Espejismos y añoranzas
En cada nuevo albor, prevalece la ingenuidad,
creemos que al ser claros y transparentes,
al mostrar que a veces necesitamos pausar,
encontraremos el hombro de un escudero comprensivo;
que entenderá que, aunque luchamos por ser invictos,
la vida nos alcanza, revelándonos
que también somos seres de cristal.
Esperamos que nuestro escudero
entienda y muestre empatía.
Mas, una vez más, la vida descorre el velo
de la ignorancia en que yacemos.
Somos solitarios caballeros andantes,
torres robustas, cuyas fisuras
el polvo y el viento ocultan,
desgastándonos a lo largo de los años.
Aprendemos a seguir solos,
a resguardar nuestro sentir más profundo,
a dejar de esperar el hombro
de un fiel escudero.
E.C.B.
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