Avance de la exposición canina de Westminster 2024: El perro de rescate compite por la corona de agilidad.

Algo extraño sucedió hace unos años cuando Christine Longnecker, que enseña equitación en el condado de Erie, Pensilvania y sus alrededores, llevó a su nuevo perro rescatado, Miles, a una clase. En lugar de esperar en silencio con los demás no caballos en el granero, Miles de repente corrió hacia el ring y saltó las vallas él mismo.

“Parecía muy emocionado”, dijo Longnecker. “Y luego se volvió y ladró como diciendo: 'Así es como se hace'”.

Ese fue el comienzo de la carrera de Miles como perro de agilidad: el tipo de perro que puedes ver corriendo sobre obstáculos mientras su dueño corre frenéticamente gritando órdenes. El sábado está previsto que compita por segunda vez en la competición de agilidad en la exposición canina del Westminster Kennel Club, que se celebrará en Flushing, Queens.

La competencia de agilidad podría ser la gimnasia rítmica de Westminster, ridiculizada como menos que por los tradicionalistas, pero es un deporte en crecimiento con principios meritocráticos y un aire de diversión travesura a su favor. Si bien las clásicas finales de exposición canina del martes, con los mejores de la exposición en juego, están abiertas solo a perros atractivos de raza pura (sin importar si son indolentes, sobrecriados o a un par de galletas de una caja), la competencia de agilidad premia la velocidad. inteligencia y entusiasmo. Cualquier perro puede competir, sin importar quiénes sean sus padres.

Miles es un perro All-American, el nombre que el American Kennel Club da a los perros callejeros. Parece vagamente Doberman, con un pelaje brillante parcialmente negro y un hocico largo, pero en realidad es 40 por ciento perro pastor, 23 por ciento labrador, 10 por ciento Border collie y 27 por ciento mezcla de sabueso, según un estudio. Embárcate en la prueba de ADN del perro encargado por la Sra. Longnecker.

También es una historia de éxito poco probable: un perro de rescate que alguna vez fue prácticamente inadoptable y que ahora compite contra los mejores perros de agilidad del país.

“Miles es una prueba de que puedes superar cualquier cosa con un poco de fe y mucho amor”, dijo Longnecker. “No necesitas un 'perro bien educado' para tener un mejor amigo con quien practicar deportes caninos. Puedes encontrar uno justo al final de la calle en tu refugio local”.

A la edad de 7 años aproximadamente, Miles está trabajando actualmente para lograr su tercer MACH, o Master Agility Championship. Ha competido dos veces en el nacionales de agilidad – una competencia anual separada de Westminster – terminando como el mejor perro All-American en su categoría cada vez. La Sra. Longnecker dijo que Miles tenía pocas expectativas de vencer a todos los participantes en su categoría, que a menudo ganan los Border collies y otros perros criados para la velocidad, pero que fue emocionante haber llegado tan lejos.

En esencia, la agilidad es una asociación entre el dueño y el perro, y Longnecker, de 33 años, dijo que en el momento en que Miles deje de divertirse, dejarán de competir.

“Si no estuviéramos aquí, los perros no se unirían entre ellos ni irían a competiciones de agilidad”, dijo. “Lo están haciendo por nosotros y tenemos que asegurarnos de que estén contentos”.

'Amor a primera vista'

La Sra. Longnecker y Miles se conocieron hace seis años en la Porque te importa refugio de animales en McKean, Pensilvania.

Miles, conocido como Tank en ese momento, tenía un collar de calavera y tibias cruzadas y una tendencia a gruñir y gruñir desde su cama de una manera poco atractiva. Una vez, hizo un agujero en la manga de la resistente chaqueta Carhartt que llevaba la coordinadora de voluntarios del refugio, Becky Mancini.

“Decir que no era receptivo a la gente nueva es quedarse corto”, dijo Mancini.

Pero cuando llegó la señora Longnecker, Miles caminó silenciosamente hasta el frente de su perrera y se sentó. “Y luego me miró directamente a los ojos y dijo, claro como el día: 'Sólo quiero ser un buen chico'”, recordó.

“De repente, me invadió una tristeza abrumadora, la sensación de que él no podía demostrar su valía porque le habían dicho que era un perro malo”, continuó la Sra. Longnecker. “Mi corazón se rompió en un millón de pedazos”.

Los trabajadores del refugio se mostraron incrédulos. “Fue amor a primera vista”, dijo Mancini. “Todos nos quedamos boquiabiertos mientras ella lo subía al auto”.

Al principio, Miles estaba hecho un desastre: temblaba, jadeaba y tenía el rabo entre las piernas. Cada vez que bajaba del auto vomitaba pensando que regresaba al refugio. “Cuando abrimos el triturador de basura, corrió escaleras arriba y se escondió durante tres horas”, dijo Longnecker.

Pero gradualmente la Sra. Longnecker, conocida entre sus amigos en el mundo de los perros y los caballos por su capacidad para comunicarse con los animales, convenció a Miles de que estaba a salvo, incluso lejos de la casa. “Al principio no me creyó”, dijo. “La forma en que terminé expresándolo fue diciendo que eres parte de mi manada y mi manada viaja en un auto. Se subió al auto y desde entonces ha estado bien”.

La Sra. Longnecker inscribió a Miles en una clase en Agilidad en el campo, el centro de la comunidad de agilidad de Erie, y los dos comenzaron a competir, primero a nivel local, luego a nivel regional y nacional. “Comenzó como algo increíblemente divertido y luego resultó que él era increíble en eso”, dijo la Sra. Longnecker. “Estaba acumulando puntos”.

El creciente entusiasmo de Miles por la agilidad coincidió con un nuevo sentido de propósito en otros aspectos de su vida, especialmente cuando se asignó un papel auxiliar en las lecciones de equitación de la Sra. Longnecker.

Su trabajo principal es asegurarse de que los caballos salten correctamente.

“Cuando los caballos saltan y derriban una barandilla, Miles se enoja mucho”, dijo Anna Buhl, de 16 años, una de las estudiantes de la Sra. Longnecker. Primero expresa su consternación ladrando. “Luego dará el salto para mostrarles a los caballos qué hacer”, dijo Anna.

Maddy McLaughlin, de 20 años, otra estudiante, describió a la Sra. Longnecker como una “policía buena” y a Miles como un “policía malo”, aunque es más crítico con los caballos que con los jinetes. “Siempre ha sido una broma que él entrena más que ella”, dijo. (Recientemente, algunos de los clientes de la Sra. Longnecker le hicieron una pequeña camiseta canina que decía “Entrenador asistente Miles”). “Cuando ella nos da charlas de ánimo, él viene y nos lame la cara”.

Una vez Anna se cayó del caballo.

“Miles vino corriendo”, dijo. “Él fue la primera persona allí para asegurarse de que yo estuviera bien”.

El susurrador de animales

Las competiciones de agilidad son actividades de alta intensidad. Después de que Miles regresó exhausto de los partidos nacionales en Ocala, Florida, en 2022, Longnecker contrató a un entrenador personal que decretó que debería concentrarse más en su núcleo. En el régimen: burpees para perros y un ejercicio de equilibrio que involucra cuatro almohadas desiguales y un poco de levantamiento consciente de las patas.

Ahora está en óptimas condiciones físicas y listo para Westminster. El lunes, él y la Sra. Longnecker se dirigieron a su clase semanal en Countryside Agility, unas amplias instalaciones situadas en unos grandes almacenes reconvertidos en una zona comercial, para una última sesión previa a la competición. Entre los demás participantes: un perro de agua portugués llamado Avery; un goldendoodle llamado Nittany y un pastor australiano llamado Emmy.

La propietaria del Emmy, Jen Niebauer, es parte de un séquito de cuatro personas que planea viajar a Nueva York para la competencia del sábado. “Vamos a apoyar a Miles”, dijo. Como siempre, la Sra. Longnecker estará en el ring con Miles, pero el grupo llevará consigo una foto de Carol Maxwell, la entrenadora de Miles, pegada a un trozo de cartón, para que Flat Carol, como la llaman, pueda sustituir a Miles. la cosa real.

Maxwell, de 79 años, estuvo en la arena el lunes para una última sesión de entrenamiento. “Los perros necesitan un trabajo y es realmente un buen ejercicio”, dijo sobre la agilidad. Maxwell, ex enfermera anestesista que comenzó a enseñar agilidad cuando tenía 65 años, dijo que, estrictamente hablando, es la entrenadora de la Sra. Longnecker y le enseña los movimientos correctos de las manos, el lenguaje corporal y las señales verbales para ayudar a Miles a dominar el curso.

“Ella realmente entiende a los animales y se comunica muy bien con ellos”, dijo Maxwell.

La Sra. Longnecker tiene aquí reputación no solo como propietaria de Miles, sino también como experta en comunicación animal, lo que significa que ayuda a los humanos a descubrir qué sucede con sus mascotas. Casi todos sus conocidos parecen haber buscado su ayuda. Una vez, la Sra. Maxwell la reclutó para descubrir por qué uno de sus perros, un joven Doberman pinscher, se había desanimado.

Longnecker dijo que el perro quería pasar más tiempo en el agua. “Le dije: 'No, los dóberman odian el agua'”, recordó Maxwell. Luego encontró un video en su teléfono que mostraba al perro jugando felizmente en un arroyo al fondo, y se dio cuenta de que la Sra. Longnecker tenía razón. “Ella no quería meterse en la piscina”, dijo la Sra. Maxwell. “Ella sólo quería chapotear un poco”.

Longnecker dice que los animales le envían imágenes, que luego ella traduce al lenguaje. A ella le gusta saber lo menos posible antes de una sesión para abordar los problemas desde el principio. “Siempre quiero que el animal hable primero y diga lo que es más importante para él”, dijo.

Cobra 50 dólares por una sesión de 35 minutos., más si hay varios animales. Los negocios están prosperando. Entre sus casos recientes: un pez Betta anciano que decía que no tenía miedo de morir y que le encantaba ver a su dueña de 11 años bailar y hacer su tarea cuando regresaba de la escuela todos los días; un pájaro que decía que se arrancaba las plumas con ansiedad porque hacía demasiado frío (el dueño solucionó el problema alejando la jaula del aire acondicionado); y una serpiente que dijo que le molestaba estar encerrada mientras los gatos de la casa vagaban libres. (La serpiente parecía tener un motivo oculto, dijo Longnecker, y el dueño decidió no dejarla salir de su jaula).

Cuando su madre le pidió que interpretara las motivaciones de una ardilla que la miraba fijamente cuando repartía maní en el patio trasero, Longnecker dijo que la ardilla desearía poder comer nueces en su lugar. Cuando la madre de la Sra. Longnecker le ofreció nueces para elegir, la ardilla eligió las nueces e ignoró los cacahuetes.

“Se siente como si hubiera una corriente de energía universal con la que he podido sintonizarme”, dijo la Sra. Longnecker. “Es como llamar a alguien por teléfono móvil, pero está en mi cerebro. Y sé que eso suena raro. Estoy muy motivado científicamente y me gusta que las cosas tengan sentido, pero lo que obtengo es absolutamente absurdo. Espero que la ciencia se ponga al día con esto algún día”.

'Bajo el pulgar de Miles'

Longnecker dijo que Miles fue el primer animal con el que realmente se comunicó. Pero no importa lo que esté sucediendo, una cosa está clara: cuando no está trabajando, Miles es un bebé grande, mimado y tierno. En una casa llena de gente (la comparte no solo con la Sra. Longnecker y su compañera de casa, Abby Sorensen, sino también con otros dos perros y dos gatos), exuda la energía del personaje principal.

“Todo el mundo vive bajo el control de Miles”, dijo la Sra. Longnecker.

Miles, que puede seleccionar sus propios juguetes en la tienda, siempre opta por los unicornios de peluche más brillantes. Reclinado en el sofá, se cubre con mantas, dejando sólo visible su hocico. Mientras viaja en el coche, se acurruca con el pasajero disponible más cercano. (Es cierto que es difícil mantener una distancia periodística profesional con un sujeto que ha saltado a tu regazo y te está lamiendo la cara).

El dormitorio de la Sra. Longnecker está decorado con fotografías ampliadas de Miles y sus paredes están cubiertas con sus cintas, junto con sus premios ecuestres. Miles duerme en su cama, usa sus piernas como almohada y se acerca cortésmente a su novio de tres años, un dentista.

“Él y Miles están obsesionados el uno con el otro”, dijo Longnecker sobre el novio, que forma parte del séquito del Equipo Miles que se dirigió a Westminster. “Bromea diciendo que está saliendo conmigo para poder estar con Miles”.

“Dicen que un rescate salva, pero un rescate te salva a ti”, añadió. “Miles es lo mejor que me ha pasado jamás”.