Ganar, ganar o ganar. La premisa estaba clara en el RCD Espanyol, que sudó sangre para volver, 43 días y cinco empates después, a la senda de la victoria (2-1) ante un Real Oviedo que mereció más. Un gol del uruguayo Lele Cabrera en el 63’ le dio a los de Manolo González tres puntos de oro, que les mantienen con opciones, aunque remotas, de ascenso directo, y alejan casi definitivamente el fantasma de la séptima plaza.
Una vez más, la hinchada espanyolista respondió, acompañando a la expedición desde el hotel de concentración hasta un Stage Front Stadium que homenajeó, en los instantes previos al pitido inicial, al Espanyol Femenino, flamante nuevo equipo de la Liga F.
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Es en el verde donde este Espanyol no termina de dar con la tecla. Y más, si enfrente está un Santi Cazorla que, a sus 39 años, dio un auténtico clinic en Cornellà-El Prat. Ni siquiera se había cumplido el primer minuto cuando una falta botada por el ex del Arsenal terminó en el fondo de las mallas de Joan García, quedando la acción anulada por un fuera de juego previo de Masca.
Suyo habría sido el gol y suya fue la ocasión más clara previa al 0-1 de Oier Luengo, en el 23’. Dos minutos antes, Masca se había topado con un inconmensurable Joan García, que rechazó a córner un testarazo a bocajarro del ‘20’ carbayón. Un saque de esquina que botó, con la derecha, Cazorla, y que puso a dormir el citado Luengo ante la pasividad de la zaga perica.
Sin respuesta local, más allá de algún centro de Omar desde la derecha, fue una acción aislada la que supuso el 1-1 de Braithwaite, de penalti. Colombatto fue con los dos pies por delante y pisó dentro del área a Keidi Bare, cuyo lamento encontró respuesta en el VAR. Una vez revisada la jugada, Salvador Lax Franco señaló los 11 metros y Braithwate no falló, sumando su 21º tanto del curso.
Pero Cazorla seguía a lo suyo. Al filo del descanso, Dani Calvo cabeceó a gol un nuevo envío suyo desde la esquina, esta vez con la izquierda. Y, de nuevo, el VAR salió al rescate del Espanyol, avisando de que Alemao, en pugna con Brian Oliván en el segundo palo, estaba levemente adelantado.
Fue tras el descanso cuando Cabrera, tantas veces criticado, levantó a los 23.330 presentes con un cabezazo al primer palo que no logró sacar Leo Román. Y fue Joan García, bien denominado como ángel de Sallent, quien certificó el triunfo blanquiazul con su enésimo milagro de la temporada. Asegurado virtualmente el ‘play-off’, toca esperar otros tantos en forma de ‘pinchazos’ de Valladolid y Leganés. Cosas más raras se han visto.