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Andrea, hija de Lydia Bosch, hizo las paces con su padre Micky Molina

Lydia Bosch comenzó a ser famosa en el Un, dos, tres sustituyendo a Silvia Marcó.

Lydia Bosch comenzó a ser famosa en el Un, dos, tres sustituyendo a Silvia Marcó.
Andrea Molina | Cordon Press

Lydia Bosch ha llevado a sus sesenta años cumplidos en noviembre, una intensa carrera artística, primero en televisión, luego en el cine para trabajar ya últimamente más en la pequeña pantalla, superando algunos baches laborales, así como otros de naturaleza amorosa. Se casó dos veces, fueron dos fracasos sonados, sobre todo el segundo, de mucha repercusión periodística, y tuvo tres hijos, que le llenan de felicidad. Su primogénita es quien quiso seguir los mismos pasos profesionales que ella, aunque ahora los ha postergados, formando parte de la empresa que organiza en Marbella un festival veraniego de renombre. Por el momento, sin descartar que el amor pueda llamar otra vez a su puerta, Lydia Bosch continúa soltera, conservando buena parte de su belleza y desde luego su perenne sonrisa y simpatía.

La historia de Lydia Bosch como personaje público comenzó en 1968, cuando Chicho Ibáñez Serrador la descubrió como azafata del popular concurso Un, dos, tres…, para sustituir a Silvia Marsó, que comenzaba su carrera de actriz. Lo primero que hizo Chicho tras contratarla es cambiarle su primer apellido, Boquera, por no considerarlo eufónico; tampoco su segundo lo era, De Buen. Catalana de nacimiento, pasó a ser denominada Lydia Bosch, y así ha continuado durante el resto de su carrera, donde ha conseguido convertirse en una adorable actriz, a la que se recuerda como integrante del gran equipo de actores de Médico de familia, la serie de mayor duración en la pequeña pantalla. Al lado de su guionista, actor y director, Emilio Aragón, Milikito, Lydia Bosch logró convertirse en uno de los rostros más populares de la televisión. A partir de entonces, desde luego sin superar nunca esa notoriedad, fue muy solicitada para posteriores trabajos.

La prensa rosa la tuvo largo tiempo entre sus personajes favoritos, contando su primer amor con el actor vasco Iñaki Miramón, relación que duró un par de años, hasta 1986, quedando como buenos amigos al separarse. Con Toni Cantó su convivencia apenas llegó al año, concluyendo en 1988. Fue a primeros de la década de los 90 cuando compartiendo reparto con Micki Molina en la serie Lleno por favor, éste como el "Gallofa", trabajador en una gasolinera, Lydia quedó deslumbrada por el galán. Tuvieron una hija, Clara, en 1992, en 1994 se casaron y un año más tarde firmaron el divorcio, toda vez que el hijo del canoro coplero Antonio Molina, hermano de Ángela, seductor sobre todo de modelos que despertaban su pasión en Ibiza, donde veraneaba en familia, engañó a Lydia Bosch con harta frecuencia. Por ejemplo, pillado dentro de un coche en manifiesta pulsión amatoria con Ana Obregón, cerca del domicilio de ésta, en la plazuela de la urbanización La Moraleja. Unos avisados "paparazzi" tomaron imágenes de aquel ardiente encuentro.

Obviamente Lydia Bosch no le soportó más traiciones y se separó de Micky en 1995, quien siguió inalterable a lo suyo de siempre. De su hija Clara poco quiso saber durante larguísimo periodo. Lydia Bosch conoció luego al arquitecto Alberto Martín Caballero, se fueron a vivir a una lujosa vivienda, y tras casarse en 2001, primero por lo civil y cuando les fue posible también por la Iglesia, Lydia dio a luz un par de mellizos, Ana y Juan en 2003. Un incidente muy desagradable, cuando el marido fue acusado de malos tratos con una menor, dio al traste con aquella pareja. Hubo un juicio y lo declararon inocente. Pero mientras se tramitó, sin duda también por alguna otra desavenencia, Lydia ya no estaba enamorada de Alberto. Y acabaron divorciándose en 2009.

Siendo los niños de corta edad, ella se quedó con su tutela a todos los efectos. Si después de aquel segundo fracaso Lydia tuvo algún otro amor, lo sería silenciosamente, pues no se la ha visto comprometida con nadie. Está, como decíamos, libre y abierta a cualquier otra experiencia sentimental, según recientes declaraciones suyas. Las revistas del corazón la incluyen en sus páginas con cierta regularidad; a veces con ocasión de algún preocupante motivo, como en 2020, cuando supimos que tenía cáncer de piel, enfermedad que logró vencer. Se ocupa de sus tres hijos.

Con la mayor, Andrea, mantiene una constante relación. Ésta cuenta treinta y dos años, estudió Magisterio, ejerciendo un par de cursos en un colegio de niños. Hizo un amago de seguir la profesión de sus progenitores, pero se cansó pronto, lo mismo que tampoco le duró mucho su vocación de modelo. En la actualidad pertenece al grupo que organiza todos los años el Festival Starlite de Marbella, donde entre julio y agosto actúan primeras figuras de la música internacional. Es novia de Juan Fernández, guitarrista de una banda rockera. Con Micki, su padre, ya hizo las paces y de vez en cuando se ven en la casa que éste habita a las afueras de Madrid con su última novia, llamada María. Andrea se lleva bien con sus hermanos, tanto los otros hijos de su madre, como con los dos habidos en las relaciones de Micki con dos modelos nórdicas. Él lleva un tiempo semi retirado, dirigió su primera película, Un tiempo precioso, donde sonaban canciones de su padre. Su última película es de 2023, Gina. Ha cumplido sesenta años, justo los mismos que tiene Lydia Bosch.

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