Nota inicial del editor: «El reino del planeta de los simios» es la primera entrega de una nueva saga. Será la película más taquillera del fin de semana. Se estrena en España en 847 pantallas, de 341 cines. Publicamos ahora la crítica de Oti Rodríguez Marchante, y como en casos similares, lo hacemos con su autorización expresa, ya que la ha escrito para el diario Abc, en el que trabaja desde los años 80.
Tras la trilogía de César en el planeta, arranca una nueva ya sin él, ¡y de qué modo!, con una espectacular secuencia de tres jóvenes simios, varias generaciones después, en la aventura de coger cada uno un huevo de águila para cumplir con los ritos de iniciación en su clan. Wes Ball, el director de ‘El corredor del laberinto’, le pone un tapón a lo ya envasado por la franquicia y abre una garrafa para llenarla de novedades, personajes, ambientes, historia y cuestiones que ya son de otra índole y que tocan solo en lo tangencial al ser humano en un planeta que está poblado y gobernado por los clanes de simios y el hombre apenas si aparece, aunque haya una mujer que busca ser protagonista. Tanto es así de autosuficiente, que se puede ver ‘El reino…’ sin necesidad de haber tenido otro contacto con ‘la serie’ desde que aparecía el pedazo de la Estatua de la Libertad en la playa al final de la de Franklin j. Schaffner.
Todo el apartado técnico es, lógicamente, excepcional, desde las localizaciones y ambientes a la gestualidad y transmisión de los actores desde allá al fondo de su maquillaje (nostalgia siempre de aquella doctora Zira acartonada que interpretaba Kim Hunter), y el guion tiene perfectamente trazadas sus líneas de interés, tranquilidad, agitación, catástrofe, persecución, descubrimiento, lucha…, con cierta melodía (lejana, sí) en la historia a la cacería de ‘Apocalypto’ o a la búsqueda de ‘Centauros del desierto’.