Garfield: fuera de casa, el gato que supera el abandono

La película animada se estrenó recientemente en la cartelera venezolana. Esta vez el gato es víctima de una venganza hacia su padre.

Caracas. Garfield es un gato glotón y dormilón. En cierta manera, también cínico. Es un personaje de fácil reconocimiento. Desde finales de los setenta su figura anaranjada y atigrada es cultura pop.

Han sido varios los intentos de posicionarlo en la pantalla grande desde las tiras cómicas, donde es una de las figuras más sagradas. Ahora vuelve en Garfield: fuera de casa, una película animada dirigida por Mark Dindal, con una hoja de vida que comprende Las locuras del emperador (2000) y Chicken Little (2005), además estuvo en el equipo de efectos visuales de clásicos como La sirenita (1989) y Aladino (1992).

Ahora, en este largometraje, el gato y su compañero Odie son secuestrados por dos perros de dudosa procedencia, quienes lo llevan a una pocilga de guarida donde una gata mafiosa quiere ejecutar su venganza. 

Garfield: fuera de casa
Garfield: fuera de casa cumple con características clásicas del personaje como su gusto por la lasaña y el odio a los lunes

Así se presenta el conflicto de esta película que va más allá, pues uno de los aspectos más llamativos  es que Garfield supere el dolor por el abandono. De pequeño su padre desapareció, por lo que ha crecido con ese reconcomio, que se exacerba cuando reaparece el progenitor.

Garfield: fuera de casa presenta así una trama que busca cautivar a toda la familia. Hay espacio para esas caricaturas clásicas de Alegre despertar, esas que hace décadas llevaban a la risa con brincos y trompadas sin mayor explicación, tan solo resolver un entuerto de la manera más enajenada. A su vez, también presenta momentos de reflexión y de pausa para atar cabos durante la investigación que se realiza. 

Garfield: fuera de casa
Garfield tiene que solucionar un problema del que no tiene ninguna responsabilidad

Ahora bien, por momentos, la obra parece puntualizar en algunos secundarios que hacen perder brillo a Garfield, como si por algunos minutos la película dejara de ser del gato para transformarse en una propuesta coral de un clan animal que busca justicia o venganza, según sea el caso

De hecho, el gato a veces sufre de un desgaste de sus características para tan solo ser un simple testigo de lo que acontece a su alrededor. Vuelve la lupa sobre él cuando entiende las razones de ese pasado desolador que ha vivido.

Odie tiene más dignidad en Garfield: fuera de casa. Ya no es tan solo un perro tonto que es el blanco de la insolencia del protagonista. Y Jon sigue siendo un dueño inútil que no es capaz de ir más allá. 

En general, es una película entretenida con un mensaje sobre la superación de los traumas. Sí, un tema que se desdibuja por momentos con las pequeñas tramas alrededor, pero que en su clímax se retoma de una manera amena y bien aleccionadora. Sin perder el humor que se tiene que sostener en una película del querido gato anaranjado que ya está en la cartelera venezolana. 

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