Utopías de Clara Brugada, de Iztapalapa para el mundo - Grupo Milenio
Política

Utopías, de Iztapalapa para el mundo

META 2024

La aspirante a jefa de Gobierno de la Ciudad de México dejó varias obras en la alcaldía Iztapalapa.

Sucedió ayer, a medio día, cuando te paraste en Periférico y Avenida Las Torres y, en vez de observar el camellón lúgubre y polvoriento de tus recuerdos, viste una suerte de embarcación hecha de concreto, encallada en un parque de verdes imposibles. Entonces, entraste a la construcción, Barco Utopía, un complejo cultural y recreativo, y ahí supiste que había sido enmendada la imagen apocalíptica que conservabas de Iztapalapa.

Todo empezó en la mañana, cuando tú y tu pareja se sumaron a un tour por dos de las 12 Utopías que construyó Clara Brugada en deshuesaderos, tiraderos y fábricas que rescató. El camión los dejó frente a la estación Constitución 1917, de la línea 2 del Cablebús, donde se encontraron con Daniel, el guía. Él les contó que son 10.6 kilómetros de longitud; que 7 mil son los pasajeros que se trasladan al día; que Calva es la estación más alta, con 49 metros; que son 330 góndolas, avanzando a 8 kilómetros por hora; y que son 300 los murales que fueron pintados en las azoteas por los propios habitantes.

Mientras que “los turistas” aprovechan el recorrido para fotografiar esos murales, para el usuario cotidiano, el recorrido representa recortar a 35 minutos un trayecto de una hora y media, además de disminuir las probabilidades de ser asaltados allá abajo. A ti el viaje en cablebús te recordó esos recorridos guiados a las comunas de Bogotá y de Medellín, donde las autoridades no sólo llevaron cablebús o escaleras eléctricas a la periferia. También la dignificaron con centros culturales y bibliotecas, y con la recuperación del espacio público.

Y eso, recuperar el espacio, fue lo que hicieron en Iztapalapa con el viejo mercado Quetzalcóatl: construyeron uno nuevo. Y aunque algunos locatarios se quejaron contigo de que pagan altas cuentas de luz o de que los locales son reducidos, la mayoría te dijeron que agradecen tener baños y que no quisieran volver al pasado: puestos semifijos que en tiempos de lluvias se inundaban; robos, muchos robos; y la pinche extorsión.

Cablebús en Iztapalapa (Foto: Ariana Pérez)
Cablebús en Iztapalapa (Foto: Ariana Pérez)

De ahí fueron a otro espacio recuperado: el que en tus recuerdos era el temible deportivo Meyehualco. Pero esta vez, en lugar de ver campos llaneros tomados por pandillas, había una alberca olímpica, un velódromo, un gimnasio de dos pisos, cuatro canchas de soccer, una pista de tartán, una escuela de música, un parque temático de dinosaurios llamado Iztapasauria, además de las cuatro casas básicas del concepto Utopía:

Casa de las siempre vivas: no sólo brinda atención especializada a mujeres violentadas u ofrece un sistema público de cuidados; también hay una lavandería comunitaria (7 kilos de ropa por un peso), hay un SPA y se dan talleres de masculinidades, a los que todavía asisten muy pocos hombres. La segunda casa es la de Día para adultos mayores. Está la Casa colibrí, para todo aquel adolescente con problemas de adicciones. Y la última es Casa de Rehabilitación, para terapia física. Todo gratuito y abierto a todo público.

Una vez que aprendiste que los dinosaurios tenían plumas, Daniel los llevó al Barco Utopía. En el camino viste cómo en el camellón del Periférico habían cambiado la tierra y el salitre por una alfombra de pasto, andadores, juegos, canchas de frontón, espacios de convivencia y luminarias, muchas luminarias. “Hay más de 8 mil, deberías de ver estos en la noche”, te dijo Daniel y te contó que iluminar la alcaldía también ha ayudado a que la criminalidad disminuya. Cuando revises las estadísticas de la fiscalía capitalina, verás que en Cuauhtémoc, tu alcaldía, se comenten más delitos que en Iztapalapa, que le triplica el número de habitantes. En percepción de peligrosidad, tampoco es la primera: antes están Tláhuac y Álvaro Obregón.

Barco utopía de Iztapalapa (Especial)
Barco utopía de Iztapalapa (Especial)

Entonces llegaron al Barco Utopía. Aprendiste sobre el cambio climático (“el capitalismo es un sistema basado en la explotación de la naturaleza”). Escuchaste la historia de Lúa, una niña de Iztapalapa que trata de alertar sobre la violencia de género y la violencia sexual. Te divertiste tocando peces en el acuario digital. Navegaste un barco y jugaste con estrellas que salían de las paredes.

También te entrevistaron y le dijiste al reportero que, si en tu infancia a alguien se le hubieran ocurrido las Utopías, probablemente más personas del barrio en el que creciste hubieran vencido los malos pronósticos que era vivir en la periferia. “No hay proyectos más contrarios que el de Brugada y el de Taboada”, no lo dijiste tú, lo dijo Teresa Rodríguez, doctora en filosofía, cuando casi terminó el tour. “Mientras que la Benito Juárez se gentrifica; en Iztapalapa se dignifica a la periferia”.

Camino a tu colonia clasemediera pensaste en lo que significarían la construcción de 100 Utopías en la ciudad si ganara Brugada. Por eso te sigue pareciendo una locura que la candidata más izquierdista y feminista en los últimos 27 años todavía no tenga asegurado el triunfo.

aag

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