La Monarquía y el Parlamento en la Inglaterra del Siglo XVI: Conflicto y Transformación Constitucional

La Monarquía Limitada y las Transformaciones Sociales en la Inglaterra del Siglo XVI

En la Inglaterra del siglo XVI, mientras se mantenían los principios de la monarquía limitada, se produjeron importantes transformaciones sociales. La Guerra de las Dos Rosas (1455-1485) debilitó a la alta nobleza, y el desarrollo de la industria y el comercio favoreció la aparición de una nueva clase social: la gentry, compuesta por pequeños y medianos propietarios que se incorporaron a la Cámara de los Comunes.

Enrique VIII modernizó el gobierno, creando una administración central burocrática y centralizada. A diferencia de Francia, donde existía una estructura dual de competencias entre los Estados Generales (aprobación de tributos) y el Parlamento (elaboración de las leyes del rey), en Inglaterra el Parlamento se convirtió en el único órgano que expresaba el consenso de la nación, con la función de un Tribunal Supremo como última instancia de jurisdicción.

El conflicto de Enrique VII con la Iglesia Católica llevó a la creación de la Iglesia Anglicana, con el rey como jefe supremo, gracias al apoyo del Parlamento. En este período, el equilibrio constitucional se consideraba el modelo ideal de gobierno.

Thomas Smith y la Concepción Organicista del Estado

Thomas Smith, en su obra De Republica Anglorum (1565), defendió la supremacía del Parlamento en Inglaterra. Su concepción organicista del Estado consideraba al rey como la cabeza de los estamentos del cuerpo político. Smith identificó los límites entre:

  1. Poderes propios del rey: poder político y militar (declarar la guerra y la paz, y alianzas), nombrar jueces y oficiales, convocar y disolver el Parlamento, y el Royal Assent (poder de veto sobre las leyes aprobadas por el Parlamento).
  2. Lo que solo podía hacer en y con el Parlamento: declarar la ley, administrar bienes públicos e imponer tributos.

Primera Etapa del Conflicto Constitucional (1603-1640)

En 1603, Jacobo VI de Escocia ascendió al trono de Inglaterra como Jacobo I. Propuso un único Parlamento, una única legislación y un único derecho para ambos reinos. Sin embargo, el Parlamento inglés, receloso del monarca escocés, se opuso a esta idea, lo que generó tensión entre las tendencias centralizadoras y centrífugas.

Jacobo I fue un destacado teórico político. En sus obras, defendía la idea de una monarquía libre, con plena independencia del rey en poderes externos e internos, y frente a la Iglesia. Consideraba al rey como cabeza de la iurisdictio, responsable del establecimiento y aplicación de buenas leyes, siguiendo el principio tradicional de Henry de Bracton: rex sub lege (el rey está bajo la ley).

Jacobo I atacó el derecho privado, argumentando que solo podía existir por concesión del rey. Definió al Parlamento como un mero instrumento de la monarquía que convenía convocar para consultas. Esta postura rompía con la teoría medieval de la monarquía limitada y se acercaba al absolutismo.

El inicio del conflicto constitucional surgió de las nuevas exigencias del Estado moderno, relacionadas con la delimitación de los poderes del rey. Los monarcas trataban de extender sus poderes frente al Parlamento, que a su vez trataba de impedirlo. Estas tensiones también se extendieron al ámbito de la iurisdictio. Jacobo I cuestionó los límites de la prerrogativa regia (creación de impuestos, comercio exterior, políticas mercantilistas inspiradas en fines fiscales, concesión de monopolios, detenciones arbitrarias). El Parlamento condenó a Jacobo I por imponer impuestos sin su consentimiento y por adoptar formas de gobierno contrarias a la constitución.

Edward Coke y la Defensa del Constitucionalismo

Edward Coke (1552-1634) fue una figura fundamental del constitucionalismo inglés y el principal líder del antiabsolutismo. Su obra, contenida en las sentencias que emitió como magistrado, tuvo gran influencia en el constitucionalismo americano, a pesar de su poca difusión.

Coke defendió los derechos ingleses y propuso una visión constitucional revolucionaria que incluía dos aportaciones principales:

  1. Autonomía del poder judicial: frente a la concepción medieval que consideraba al rey como titular de la jurisdicción, Coke argumentó que el rey no podía asumir funciones judiciales, ya que estas eran exclusivas de los jueces, conforme a la ley fundamental. Esta idea sentó las bases doctrinales del moderno concepto de independencia judicial frente al ejecutivo.
  2. Control de constitucionalidad: ante la tendencia regia de legislar mediante ordenanzas de carácter administrativo, Coke defendió que el poder de legislar residía en el Parlamento a través de sus estatutos. La soberanía del Parlamento no era absoluta, sino que estaba sujeta a la supremacía de la ley. El Parlamento estaba obligado a elaborar leyes justas que reconocieran los derechos individuales. Cuando los actos del Parlamento fueran contrarios al derecho y la razón, los jueces podrían declararlos nulos. Esta idea sentó las bases del control de constitucionalidad de las leyes.

La Corona frente al Parlamento (1640-1660)

Este período estuvo marcado por un fuerte enfrentamiento entre la Corona y el Parlamento. La crisis se agravó por la difícil relación existente entre los reinos que integraban la Corona. En 1642, Irlanda, de mayoría católica, proclamó su independencia en oposición al Parlamento inglés, aunque aceptó a Carlos I como rey. En Escocia también se produjeron revueltas contra Inglaterra.

En 1640, Carlos I convocó al Parlamento con el objetivo de restablecer el equilibrio entre la Corona y el Parlamento, evitando las tendencias absolutistas de los Tudor y los Stuart. El Parlamento suprimió el Tribunal del Rey (Cámara Estrellada) y ejecutó a varios consejeros reales. Además, exigió que el Parlamento fuera convocado al menos cada tres años.

Carlos I necesitaba financiación para combatir a los escoceses e irlandeses. Sin embargo, el Parlamento, temiendo que el rey utilizara el dinero en su contra, aprobó una ley que le arrebataba el control del ejército. En 1642, las dos cámaras del Parlamento presentaron conjuntamente las 19 Proposiciones, en las que reclamaban el poder político soberano, con la facultad de nombrar consejeros, jueces, oficiales y jefes militares. El rey quedaba relegado a un mero símbolo representativo del país.

Carlos I respondió denunciando una absoluta violación de las leyes fundamentales y defendió sus poderes y prerrogativas dentro de un orden mixto no absolutista. Propuso un gobierno equilibrado. La reacción del rey fue recibida con críticas: los partidarios de la monarquía la consideraron excesivamente moderada, mientras que los partidarios del Parlamento la acusaron de ser un retorno al absolutismo.

La Guerra Civil (1642-1648)

. Corona aliada con alta nobleza Contra parlamento. Importante protagonismo del movimiento democrático de Levellers, defensores del principio de igualdad Y anulación de privilegios del censo, defensa del principio de representación política en una única cámara por sufragio universal y reclamación una constitución escrita con normas nacionales, protección de los derechos subjetivos y poner un límite al poder ejecutivo. Propuestas que fracasaron frente al pragmatismo de los militares.

Oliver Cromwell (1599-1658), creador de un ejército autónomo del parlamento: New Model Army, importantes victorias militares como Naseby (1645) y Preston (48). Carlos I es entregado a él, declarado traición y ejecutado en 1649, se suprime la cámara de los lores, se abole la monarquía y se proclamada república bajo gobierno del parlamento. Persecución de los católicos en Irlanda y de los calvinistas de Escocia. En 1653 se aprueba una constitución escrita (Instrument of goverment), Crowell titulo vitalicio de Lord protector concentrando todos los poderes, dictadura militar, posee veto suspensivo frente leyes del parlamento, política orientada en absolutismo: unificación militar de las islas británicas, reforzamiento del poder ejecutivo, expansión colonial y política imperial la semana en el acta de navegación de 1651, puritanismo ideológico reflejado en la obra de John Milton (el paraíso perdido). Tras su muerte, le sucede su hijo Richard Cromwell, no logras afianzarse en el gobierno, en 1660 restauración de la monarquía con Carlos II.

Thomas Hobbes (1588-1679). Su obra Leviathan (1651), culpa de la crisis a la doctrina de la constitución esto y a la lucha entre facciones para hacerse con el poder. Cree en individualizar un único sujeto titular irrevocable los poderes soberanos, esta es la única ley fundamental, preservar la integridad del poder soberano, ninguna constitución es posible su soberanía. Fuente de racionalidad de esa ley, si fuese democracia llevaría a la anarquía, si fuesen jueces aún a jurisprudencia desordenada. Es preciso que sea la autoridad la que crea la ley. Esto le llega a la formulación famosa: los individuos son los protagonistas del nacimiento de la asociación política, al tomar la decisión originaria de abandonar el estado de naturaleza. El problema es hacer compatible una voluntad originaria capaz de instituir el poder soberano con la necesidad de que este destinada a desaparecer tras hacerlo. Para resolver la cuestión se vale de 2 conceptos teóricos: a) autorización: en el estado de naturaleza los individuos son iguales, el peligro recibe el el deseo de cada uno de adueñarse de todos los bienes, para salvar sus vidas, crean un poder soberano el estado (Leviatán), autoriza a gobernarle no hay voluntad colectiva sino decisiones individuales, por lo que no habrá oposición. b) representación: conduce a superar la condición originaria de multitud para convertirse en pueblo, O ponerse al soberano significa debilitar el orden social y provocar guerra civil. Poder soberano origen artificial, deber de proteger las vidas Y personas de sus súbditos Y garantizar sus derechos, principalmente el derecho de propiedad. 

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