Conferencia Mundial busca frenar biopiratería

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Delegados del mundo entero se han sentado a negociar en Ginebra, Suiza, para limitar la biopiratería.

Servindi, 17 de mayo, 2024.- Un total de 193 países buscan reformar el derecho de la propiedad intelectual y exigir a las empresas que patentan el material genético de plantas utilizadas por comunidades indígenas.

La biopiratería es una práctica habitual de las potencias industriales que patentan el material genético de plantas medicinales o microorganismos sin informar ni compensar a las comunidades indígenas que poseían dicho conocimiento. 

A pesar que la Convención de Río de 1992 sobre Diversidad Biológica y su implementación en el Protocolo de Nagoya en 2010 prevé un reparto justo de estos beneficios, las comunidades no han recibido los frutos de los usos comerciales.

La urgencia de combatir la biopiratería subraya la necesidad de fortalecer la cooperación internacional en la protección de los derechos intelectuales asociados a recursos biológicos.

La académica señala que no solo se debe señalar el origen del país y de las comunidades indígenas que tienen esos conocimientos tradicionales, sino que también el consentimiento del país de origen y de las comunidades. 

Estas medidas no solamente buscan proteger el patrimonio biológico y cultural de las naciones, sino también promover una innovación más ética y sostenible.

Para los países del Sur esta es una nueva forma de colonialismo. Sin embargo, delegados de países como Estados Unidos, son reticentes a limitar el derecho a patentar los recursos genéticos.

El uso de la stevia por la empresa Coca Cola es uno de los casos emblemáticos de lo que se denomina "biopiratería" y de lo que se está negociando en Suiza.

Posición de los pueblos indígenas

El cacique Ninawa del pueblo Huni Kui de Brasil,  tiene esperanza que la ONU ayude a combatir la biopiratería, que para él significa el robo de los recursos tradicionales de los pueblos indígenas, informó el Sol de México

El líder indígena lamenta que "en Brasil y Sudamérica en general", las empresas se apropien de los conocimientos tradicionales y genéticos de los pueblos indígenas sin autorización.

"Se destruye nuestro territorio, se destruye nuestro conocimiento, nuestro espíritu, nuestra vida, se nos quita todo", lamentó. 

Tomó como ejemplo el manejo del ayahuasca, una bebida ancestral de los pueblos indígenas que algunos países utilizan de forma lucrativa para el turismo psicodélico, que se vende en Internet en cápsulas o infusiones.

Lo que se negocia en Ginebra

Se plantea que quienes presenten solicitudes de patentes de material genético deban divulgar el país de origen y el pueblo autóctono que les proporcionó los conocimientos tradicionales asociados al invento. 

El tratado es negociado desde hace más de 20 años tras la petición de Colombia que  estipula que quienes depositen demandas de patentes deberán divulgar el país de origen del que obtuvieron los recursos genéticos empleados para la invención.

Kenia, en representación de los países africanos en las negociaciones de Ginebra, pide también que se incluya más obligaciones para las transnacionales y los investigadores del Norte Global.

 

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