Adiós a la tienda de moda más antigua de Villaviciosa: cierra Pedro Álvarez tras 84 años de actividad comercial
"Estamos encantados con la clientela que tuvimos estos años, todo el mundo nos dice que les da mucha pena que cerremos", asegura Carlos Álvarez, uno de los propietarios actuales, en la despedida
Las estanterías prácticamente vacías de Pedro Álvarez son los vestigios de una historia que comenzó en una habitación de hotel y que está a punto de llegar a su fin. La histórica tienda de ropa de Villaviciosa cerrará sus puertas a final de mes, después de 84 años en activo y de haberse convertido en el negocio de moda más antiguo del casco urbano maliayés.
Pedro Álvarez Ramón abrió su primera tienda física en 1940. El maliayés llevaba toda su vida dedicado a la moda, especialmente a los paños para hacer trajes, aunque hasta ese momento su "oficina" era una habitación del desaparecido hotel Madrid, donde atendía a su clientela. El primer local bajo su nombre se ubicó en Balbín Busto, 4. Tan solo a unos metros de distancia del actual. Allí, se convirtió en un referente en tejidos y ropa de hogar, aunque también hacía trabajos de confección menor.
La calidad del producto que vendía lo convirtió pronto en un referente para todos los vecinos del concejo. En la tienda aún tienen a día de hoy piezas de géneros antiguos de marcas como Manola Verde, Manola Dorada, El Buitre, Viuda de Tolrá.... "Son telas que muchas ya no se hacen así", explica su hijo, Carlos Álvarez, quien estos días no deja de atender a clientes que acuden a la tienda para intentar hacerse con las últimas existencias.
La tienda multimarca fue creciendo con el paso de los años, hasta que en 1979 la familia decidió trasladarse a un local un poco más grande ubicado en la misma calle. En aquellos años, los hijos del maliayés (Pedro, Carlos y Ana) habían entrado ya a formar parte del negocio. Juntos procedieron a la construcción de la nueva tienda, un espacio de 400 metros cuadrados que decoraron atendiendo a las nuevas modas. "El primer local era todo de madera antigua, era una pasada. Cuando pasamos aquí ya cambiamos todo el aspecto, pero desde entonces sigue igual", cuenta Carlos.
Los hermanos siguieron con el trabajo iniciado con su padre, aunque se especializaron más en confección. Siempre poniendo a disposición del público maliayés las mejores marcas. "Estamos encantados con la clientela que tuvimos a lo largo de los años. Tuvimos muchos clientes fijos no solo del casco urbano, sino de todo el concejo, además de gente que tiene casa aquí y viene en verano o en fiestas. Todos ellos nos dicen que les da mucha pena que cerremos, pero, por un lado, estamos contentos de haber podido llegar hasta aquí en activo", afirma Carlos Álvarez
Los hermanos echarán el cierre por jubilación a final de mes, dejando a Villaviciosa huérfana de otro de sus negocios de referencia.
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