10 mejores y más impresionantes stunts en la historia del cine

Cuando se ve una película de acción, especialmente una muy buena, es imposible no pensar en cómo se hicieron algunas de las secuencias que vemos. Explosiones, caídas, choques entre vehículos, persecuciones; no importa lo que suceda en pantalla, siempre hay espacio para el asombro en la audiencia. Claro que nada de esto sería posible sin un equipo de profesionales que arriesgue su vida para entregar momentos espectaculares. Y aunque la misma industria no les ha dado el reconocimiento necesario (como, por ejemplo, un Óscar), el público sí es capaz de reconocer que, gracias a los stunts, hoy podemos ver, una y otra vez, escenas que se volvieron un clásico. A continuación, conoce los stunts más impresionantes en la historia del cine.

Colgando de un reloj – El hombre mosca (1923)

Tras llegar a la ciudad, un hombre criado en el campo tiene la intención de escalar un edificio de 12 pisos, todo en aras de ganar un poco de dinero y conseguir publicidad para el almacén donde trabaja. Tristemente, el plan fracasa, y el hombre termina colgado de las manecillas de un gigantesco reloj. Es justo ese momento el que le gana un lugar en esta lista. Aunque hoy esa escena podría realizarse con mayor facilidad, en su momento fue toda una proeza para el séptimo arte.

Los responsables de la cinta sabían que podrían estar haciendo historia, así que durante el rodaje no se permitieron cámaras externas que acabaran con “la magia” de ese momento. Según algunos expertos, la torre de donde colgaba el hombre no fue real, sino un decorado construido especialmente para la filmación. Este se habría montado en una terraza, y no correspondía a la edificación mostrada en la cinta, sólo daba la ilusión de ser el punto más alto. Además, se jugó con la perspectiva de las casas colindantes.

Para las demás escenas, donde sí se utilizó un edificio real, otro actor de la cinta, que era experto en este tipo de prácticas, se prestó para fungir como doble de Harold Lloyd y ser el hombre mosca. La producción no escatimó en medidas de seguridad, y le brindó todo lo necesario para su momento. La ya mencionada secuencia fue tan impactante que inspiró a otros directores para jugar con elementos similares y crear momentos dignos de sorprender a la audiencia.

Sobreviviendo a una casa – El héroe del río (1928)

En este largometraje, dos barcos fluviales compiten por el control del transporte de mercancías por el Río Mississippi. Bill espera que su hijo le ayude, pero en sus planes está enamorar a la hija del rival de su padre, algo que complica la situación para todos. El momento emblemático de este proyecto llega “gracias” a un tornado que arrasa con la ciudad, incluyendo una casa que se encuentra detrás del personaje interpretado por Buster Keaton.

Sin recurrir a algún tipo de artificio digital (como podría suceder actualmente), Keaton se portó como todo un profesional en el momento que la casa se derrumba a su alrededor. El equipo detrás de la cinta definió perfectamente el lugar donde caerían los escombros de la casa, y la advertencia era clara: si el actor se movía un centímetro más, su vida podría estar en riesgo. A diferencia de la cinta anterior, no hubo decorados ni trucos de cámara, la casa verdaderamente se derrumbó sus espaldas y el sobrevivió porque su cuerpo atravesó el espacio de una ventana. Como dato curioso, Keaton alguna vez mencionó que, mientras esperaba a que iniciara el rodaje, vio a miembros del staff orar por su vida.

La carrera de cuadrigas – Ben-Hur (1959)

Luego de que su amistad con Mesala se convirtiera en rivalidad, Judah Ben-Hur termina encarcelado junto a su familia. Tras ser trasladado a galeras, conoce a un jeque árabe que le presenta el mundo de las carreras de cuadrigas. El momento más espectacular de la cinta llega justo con una de estas, y requirió un despliegue de producción pocas veces visto hasta ese momento.

William Wyller, director de la cinta, no dudó en convertir los estudios de Cinecittà en el mayor circo romano. Se construyó una pista en forma de ovalo y que medía 73 mil metros cuadrados, gradas para los casi 15 mil extras, y 36 mil toneladas de arena. Durante cuatro meses se entrenó a los caballos y también a quienes conducirían las cuadrigas. Yakima Cannutt, especialista en entrenar caballos para Hollywood, se encargo de los equinos, y propuso algunas técnicas novedosas para que estos no salieran lastimados. Así dio inicio un rodaje de cinco semanas. Incluso con tanta planeación, hubo un ligero accidente en la filmación: Joe Canutt, hijo de Yakima, cayó frente a uno de los caballos. No pasó nada grave, pero sí fue un momento que contribuyó a la adrenalina de la escena.

“Si yo pudiera hacer lo que hicieron con esta secuencia, felizmente me retiraría mañana. La grandiosa escala, lo mucho que tomó filmar. Quizá es el rodaje de segunda unidad más grande de todos los tiempos. Estoy fascinado por lo que Bundy Marton y Yakima Canutt lograron”, afirma el experto Vic Armstrong (vía).

El salto en las montañas– La espía que me amó (1977)

Junto a una agente rusa, James Bond debe investigar qué pasó con dos submarinos nucleares ahora desaparecidos. Stromberg, un poderoso magnate, quiere crear una nueva civilización, y Bond se las arreglará para no dejarle el camino tan fácil. Además de ser considerada como una de las mejores películas del personaje, y la mejor en la era de Roger Moore como 007, a esta cinta se le recuerda por contar con uno de los stunts más impresionantes en toda la franquicia.

El momento sirve, literalmente, para presentar la película por todo lo alto. Somos testigos de un impresionante salto en esquí desde la cima de una montaña, y todo termina con el 007 abriendo un paracaídas. Luego de que la película anterior pusiera en riesgo la continuación de la franquicia, los productores de la saga dejaron algo muy en claro: Bond estaba más vivo que nunca.

Detrás del salto hubo muchos detalles importantes. Para empezar, se filmó en una sola toma, no hay cortes o algún truco de edición. Evidentemente, Moore no realizó la acrobacia, para ello se contrató a un doble de acción que trabajó en una montaña de Canadá. Como dato curioso, la idea surgió de un anuncio en la revista Playboy. Este llamó tanto la atención de los realizadores, que incluso contrataron al mismo hombre: Rick Sylvester. A pesar de tener sólo 2 horas para prepararlo todo, un pésimo clima y un presupuesto limitado, el salto fue un éxito. Como si algo les faltara, al momento de la filmación sólo una de las cámaras funcionó para obtener la toma deseada.

El rescate – Mentiras verdaderas (1994)

Harry Tasker lleva una doble vida. Por un lado, es espía internacional para una agencia gubernamental, y por otro, su familia cree que es un vendedor. Pronto, sus mundos se encontrarán sin que él pueda hacer algo al respecto. Sabiendo que James Cameron se encuentra tras la dirección de esta cinta, no sorprende que las escenas de acción fueran llevadas al límite.

Una de estas involucra a Harry colgado de un avión mientras rescata a Helen, su esposa, de una limusina que está a punto de salir disparada de un puente. Al tratarse de una filmación en exteriores, el tiempo para realizarla tuvo que ser muy exacto. Todos debían estar en sus posiciones para que la escena se lograra con exactitud y sin peligro. Cameron estaba en un helicóptero que supervisaba todo y tenía a Donna Keegan, la doble de Jamie Lee Curtis (Helen).

Como el personaje tenía que estar sujeto a algo, Jamie Lee Curtis (quien pidió colaborar en sus propias escenas de riesgo) solicitó a la producción una navaja con la que liberarse. Había el riesgo de que la limusina cayera al agua con ella adentro, por lo que la navaja le serviría para cortar el cinturón de seguridad y saltar hacia la carretera. Y si colgaba del helicóptero, este también podía perder el control; alguien sobre él necesitaba tener algo para cortar los cables y así evitar una fuerte caída. Afortunadamente, el stunt funcionó a la perfección, y la actriz sólo tuvo que grabar algunas reacciones en posproducción.

Hombre en llamas – Ong Bak: El guerrero Muay Thai (2003)

Luego de que criminales robaran la cabeza de Ong Bak, una estatua sagrada que protege a los habitantes de un pequeño pueblo, estos inician la búsqueda de un guerrero que les haga justicia. Así llegan con Ting, un huérfano criado en un templo, para que recupere la cabeza y evite desgracias. El legendario Tony Jaa se puso en la piel de Ting, demostrando que, dentro y fuera de la pantalla, tiene todo para ser un héroe.

Durante una de sus múltiples peleas, en la que termina con sus enemigos arrojándolos al fuego, las llamas también alcanzan el cuerpo de Jaa. Muchos pensaron que se trataba de una toma lograda con efectos visuales o un stunt preparado para ello, pero fue Tony quien permitió que lo prendieran y continuó con su coreografía de pelea. De hecho, en algún momento ataca a sus rivales con una patada en llamas. Porque sí, aparte de las llamas, hay un importante combate cuerpo a cuerpo (también realizado en su totalidad por el actor).

El actor sabía el riesgo que corría, pero no despreciaría la oportunidad de una toma perfecta. Aun con los cuidados de la producción, hubo algunos daños, pero todos se pudieron resarcir: Tony Jaa se torció el tobillo, sufrió un desgarre de ligamento, y también terminó con quemaduras en cejas, pestañas y nariz. En ese momento, Jaa sufrió las consecuencias de hacer su propio stunt, pero no cabe duda que el momento es espectacular.

De un vehículo a otro – Mad Max: Furia en el camino (2015)

Atormentado por las personas a las que no pudo proteger, Max se ha convertido en un hombre que sólo busca sobrevivir. Pronto se ve arrastrado a formar parte de un grupo que huye a través del desierto mientras el Señor de la Guerra moviliza a todos sus hombres para darle caza y acabar con él. Es durante una de estas persecuciones, que varios hombres colgados en postes se pasan de un vehículo en movimiento a otro con el fin de atrapar a Max.

La secuencia es a todas luces brillante, más si tomamos en cuenta que no se utilizó CGI para el resultado que vimos en pantalla, y que los vehículos van a toda velocidad. Los movimientos son rápidos y precisos, dignos de hombres perfectamente entrenados para la acción. Y justo así fue como se planeó esta escena.

Guy Norris, director de la unidad especializada en la acción, y quien trabajó en la segunda película de la saga, se inspiró en un stunt que vio años antes para darle vida a la nueva secuencia. Dicho stunt involucraba postes o barras fijas, pero Furia en el camino requería que estos fueran flexibles. Entonces acudió a espectáculos del Cirque du Soleil y contrató a un acróbata de ahí para entrenar a los stunts de la cinta. La intención era mantener una estética definida y, al mismo tiempo, medidas de seguridad en todo momento. El momento se filmó como una coreografía de cinco minutos, lo cual permitió amoldar la experiencia del circense con lo que George Miller, el director, quería ante las cámaras.

La pelea en el elevador – Ip Man 3 (2015)

La tercera entrega de esta emocionante saga presenta como villano a un hombre corrupto que, gracias a sus influencias, pretende –y puede– dominar la ciudad. Es entonces cuando Ip Man, el maestro de las artes marciales, debe enfrentarse a la banda de criminales que el corrupto lidera. Con Donnie Yen al frente del reparto y dos entregas previas bien recibidas, era obvio que los realizadores elevarían el nivel de las escenas de acción.

Aunque la película se desarrolla en grandes escenarios, la escena de acción más espectacular se da dentro de un elevador. Lo más sorprendente fue la cantidad de movimientos, cortes y golpes que se pudieron desarrollar en un espacio tan pequeño; esto último orilló a que Yen utilizara un doble en muy pocos momentos. Filmar el enfrentamiento fue complicado y llevó un tiempo considerable, así que la magia de la escena recae en la edición.

Si bien, no toda la pelea se da en el elevador, pronto Ip Man y su principal rival van a dar a unas escaleras. Sin importar la cantidad de escalones y que el espacio fuera muy reducido, todo se puede apreciar a la perfección. Que parte del enfrentamiento se firme en un ángulo cenital le da un toque especial a la secuencia. Entre caídas, tropezones y todo tipo de golpes, los casi 4 minutos que dura la pelea son todo un agasajo.

La pelea en las escaleras – Atómica (2017)

A finales de los años 80, y ante la caída del muro de Berlín, un agente del MI6 aparece muerto. Lorraine, una espía, deberá encontrar una lista que el difunto quería hacer llegar a Occidente. Sin embargo, varios asesinos se interpondrán en su camino. Justo cuando un grupo de estos la intercepta en un edificio, ella les propina una golpiza épica que no sólo luce increíble en la pantalla grande, también se presenta como un plano secuencia que va de un departamento a las escaleras del edificio, todo en 7 minutos.

Sam Hargrave, director de la segunda unidad, reveló a IndieWire que se apoyó de David Leitch, realizador de la cinta y experto en stunts, para coreografiarlo todo. Se pensó hacerlo en una sola toma para que la audiencia supiera cómo se siente estar en una secuencia así. Al principio, ambos pensaron que requerirían un stunt para toda la secuencia, pero Charlize Theron entrenó por meses para hacer la mayor parte de esta. Evidentemente, se tuvo que cortar en varios momentos para que ella descansara, pero no por petición de la actriz. Hargrave afirma que, de habérselo pedido, seguramente Theron pudo haber hecho toda la pelea sin parar.

Stunts verdaderos participaron para una caída en las escaleras, y también se tapizaron algunas paredes y escalones con esponjas para amortiguar los golpes. Con efectos visuales y de sonido se disfrazaron los cortes y los golpes. Coreografiar la pelea, los movimientos de cámara, los puntos donde habría edición, y de paso la participación de los stunts constituyó todo un reto. Pero el resultado fue una de las peleas más espectaculares en los últimos años.

El salto al vacío – Misión: imposible – sentencia mortal (2023)

En la séptima película de la saga, Ethan debe detener a una inteligencia artificial que se rebeló ante sus creadores. La amenaza de lo que esta podría causar lo lleva a todo tipo de aventuras, entre las que se encuentra tomar un tren por sorpresa para evitar que todo caiga en las manos equivocadas. Pero Tom Cruise, el cliente máximo de esta lista, no iba a entrar al tren de forma normal. Al final del día, no es la primera vez que el actor se pone en peligro, y fuera de Misión: imposible también ha demostrado su tremenda agilidad para más de un stunt.

La secuencia involucra al actor conduciendo una motocicleta en el bosque, y cuando llega al límite de este sólo queda un acantilado. En vez de frenar, Cruise acelera aún más para saltar con todo y moto. Luego se suelta de esta y abre su paracaídas para, finalmente, aterrizar en el tren. El momento se filmó en Noruega, pero los ensayos se dieron en Inglaterra con una plataforma similar a la que se vería en la cinta. 13 mil saltos fueron necesarios, y el actor portó un GPS para permitir que cámaras y drones monitorearan sus movimientos.

Con 30 ensayos diarios y un año de entrenamiento, el actor logró lo que parecía imposible: coordinar un salto a gran velocidad, abrir el paracaídas a tiempo, y permitir que la cámara lo filmara desde todos los ángulos posibles. Claro, se necesitaron seis tomas hasta conseguir el salto perfecto, pero el resultado fue elogiado en todo el mundo. En un detrás de cámaras, se puede apreciar que el director Christopher McQuarrie vivió momentos de verdadero terror mientras su actor arriesgaba la vida una vez más. ¿Para qué utilizar CGI si la franquicia tiene a Tom Cruise?

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Juan José Cruz Soy de los que siempre defendió a Robert Pattinson como Batman y puede ver la misma película en el cine hasta 7 veces. ¿Mi gusto culposo? El cine de terror de bajo presupuesto.