Estrenada en mayo de 1990, esta cinta dio fin a una de las trilogías más queridas y exitosas de todos los tiempos. Habiendo lanzado su primera película en 1985, y su secuela en 1989, esta tercera entrega prometía dar un épico cierre a la saga más popular de ciencia ficción.
A pesar de que esta cinta pudo darle un cierre digno a la trilogía dirigida por Robert Zemeckis, fue la que terminó recaudando menos en taquilla. Para nada fue un fracaso, pues logró generar casi 245 millones de dólares, contra un presupuesto de tan sólo 40 MDD, sin embargo, se tenían expectativas más altas.
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Se trata de Volver al Futuro 3, protagonizada por Michael J. Fox y Christopher Lloyd, repitiendo sus roles de Marty McFly el Doc Brown, respectivamente. “Marty McFly sigue en 1955 y el Doc ha retrocedido al año 1885, la época del salvaje oeste. Marty recibe una carta del Doc en la que le informa de que la máquina del tiempo está averiada y no puede volver al presente, pero que no le importa seguir en el pasado. Sin embargo, Marty descubre una tumba en la que lee que el Doc murió en 1885 y decide ir a rescatar a su amigo”, es lo que nos hace saber la sinopsis oficial del filme.
La saga de Volver al Futuro siempre ha estado envuelta de secretos y detalles, que te los pierdes si parpadeas. No por nada, son películas tan amadas, ya que prácticamente son atemporales, y hasta la fecha, siguen dando de qué hablar. Teniendo reestrenos en cines con frecuencia, y contando con una inmensa comunidad de fans, alrededor de todo el mundo, la franquicia de Volver al Futuro es una de las más grandes, en toda la historia.
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Sin embargo, si de secretos se trata, hay un pequeño detalle que tal vez ha pasado desapercibido para muchas personas, pero que no deja de despertar curiosidad, incluso 34 años después de su estreno. Para descubrir este momento, hay que acudir al último acto de la película.
Aquí, Marty y su novia Jennifer se despiden del Doc, de su esposa Clara y de sus dos hijos, Julius y Verne. La familia está a bordo de una locomotora de vapor convertida en máquina del tiempo, y el Doc ofrece un breve y conmovedor monólogo final en el que asegura que el futuro de sus amigos aún no está escrito. No obstante, durante el discurso del Doc, el pequeño Verne hace una pequeña seña, dirigiendo hacia su entrepierna, como si trata de decirle a alguien "ven aquí".
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Por años se ha especulado el posible significado de ese peculiar gesto, y si bien lo más lógico es pensar que el pequeño actor, Dannel Evans, simplemente tenía ganas de ir al baño, han habido teorías de todo tipo; ¿Quería confundir al camarógrafo? ¿Es un gesto obsceno hacia Elisabeth Shue? ¿Estaba siguiendo una dirección escénica? Quizá nunca sepamos la respuesta verdadera.
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