Calva, Visa, Locomía: cómo Alberto Ammann se convirtió en el mítico productor José Luis Gil
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Calva, Visa, Locomía: cómo Alberto Ammann se convirtió en el mítico productor José Luis Gil

Tras su segunda nominación al Goya, Alberto Ammann da vida a una de las figuras más poderosas y controvertidas de la música española en "Disco, Ibiza, Locomía"

Calva, Visa, Locomía: cómo Alberto Ammann se convirtió en el mítico productor José Luis Gil
Calva, Visa, Locomía: cómo Alberto Ammann se convirtió en el mítico productor José Luis GilDEAPLANETA / EFE

De entre las muchas virtudes cómicas de una película como "Tropic Thunder" (Ben Stiller, 2008), la más brillante -y desternillante- era la capacidad que demostraba Robert Downey Jr. para desnudar a los aspirantes a cretino que, a veces, de disfrazan de actores de método. Saltando a la comba con la incorrección, aunque siempre desde una perspectiva crítica, su personaje le achacaba al de Ben Stiller haber ido hasta las últimas consecuencias haciendo de discapacitado ("Never go full retard!"). Todo mientras él era capaz de pintarse de negro para interpretar a un personaje afroamericano rizando el rizo del racismo. Aquel ejercicio, en realidad una queja de ambos contra la interpretación como refugio de los canallas, batallaba con la idea que ronda la cabeza de los actores y actrices desde que al cine le dio por ser sonoro: el eterno miedo al ridículo.

Por eso, "El crepúsculo de los dioses". Por eso, "Bailando bajo la lluvia". Por eso, las seis nominaciones al Oscar de Daniel Day-Lewis. Y, por eso, cuando uno se pone una calva postiza, un par de buenas hombreras y engola la voz hasta bailar bajo la luna con lo paródico, tiene que preguntarse si no está yendo acaso demasiado lejos. "No recuerdo muy bien si vi primero el documental de Movistar o recibí la llamada de Kike Maíllo, pero sí sé que el personaje me parecía magnético, atrayente. Vi a ese tipo y me apeteció mucho hacerlo, llevármelo a mi terreno pero sin imitarlo, sin parodiarlo. Y cuando lo tuvimos claro, hablé con él. Le dije que no le iba a imitar, que iba a construir a partir de él, y le pareció genial. Es un tipo muy respetuoso", explica convencido Alberto Amman, sobre ese "él" que no es otro que el controvertido y célebre productor musical José Luis Gil, acaso el descubridor de los Locomía de los que se estrena ahora el "biopic" definitivo.

Jaime Lorente en "Disco, Ibiza, Locomía"
Jaime Lorente en "Disco, Ibiza, Locomía"DEAPLANETA

El legado de lo mamarracho

"Disco, Ibiza, Locomía", dirigida por Kike Maíllo ("Toro", "Cosmética del enemigo") y protagonizada por Jaime Lorente, Blanca Suárez y el propio Ammann recoge lo contado por el documental "Locomía" (2022) y lo eleva con gracia e ironía hasta construir una sátira despreocupada sobre la España que no sabía a qué deidades del placer entregarse en los noventa. Para que se hagan una idea, la película comienza en un cumpleaños ibicenco de Freddie Mercury y termina cuestionándose lo mamarracho que asumimos como legado del grupo, preguntándose si, en realidad, aquellos abanicos no levantaron tanto polvo por estricta homofobia sistemática. "Recuerdo bailar sus canciones, muy intensamente, durante dos meses. Tendría 9 o 10 años cuando estalló todo, pero la polémica posterior en sí a mí ya me pilló escuchando Depeche Mode e incluso los New Kids on the Block", recuerda el actor, protagonista aquí de un ejercicio de fe que solo encuentra agua por su entrega y por la habilidad de Maíllo para contar la película desde la más absoluta incredulidad feroz.

"La película no es aleccionadora en lo más mínimo, pero sí lidia con un punto muy concreto de la historia de este país en el que tu sexualidad podía poner en riesgo tu carrera".

Alberto Ammann

"Edité todas sus intervenciones en el documental y lo primero que hice fue intentar vibrar en la misma frecuencia. Empecé a imitarle al 100%, apoyándome en su ímpetu y su carácter, para luego ir perdiéndolo, fui haciéndolo mío. Y es que es un personaje interesantísimo, porque tiene un acento a medio camino entre lo chulapo y lo catalán, por lo que era muy difícil. A partir de ahí, intentamos divertirnos, como hago con todos mis personajes, más allá de que sean buenos, malos o regulares como personas", explica Amman, dándonos pie a hablar de una de las figuras más importantes de la música española en los ochenta y noventa.

'Disco, Ibiza, Locomía', 'Los buenos profesores' y 'Amigos imaginarios', en los cines desde hoy
'Disco, Ibiza, Locomía', 'Los buenos profesores' y 'Amigos imaginarios', en los cines desde hoyEuropa Press

José Luis Gil, un "villano" necesario

José Luis Gil, además de llevar por escenarios de todo el mundo a los Locomía y elevarles hasta el fenómeno pop en el que acabaron convertidos, ha trabajado con una lista de artistas infinita: desde Raphael a Shakira, pasando por Raffaela Carrà o Ramoncín, el productor también "descubrió" (entre comillas, por la condescendencia asociada al término) a Mónica Naranjo o Miguel Bosé. Pero si acotamos el relato a la banda de los abanicos, fue quien les consiguió su primer contrato discográfico y su primera aparición televisiva, además de poner voz a su mayor éxito recitando, grave, aquello de "disco", aquello de "Ibiza" y aquello de "Locomía". "(...) Nosotros vendíamos discos, no condones. Además, es que no necesitaban definirse, era evidente que eran gays. En todo caso, tiene gracia que me acusen de homofobia y cosas así porque yo he apoyado la libertad sexual y siempre he sentido gran afinidad por el colectivo", contaba Gil a "XL Semanal" en julio de 2022, en una entrevista publicada como reacción al documental.

"Con Vito Sanz nos reímos muchísimo, pero no de los personajes reales, sino de los que estábamos creando. Insisto, yo cogí a José Luis Gil y le subí el volumen varios puntos", explica Amman sobre esa villanía sobre la que acaba girando su personaje y que es necesaria para contar la fábula de los peligros de la fama que le interesa a "Disco, Ibiza, Locomía": "Todos eran personas adultas que firmaron un contrato. Pero no se comprometieron a cumplirlo, se cegaron por la fama. Se fliparon, vamos, pero también porque hubo alguien que les permitió fliparse. La película no es aleccionadora en lo más mínimo, pero sí lidia con un punto muy concreto de la historia de este país en el que tu sexualidad podía poner en riesgo tu carrera. Y, bueno, dependiendo de la profesión, es algo que sigue ocurriendo hoy en día", se despide el intérprete, quién sabe si encaminado a su tercera nominación al Goya, segunda consecutiva, en un momento de forma excepcional como intérprete.