"Senén Fernández dio muerte a Teresa Aladro como si estuviera cobrando una pieza de caza": la fiscalía, muy dura, eleva a 29 años su petición de prisión - La Nueva España

"Senén Fernández dio muerte a Teresa Aladro como si estuviera cobrando una pieza de caza": la fiscalía, muy dura, eleva a 29 años su petición de prisión

El acusado pide perdón a su hijo en su derecho a la última palabra, "me arrepiento de todo el daño que hice a mi hijo y a mi exmujer"

La acusación popular se une a la particular para solicitar 37 años de cárcel y la defensa pide un año de reclusión, mantiene que todo fue un accidente

El jurado se reunirá el miércoles para dilucidar si se condena o no al acusado

Senén Fernández, en el extremo izquierdo de la imagen, atiende a las explicaciones de su abogado, Luis Fernández del Viso en la sesión de ayer. | L. P.

Senén Fernández, en el extremo izquierdo de la imagen, atiende a las explicaciones de su abogado, Luis Fernández del Viso en la sesión de ayer. | L. P. / Luján Palacios

Han tenido que pasar tres años desde que la lavianesa Teresa Aladro falleciera a manos de su pareja, Senén Fernández, para que éste ofreciera alguna explicación al hijo de ambos, Adrián, víctima colateral de los hechos. Y fue ayer, en la última sesión del juicio por el crimen, tras seis largas sesiones y justo antes de que el jurado popular empiece con las deliberaciones. "Me arrepiento de todo el daño que hice a mi hijo y a mi exmujer, no fue mi intención de nada", explicó entre lágrimas e hipidos el acusado, haciendo uso de su último turno de palabra.

"Pido perdón públicamente a mi hijo; en su día nadie me dejó hablar con él, nadie me dejó, me pusieron una orden de alejamiento y nadie me dijo que podía hablar con él", continuó Fernández alzando la voz, y quejándose a gritos de que "sólo me han puesto trabas, pero no le guardo rencor, sé lo que hice, lo siento y vuelvo a pedirle perdón", insistió ante los asistentes a la vista. Adrián, sentado en segunda fila, apenas varió el gesto, y cuando lo hizo, ya fuera de la sala, fue para afirmar: "Sólo faltaba que él me guardara rencor a mí".

Estupor

La intervención del autor confeso de la muerte de Teresa Aladro, a tiros, el 20 de mayo de 2021, fue acogida con estupor por parte de los familiares de la difunta presentes en la sesión, una vez escuchadas las conclusiones de todas las partes y revividos, una y otra vez unos hechos para los que las pruebas periciales y las propias manifestaciones del acusado han dejado poco ,margen de dudas. Él mismo declaró a los agentes que lo detuvieron que había matado a su mujer, y su hijo Adrián recordó entre lágrimas en su testifical que nunca podría olvidar la "cara de orgullo y satisfacción" de su padre al decirle que había matado a su madre, para asegurarle, a renglón seguido, que "no se arrepentía de nada".

Un testimonio que ayer tomó otro cariz, en vista de las dificultades que entraña defender al acusado y dado que las penas que piden las acusaciones para Senén Fernández no dejan de crecer. La Fiscalía ha pasado de solicitar una pena de 27 años de prisión por el delito de asesinato con allanamiento de morada a pedir ahora 29 años, tras añadir dos delitos de maltrato de obra (sin dejar lesiones) en el ámbito familiar.

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Guardia Civil

El abogado del Estado se sumó a esta petición de la acusación pública, mientras que la acusación popular, ejercida por Abogadas para la Igualdad, hizo suyas las peticiones de la acusación particular. La abogada de la familia, Ana García Boto, pide desde el principio una pena de 37 años de prisión por los delitos de asesinato, allanamiento de morada, acoso, maltrato habitual en el ámbito familiar y tenencia ilícita de armas. Abogadas para la Igualdad reclamaban en principio 27 años, pero tras la celebración de la vista han decidido incluir también los delitos de maltrato habitual y acoso. "Hemos considerado que en estas sesiones las pruebas son suficientes para demostrar estos delitos", indicó la letrada María Pérez.

Acusación particular

García Boto también solicitó a la magistrada una mejora del relato de los hechos, en los que incluyó cuestiones como que la víctima se sentía coaccionada por su marido para volver a retomar la relación, lo que causaba "zozobra, angustia e intranquilidad" en la mujer, o que la situación de "dominio y sometimiento" se venía produciendo desde siempre, porque "incluso cuando se casaron le impidió celebrar su despedida de soltera". La letrada también dejó constancia en su relato de dos episodios en los que Senén Fernández habría empujado y tirado a Teresa, y de otra ocasión en la que el acusado cogió a su hijo por los brazos con tanta fuerza que le provocó un ataque de ansiedad. "Madre e hijo necesitaron asistencia psicológica", insistió la acusación particular, que también habla en su escrito definitivo de que el acusado "eliminó toda posibilidad de defensa" disparando dos veces sobre su esposa "de forma súbita y sin mediar palabra", la segunda "con la intención de rematarla", y dejándole heridas que le causaron "un terrible dolor". Además, "en un acto final de dominación, se dirigió a la habitación de su hijo para decirle: ‘He matado a tu madre’".

Tampoco escatima la abogada de la familia en apreciaciones como la de la "mala fe" que achaca a Senén Fernández, por hacer todo lo posible para privar a su hijo de los bienes que legítimamente le corresponderían tras la muerte de Teresa Aladro, cubriendo la reparación del daño "escasamente, sin mostrar arrepentimiento y en su propio beneficio".

"Teresa era una mujer maltratada", aseguró García Boto ante el jurado. Una mujer que "se vio en una espiral de violencia de la que no pudo o no supo salir", por falta de independencia económica y porque "no quería dejar a su hijo Adrián". La abogada rechazó que Senén haya efectuado una confesión, porque, para que hubiera tal, "tenía que haber dicho la verdad desde el principio", y por eso entiende que no se trata de un atenuante.

Habló en cambio de "mentira rocambolesca" para referirse a sus declaraciones, y resaltó la incoherencia de que, si se hubiera tratado de un accidente, como dice la defensa, no hubiera llamado a la ambulancia de inmediato, o no hubiera manifestado que se trataba de una desgracia. "Llama la atención la postura de Senén durante todo el juicio, hundido, horrorizado, muerto de vergüenza. Si fuera inocente tendría la cabeza alta para tratar de demostrar su inocencia", afirmó, antes de considerar que el acusado mató a Teresa Aladro "como matan los hombres a las mujeres, porque las consideran suyas, y prefieren matarlas antes que perderlas".

Fiscalía

El fiscal, Fernando Laserna, fue más allá: "Le dio muerte como si estuviera cobrando una pieza de caza", afirmó. Un final especialmente cruel porque "Teresa era simplemente una buena persona", de la que "hemos tenido el privilegio de escuchar, de su propia voz, en los audios presentados, la situación por la que pasaba".

Era una mujer "fuerte y a la vez frágil", que "tenía una vida que no quería llevar, que dejó atrás a su propio hijo con la única idea de escapar, que disfrutó de apenas dos meses de libertad aunque condicionada por su marido tras la separación, que por fin pudo vivir esos dos meses y visitar a su familia cuando quería, que por fin pudo hablar con sus amigas", enumeró el fiscal. Y, por eso, la acusación pública considera que todo lo que Senén Fernández dijo en el juicio ha sido "una fabulación, una invención" que ha durado tres años.

Acusación popular

El asesinato ha sido «el acto final de dominio de Senén sobre Teresa». Las Abogadas para la Igualdad quisieron dejar claro ayer en la exposición de sus conclusiones finales que el homicidio ha sido un crimen de violencia de género, la misma de la que la mujer llevaba años siendo víctima. «A veces este tipo de violencia no es tan evidente, es mucho más sutil, y las víctimas no se reconocen como tal», expuso María Pérez. Pero sí está claro para ella que «como el propio Adrián reconoció en su declaración, tenía normalizados ciertos comportamientos que se daban en esa casa». Episodios que «ella asumió y se sometió», permitiendo que existiera «control y coacción durante todo el matrimonio». Como ejemplo citó el hecho de que Teresa Aladro «dejó trabajos que la tenían contenta para someterse a las órdenes de su marido», un hombre con «una personalidad celosa, de control». Cuando el acusado vio precisamente que perdía ese control, «empezó a ejercer un chantaje brutal a Adrián y Teresa» . Porque «descubrió el talón de Aquiles de su mujer, su hijo, y jugó con ello; la víctima protegía a Adrián y lo sabía». Para la acusación popular el crimen ha sido «un asesinato con alevosía, con la agravante de parentesco y de género».

Defensa

La defensa, ejercida por Luis Fernández del Viso, ha sido consciente de lo difícil de su cometido, como ha reconocido el propio letrado en la sesión de hoy, antes de disculparse porque «no soy penalista, y éste es el primer juicio con jurado popular al que me enfrento». Aún con muchas evidencias en contra, el letrado pidió «no confundir justicia con venganza», y trato de demostrar la versión de su cliente, la de que se trató de un accidente cuando se disponía a quitarse la vida ante Teresa. Según este relato, ella le había cogido el cañón y éste se habría disparado de forma accidental en la refriega en dos ocasiones.

El abogado retiró de su escrito definitivo que se hubiera disparado la escopeta por segunda vez al caer al suelo por efecto del retroceso. Y se aferró al hecho de que el primer informe preliminar, el realizado tras una primera inspección ocular, determinara que se habían producido dos disparos por la espalda. Posteriormente los análisis forenses, químicos y de balística determinaron que el primer disparo fue de frente y el segundo, por la espalda, cuando la víctima ya estaba cayendo al suelo. Para Del Viso, la primera apreciación lastró los informes que se elaboraron después e impidió que se hicieran otros, porque «como eran dos tiros por la espalda, para qué comprobar más». En este sentido alegó que las mediciones de las distancias no cuadran con un disparo efectuado de pie, y recordó que la víctima presentaba una mano cerrada en una de las fotos del informe que él atribuye a que tenía cogido el cañón. Por otro lado, insistió en que los disparos se produjeron de otra forma, chocando ambos proyectiles contra la pared, y subrayó que sí se puede disparar con dos dedos. Además Senén «montó los dos perrillos porque quería asegurarse de que se mataba», indicó el abogado, que también acusó a los expertos de la Guardia Civil de «fabular» en sus conclusiones. Asimismo, negó que se hubiera dado una situación de maltrato, refutó los mensajes de audio y de texto y aseguró que Teresa era libre de ir y hacer lo que quisiera «precisamente porque Senén no estaba en casa, como ella misma se quejaba».

El jurado popular se reunirá el miércoles para emitir veredicto en este caso.