Cada vez que me acuerdo de famosos que fallecen, hablo y escribo del hipnótico y entretenido https://www.worldometers.info/es/, el sitio de internet en dónde aparecen estadísticas a tiempo real.
Hoy sin ir más lejos, a las 05:25 horas, estas son las cuentas de personas del planeta.
8.109.795.942 Población mundial actual
50.100.976 Nacimientos este año a 16 de mayo de 2024
83.102 Nacimientos hoy
22.670.163 Muertes este año
37.603 Muertes hoy
Es decir, hoy, en cinco horas y media de día que llevamos, ya han fallecido casi treinta y ocho mil personas. No sé cómo contabilizarán los de Gaza, Ucrania, Burkina Faso, Somalia, Sudán, Yemen, Myanmar, Nigeria y Siria, que son las nueve grandes guerras actuales del planeta, pero ahí lo dejo.
Pero yo quiero ir a lo importante. Y cuánto más importante, más absurdo y necesario. Me refiero a que el cerebro, para no volverse loco, hace más caso a lo concreto que a lo abstracto, es decir, nos duele, afecta y mueve más el fallecimiento de alguien conocido y cercano, que, por ejemplo, los casi diez mil niños fallecidos en Gaza en lo que va de guerra.
Y luego están los famosos. Como a mí me gusta el mundo del libro, me he quedado con los nombres de los cuatro más conocidos que han fallecido estos últimos días. A saber:
Francisco Rico (27 de abril), Paul Auster (30 de abril), Bernard Pivot (6 de mayo) y Alice Munro (13 de mayo).
De los cuatro tengo mucho que leer, mezclar, recordar y contar, como si importara mucho. Lo primero que me viene a la cabeza: el Quijote de Francisco Rico, “Leviatán” y la “Trilogía de Nueva York” de Paul Auster, las entrevistas televisivas francesas de Bernard Pivot, entre ellas las de Nabokov y en la que Bukowski llegó borracho al plató, y por último los cuentos chejovianos de Alice Munro, una ama de casa que mientras cocinaba, cuidaba niños, casa y demás, escribía con tanto esmero y enjundia que en 2013 llegaron a darle el Premio Nobel de Literatura.
Tirando de Wikipedia, aparte de los literatos, hay muchos más famosos fallecidos en lo que va de año: periodistas chilenos, epidemiólogas, compositoras, ex futbolistas, beisbolistas taiwaneses, influencers de 67 años, fotógrafos, árbitros de fútbol bolivianos, sindicalistas o gente que era conocida cuando yo me moceaba allá por los años ochenta del siglo pasado como Castellanos, ex futbolista del Valencia y del Granada que falleció el dos de enero con 71 años, que llevaba tiempo con Alzheimer, Silvia Tortosa, con 77 años, presentado de “Aplauso”, cantante y actriz o David Soul, el Hutch, más conocido como el rubio de “Starsky y Huch”, la mítica serie de televisión. El hombre tenía ochenta años y empezó cantando con un pasamontañas, era luterano y se casó cinco veces. Qué ocurrencias tenía.
Para ocurrencias las del humorista Arévalo, fallecido el 3 de enero a los 76 años y famoso por sus casetes de carretera recopilatorios de chistes que a mí nunca me gustaron mucho porque yo era más de Faemino y Cansado, Tip y Coll, Monty Phyton, Gila, les Luthiers, Forges, Ivá o el Perich.
En lo que va de año han fallecido más famosos: los ex futbolistas Zagallo, Riva, Brehme, Menotti o Beckembauer, el maratoniano Kiptum con 24 años, la actriz Ira von Fürstenberg, Ruiz de Lopera, O.J. Simpson…y más y más.
Tantas personas que en la media hora que he tardado en escribir el texto, el Worldometers se ha actualizado tal que así:
8.109.801.342 Población mundial actual
50.110.838 Nacimientos este año
92.964 Nacimientos hoy
22.674.625 Muertes este año
42.065 Muertes hoy
En treinta minutos en el planeta han muerto casi cuatro mil personas, en clara demostración de que por muy importantes que nos creamos, no somos nadie, que lo sepas.
No servimos ni para salir, cuando toque y por ejemplo, como famosos fallecidos en la Wikipedia. Qué cosas.
Fin.