En el fin del siglo XIX y en el XX, diferentes herejías se propagarán en la tierra.[…]A medida que estas herejías se difundan e imperen, la preciosa luz de la Fe se extinguirá en las almas por la casi total corrupción de las costumbres.
Durante este período, habrá grandes calamidades físicas y morales, tanto públicas como privadas. Sin embargo, habrá almas que seguirán siendo fieles y que preservarán el tesoro de la fe y las virtudes. Pero estos sufrirían un martirio cruel, atroz y prolongado.
Para liberar a los hombres de la esclavitud de esas herejías, los elegidos de mi Santísimo Hijo para efectuar la restauración necesitarán una gran fuerza de voluntad, constancia, valor y confianza en Dios. Para probar la fe y la confianza de los justos, llegará la ocasión en que todo parezca estar perdido y paralizado. Entonces, será el feliz comienzo de la restauración completa.
Nuestra Señora del Buen Suceso