Chanel Nº 5: desde Rusia con amor - La Opinión de Málaga

Ensayo

Chanel Nº 5: desde Rusia con amor

El historiador Karl Schlögel rastrea en ‘El aroma de los imperios’ (Acantilado) el origen de dos perfumes icónicos: Chanel Nº 5 y Moscú Rojo, para concluir que ambos tienen un mismo origen, una conexión rusa, pues ambos provienen de la colonia imperial de los Romanov

Chanel Nº 5.

Chanel Nº 5. / L. O.

El aroma de un perfume, que inicialmente se llamó Bouquet de l’Impératrice, creado en 1913 para conmemorar los trescientos años de la dinastía rusa de los Romanov y a su emperatriz Catalina II es el punto de partida de dos perfumes icónicos y revolucionarios, cada uno a su manera: Chanel nº 5 y Moscú Rojo. Aunque con un aroma casi idéntico, marcarían en los años siguientes dos caminos muy distintos hacia la modernidad. Chanel nº 5 y Moscú Rojo pertenecen a mundos distintos pero ambos representan al siglo y el inicio de una revolución en el mundo de los aromas y fragancias. Aunque Chanel nº 5 ocupa un lugar de honor en la mercado del mundo occidental, Moscú Rojo, en cambio, por aquello del aislamiento y de la separación de dos mundos opuestos, hubo de esperar al final de la Unión Soviética para convertirse en objeto de deseo en Occidente.

El historiador cultural Karl Schlögel profesor de Historia de la Europa del Este en la Universidad Europea de Viadrina repasa en ‘El aroma de los imperios’, que publica Acantilado, la historia del siglo XX a través de sus olores o dicho de otro modo, como una gota de perfume pude condensar la historia del siglo XX.

Karl Schlögel relata cómo los dos perfumes nacieron de la misma base: un perfume creado para conmemorar el tercer centenario de la dinastía Románov y para homenajear a la emperatriz Catalina II. Ernest Beaux y August Michel eran dos perfumistas que trabajaban en Moscú. Ernest Beaux era en 1916 perfumista jefe de la empresa proveedora de los zares Alphonse Rallet & Co. Después de la revolución se instaló en Francia. Antes, en 1913, para conmemorar los trescientos años de la dinastía Romanov había creado para la emperatriz Catalina II el Bouquet Préféré de l’Impératrice. Ernest Beaux huyó a Francia tras la revolución y en 1920 conoció a Coco Chanel a la que le presentó una serie de diez fragancias; de ellas, Coco Chanel eligió la número 5 para su perfume. Nacía así Chanel Nº5. Paralelamente el otro gran perfumista, August Michel, decidió permanecer en Rusia tras la revolución donde desarrolló la industria del perfume de la Unión Soviética.

Imagen del perfume 'Moscú rojo'

Imagen del perfume 'Moscú rojo' / L.O.

En 1925, con el país ya en calma, August Michel presentó su gran creación Krásnaia Moskvá o Moscú Rojo, la leyenda de la perfumería rusa. Aunque apareció en 1925, Moscú Rojo fue creado en 1913, el mismo año en que Beaux creó el Bouquet de l’Impératrice. Michel, que había trabajado en las dos fábricas de perfúmenes más importantes de Rusia, conocía bien las fórmulas empleadas por Ernest Beaux para crear su perfume el Bouquet de l’Impératrice .

Todo indica, según señala Karl Schlögel en su libro, que entre 1912 y 1913 aparecieron dos perfumes idénticos o muy similares en Moscú: el Bouquet de l’Impératrice y el Krásnaia Moskvá (Moscú Rojo) que fueron, por así decir, el padre y la madre de Chanel Nº 5.

Fue lo que el diseñador Karl Lagerfeld denominó la «conexión rusa», que luego permitió crear el Chanel nº5, pues partió de una doble creación originariamente rusa para añadirle otros elementos que lo hicieron único.

Esos otros elementos son los llamados aldehídos. Por primera vez el honorable arte de la perfumería, basado en las flores, la jabonería y la alquimia se dejó seducir por la industria y la química, incorporando los aldehídos, unas moléculas de átomo de oxígenos, hidrógeno y carbono que, bien sintetizadas por los químicos en el laboratorio, son capaces de generar una serie muy variada de olores, además de intensificar los aromas de un perfume. Su utilización permitió crear una familia de fragancias totalmente nueva en el mundo de la perfumería. Desde entonces los aldehídos son igual de importantes que las flores en la elaboración de un perfume.

Schlögel cuenta también cómo Rusia era una gran potencia perfumista antes de la revolución; eran empresas altamente especializadas en manos extranjeras, especialmente francesas, aunque bajo el control de los Romanov. Luego la revolución expropió a las grandes empresas de perfumería de los Romanov, como Brokar y Rallet (donde había trabajado Ernest Beaux ). Eran empresas que competían por el enorme mercado euroasiático. Entonces Rusia vivía su época dorada de la perfumería y era una potencia mundial en el terreno de la creación de perfumes y productos cosméticos. En el caso de la Brokar, uno de los especialistas, que continuó tras la revolución, era Auguste Ippolítovich Michel, que consiguió salvar las fórmulas para la composición de los perfumes.

Si Chanel nº5 está unido a la figura de Coco Chanel, que le puso nombre, la de Moscú Rojo y su expansión está unida a otra mujer bastante menos conocida, pero de gran interés. Es Polina Zhemchúzhina-Mólotova, la mujer de Viacheslav Mólotov, el ministro de Asuntos Exteriores y el segundo hombre más poderoso de la URSS tras Stalin. Polina alcanzó los más altos puestos en la gestión de la industria cosmética soviética y desde ahí impulsó a lo más alto a la industria de la perfumería del país. Ser la esposa de alguien tan poderoso como Molotov no le libró de la purga de Stalin. Su origen judío sirvió de pretexto para acusarla falsamente de espiar para Israel y colaboración con los sionistas. Fue condenada a un destierro de cinco años en un campo de trabajo.

El aroma de los imperios

Autor: Karl Schlögel

Editorial: Acantilado

Traducción: Francisco Uzcanga Meinecke

Precio: 20,00 €