Las clarisas "herejes" de Belorado: rompen con el Papa y se alían con un excomulgado por un lío inmobiliario
Las clarisas "herejes" de Belorado: rompen con el Papa y se alían con un excomulgado por un lío inmobiliario
CONOCIDAS POR SU REPOSTERÍA

Las clarisas "herejes" de Belorado: rompen con el Papa y se alían con un excomulgado por un lío inmobiliario

Las monjas acusan al Arzobispado de Burgos de impedir la venta de un convento para sufragar la compra de un Monasterio. Juran fidelidad a Pablo de Rojas Sánchez-Franco, vinculado a una corriente cristiana de corte preconciliar

Foto: Tres de las monjas de Belorado participan en la cita Madrid International Pastry. (EFE/Kiko Huesca)
Tres de las monjas de Belorado participan en la cita Madrid International Pastry. (EFE/Kiko Huesca)
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"Nos van a denominar herejes y cismáticas, locas y muchas cosas más, muy calumniosas y desagradables, no los creáis. Al menos por esta vez, que no os engañen". Las monjas clarisas de Belorado (Burgos) y Orduña (Vizcaya) han roto con la Iglesia católica, impulsando un cisma inédito. Las desavenencias con el Arzobispado de Burgos y con el Vaticano pasan por un lío inmobiliario por la venta de un convento en Derio (Vizcaya), que además de la ruptura ha terminado con una denuncia interpuesta en los juzgados contra las clarisas de Vitoria.

Las religiosas de Burgos, famosas por su repostería, en un sorprendente comunicado de 70 páginas remitido por WhatsApp a las autoridades eclesiásticas, aseguran que ahora juran fidelidad a Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado por sus vínculos con el obispo cismático vietnamita Ngo Dinh Thuc, líder de una corriente cristiana de corte preconciliar que apenas tiene seguidores en España, y a su vez con lazos con el Palmar de Troya.

Las monjas rebeldes cargan contra el Vaticano, no solo por un “caos doctrinal y moral”, también por bloquear la venta del inmueble de Derio e impulsar una “persecución” contra su comunidad. Las religiosas habrían intentado desprenderse del convento vizcaíno para sufragar la compra del Monasterio de Orduña, valorado en 1,2 millones de euros, algo que habrían impedido sus superiores eclesiásticos. El Arzobispado de Burgos, que ha salido al paso de las acusaciones en una rueda de prensa convocada tras saltar la noticia, ha pedido a los feligreses que no participen en "ningún acto litúrgico" ni en Belorado ni en Orduña.

"Esto de las propiedades debe ser muy goloso para algunos", apunta el comunicado firmado exclusivamente por sor Isabel de la Trinidad, abadesa del convento de Belorado, que añade que este tipo de “artimañas” son un “modus operandi” para “desmontar comunidades de línea tradicional y quedarse con sus inmuebles para venderlos”. Tal afirmación ha sido desmentida por el actual arzobispo de Burgos, Mario Iceta, y el obispo, entonces destinado en la diócesis de Bilbao, que en 2019 firmó la excomunión de Pablo de Rojas Sánchez-Franco.

Foto: Luis Argüello, nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española. (Europa Press/A. Pérez Meca)

El origen del lío inmobiliario está en la mudanza de las últimas religiosas que poblaron el convento de Derio. Estas, en 2020, se trasladaron al Monasterio de Orduña, propiedad de las clarisas de Vitoria. En octubre de ese mismo año, según la relación de hechos facilitada por el Arzobispado de Burgos, la comunidad de Belorado firma con las religiosas de Vitoria un acuerdo de compra-venta por el Monasterio de Orduña por un importe de 1,2 millones de euros con una mora de dos años. El contrato suscrito establece un primer pago de 100.000 euros y el compromiso de abonar cada trimestre 75.000. El primer pago debía realizarse el 1 de noviembre de 2022, pero nunca se hizo.

Hace apenas dos meses, en marzo, la abadesa de Belorado aseguró que tenía un “benefactor” dispuesto a comprar el Monasterio. El acuerdo con este incluía la cesión del uso del inmueble de Orduña y el compromiso de revenderlo a las religiosas cuando estas tuviesen el dinero procedente de la venta del convento de Derio. La abadesa nunca trasladó a las autoridades eclesiásticas la identidad del benefactor y las clarisas de Vitoria tomaron la decisión de rescindir el acuerdo suscrito con sus hermanas de Belorado. La decisión provocó que sor Isabel de la Trinidad reclamase 1,6 millones a las clarisas vitorianas por obras realizadas en el monasterio, además de un 30% por daños y prejuicios e interpuso una denuncia ante los juzgados por la rescisión del contrato.

Foto: El papa Francisco en la ventana de su despacho en la plaza de San Pedro hace una semana. (EFE/Angelo Carconi)

Según las monjas rebeldes, la culpa es del arzobispo Iceta, que no dio luz verde a la venta del convento de Derio, lo que les impidió “cumplir con los pagos” del Monasterio de Orduña, acusación desmentida por las autoridades eclesiásticas, que aseguran que “ni es competencia del arzobispo de Burgos ni de la presidenta federal, ni en el arzobispado de Burgos ni en el obispado de Bilbao se ha recibido ninguna comunicación ni petición a este respecto”.

La reelección de la abadesa

El comunicado de sor Isabel de la Trinidad incluye además duros reproches al papa Francisco y al conjunto de la curia pontificia. Entre otras cosas, reniega del Concilio Vaticano II y tacha de “usurpadores” a todos los papas posteriores a Pío XII, el “último sumo pontífice válido”, según las monjas rebeldes. Pero más allá de las discrepancias por la compra-venta de los inmuebles y por cuestiones religiosas, tras el movimiento podrían latir otros motivos. El primero, la reelección de la abadesa. Esta ya había agotado todas las posibilidades para volver a optar al cargo, según recuerda el Arzobispado, y su relevo debía abordarse en una reunión ya cerrada el próximo 29 de mayo.

Foto: Imágenes de la campaña para RRSS.

El Arzobispado, que ya había sido alertado de la deriva de las religiosas y, con el respaldo del Vaticano, abrió una investigación el pasado 24 de abril ante la posible comisión de un delito de cisma, según está estipulado en el Derecho canónico, señala además que el polémico comunicado solo tiene la firma de sor Isabel de la Trinidad y que aunque esta dice hablar en nombre de todas las monjas verificará si realmente todas las religiosas respaldan lo dicho por la abadesa. Llama también la atención que estas consideren “obispo legítimo” a Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado precisamente por Iceta.

"Nos van a denominar herejes y cismáticas, locas y muchas cosas más, muy calumniosas y desagradables, no los creáis. Al menos por esta vez, que no os engañen". Las monjas clarisas de Belorado (Burgos) y Orduña (Vizcaya) han roto con la Iglesia católica, impulsando un cisma inédito. Las desavenencias con el Arzobispado de Burgos y con el Vaticano pasan por un lío inmobiliario por la venta de un convento en Derio (Vizcaya), que además de la ruptura ha terminado con una denuncia interpuesta en los juzgados contra las clarisas de Vitoria.

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