El universo podría ser como una sala de espejos, sugieren los científicos.

La topología del universo —es decir, su geometría general— sigue sin estar resuelta, según una colaboración de cosmólogos.

Sala de espejos.

Crédito: MysteryPlanet.com.ar.

A pesar de afirmaciones pasadas de que las observaciones del fondo cósmico de microondas (CMB, por sus siglas en inglés) descartan varias topologías, los investigadores sostienen que muchas de estas formas, incluidas algunas extrañas, no han sido contradichas por la evidencia.

Se cree que la geometría general del universo fue determinada por procesos cuánticos que se desarrollaron en el momento inicial del Big Bang. Identificar su topología proporcionaría a los investigadores una pista importante sobre la naturaleza de esos procesos y podría ayudarles a filtrar las numerosas teorías propuestas sobre el universo temprano.

Es por esto que se han sugerido todo tipo de formas, generalmente haciendo una analogía culinaria. Desde una pizza o albóndiga, hasta una dona retorcida.

¿Universo en forma de rosquilla? Crédito: MysteryPlanet.com.ar.

Ahora, un equipo internacional de cosmólogos, aunados en un nuevo grupo llamado Colaboración COMPACT, ha analizado el débil resplandor del Big Bang y concluyó que sus patrones parecen favorecer esta última forma de dónut o rosquilla cósmica para el universo, al menos si gira de la manera correcta.

Toroide tridimensional

Como los términos culinarios no son —todavía— un término matemático de buena fe, los investigadores han elegido el término «toroide tridimensional» (o toroide-3) para describir la alucinante posibilidad de pincharse la nuca con un palo de algunas decenas de miles de millones de años luz de largo sin importar hacia dónde mire.

Sí, leyó bien. Imaginado de otra manera, nuestro universo podría ser un gigantesco salón de espejos cósmico, donde en lugar de una serie de espejos, el espacio-tiempo se curva en todas las direcciones permitiéndole, en teoría, ver sus propios bolsillos traseros si entrecierra los ojos con fuerza suficiente.

Toroide tridimensional.

Entre las topologías no triviales que el universo podría poseer está el toroide tridimensional. Para imaginar uno, basta distorsionar un cubo doblando un par de lados opuestos hasta que se enfrenten y luego pegarlos juntos. Luego, lo mismo para los otros dos pares. Una línea de visión desde el centro del cubo que anteriormente iba al infinito ahora volvería al centro del cubo (imagen) a través de un bucle cerrado. Crédito: Jeff Weeks.

Es una posibilidad atractiva que ha sido revisitada a lo largo de los años, y no solo por el gusto de los físicos por los postres gourmet. Las formas exóticas a escala masiva podrían guiarnos hacia la física de cómo surgió nuestro universo a partir de una semilla de... bueno, algo. Además, podría revelar características exóticas de la forma general de nuestro universo, quizás con giros y curvas que exigen una nueva física para explicarlas.

Quizás la teoría de Homero Simpson que tanto intrigaba al Stephen Hawking en su aparición en Los Simpson, no era tan absurda después de todo.

La investigación ha sido publicada en Physical Review Letters.

Fuente: Physics. Edición: MP.

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