La revisión del nido

Jude Law y Carrie ofrecen las mejores actuaciones de su carrera como una pareja cuya vida aparentemente ideal es una fachada en The Nest.

Han pasado 10 largos años desde que Sean Durkin dirigió su primer largometraje, la escalofriante Marta Marlene. Mientras tanto, su única actuación como director fue una serie británica de cuatro episodios llamada Southcliffe. Pero ahora ha regresado con El nidouna película impregnada de la misma sensación de pavor y claustrofobia que marcó su primer largometraje, aunque esta vez la narrativa carece del mismo enfoque.

Si bien Durkin obtuvo una actuación destacada de Elizabeth Olsen en la película anterior, aquí obtiene algunos de los mejores trabajos en las carreras de Jude Law y Carrie . Interpretan a Rory y Allison O’Hara, una pareja con dos hijos, una adolescente llamada Sam (Oona Roche) y el tímido estudiante de primaria Ben (Charlie Shotwell), que se desarraigan de Estados Unidos y regresan a la Inglaterra natal de Rory. El padre recibió una lucrativa oferta de trabajo en una empresa para la que trabajó anteriormente.

Para endulzar el trato, Rory compra una casa enorme en el campo para la familia, con un terreno en el que Allison puede construir un establo para su caballo y tal vez iniciar una escuela de equitación. Pero pronto queda claro que la casa está fuera de sus posibilidades, mientras Allison y ambos niños tienen problemas para adaptarse a su nuevo entorno. Mientras tanto, Rory descubre por las malas que las habilidades para hacer negocios que pretendía adquirir durante su estancia en Estados Unidos no se traducen del todo en el mundo financiero de Londres, con consecuencias que profundizan una brecha ya existente entre él y Allison.

Al mismo tiempo, los niños se retiran a sus propios mundos potencialmente autodestructivos, y la casa (que para empezar parecía demasiado enorme para una familia de cuatro) se convierte en un laberinto oscuro y embrujado que, a pesar de su tamaño, parece acercarse más. y más cerca de la familia: una manifestación física de la presión financiera y emocional que enfrentan sin un plan de escape claro.

El nido está ambientada durante la década de 1980, esa era en la que la codicia se consideraba buena y la administración Reagan derribó la economía estadounidense con la ficción de la “economía de goteo”. Pero aunque aparentemente Rory adquirió sus malos hábitos al pasar tiempo aquí, la película no aborda explícitamente las circunstancias políticas o sociales de la época. En cambio, se centra en cómo esas circunstancias pueden afectar y esencialmente destruir una familia nuclear aparentemente tradicional.

Rory se trata de presumir, ya sea su esposa, su casa o el estilo de vida lujoso y mundano que se esfuerza por mantener a pesar de que en su mayor parte es falso. Allison, por otro lado, proviene de un entorno de clase trabajadora y literalmente no tiene miedo de ensuciarse las manos, trabajando en una granja vecina en un momento para ganar unos dólares extra. Law y son simplemente extraordinarios aquí, entregando sus líneas con mezclas expertas de afecto fingido, malicia absoluta y puro cansancio, ambos desgastados por la fachada de felicidad y estabilidad que han tratado de mantener.

En todo caso, la caída de la familia ocurre casi demasiado rápido. Mientras El nido es económico (sin juego de palabras) en su tiempo de ejecución y estructura, perdemos algo al principio: cualquier sensación de que esta familia alguna vez fue una unidad más fuerte. El comportamiento que sigue, al menos de Rory y los niños, es algo predecible, aunque hay que reconocer que Durkin no lleva las cosas a una conclusión que fácilmente podría buscar en tragedia o dolor.

La película también hace que uno se pregunte por qué Allison y Rory están juntos en primer lugar, lo que también le da a los eventos de su segunda mitad una calidad arbitraria y desequilibrada. Si bien es excelente para crear una personalidad empática y completa, eso no explica por qué se queda con Rory cuando él obviamente tiene una inclinación por creer sus propias tonterías y luego echarle la culpa a los demás (suena como otra persona que conocemos) cuando las cosas van hacia el sur. Es un mérito del talento de y Law que nos mantengan pegados a la pantalla incluso cuando comenzamos a preguntarnos por qué debería importarnos.

El nido Vale la pena verlo simplemente por las actuaciones de sus dos estrellas y por la capacidad de Durkin para generar una sensación de fatalidad inminente incluso en circunstancias mundanas, pero la estructura inevitable de la historia la hace menos sorprendente que Marta Marlene. El final bastante abrupto también hace que uno se pregunte qué tiene exactamente la película que decir sobre la extralimitación de su personaje central que no hayamos visto u oído antes. Esa, como otras preguntas de esta apasionante pero algo frustrante película, es una pregunta que sigue sin respuesta.

El nido saldrá en lanzamiento limitado el viernes 18 de septiembre.