. Manuel Ferrer Valdés”, en Calidonia.

Por su experiencia, esta profesional de la salud ha sido coordinadora del Programa Maternal y, actualmente, es coordinadora de Salud Integral de la Mujer, ambos cargos en la Policlínica “Dr. Manuel Ferrer Valdés, donde atiende a pacientes que por primera vez están en estado de gravidez, a quienes se les hace todo su control prenatal.

Se incluyen, igualmente, dentro de las actividades de este programa, el curso de parto psicoprofiláctico, donde a la paciente embarazada, a partir de la semana 26 de gestación, se le ofrecen estas atenciones, por un periodo de siete semanas.

«Se les brinda una orientación teórica y física para prepararla para el momento del parto», agregó.

Entre los servicios que se ofrecen en el Programa de Salud Integral en la Mujer están la planificación familiar, Papanicolaou, monitoreo fetal y atención de puerperio (durante los 40 días después del parto).

Trascendiendo al brindar sus conocimientos, en estos momentos la licenciada Sandoval tiene a su cargo un grupo de estudiantes de enfermería, a los que les explica sobre técnicas y metodologías de trabajo.

Entre los consejos ofrecidos a este alumnado, puntualizó que se les inculca que no pierdan la calidez, parte fundamental de esta vocación de servicio: «Yo lo que siempre les digo a todos los estudiantes que pasan por esta unidad ejecutora, es que no pierdan la parte humana de ayudar a los otros como si fueran ellos mismos o un familiar; porque, a veces, nos olvidamos de la parte humana. Como yo quiero que me traten, debo tratar a las personas», agregó.

Todo este amor hacia el prójimo le vino como herencia de su madre, cariño que también le ha inculcado a su hija, quien se siente orgullosa de ser parte de esta dinastía de mujeres empoderadas.

Reflexionando sobre la profesión de la enfermería, reconoció que no es un camino fácil. «En la parte familiar, se sacrifican los días como el de los cumpleaños; también hay momentos en los que hay que dejar a un familiar enfermo en casa para ir a atender a otro enfermo en una instalación de salud; o los días de lluvia, cuando todo el mundo se acuesta y se arropa, nosotros vamos a trabajar», afirmó.

A pesar de todos estos obstáculos, miss Carmen subraya que si volviera a nacer volvería a ser enfermera, y entre los momentos de felicidad que le han dado esta carrera están cuando se encuentra en la calle a una paciente que va con su hijo y le dice a su pequeño «mira, esta es la enfermera que escuchó por primera vez los latidos de tu corazón».

Esos momentos -concluyó- son lo que se le han grabado como tinta indeleble en el corazón, así como está plasmada esta estrofa del himno de la enfermera que dice: «Danos materno amor para los niños, abnegación filial para el anciano y para el hombre y la mujer doliente, oportuno y solícito cuidado».

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