Oleksandr Usyk es ahora histórico. El ucraniano vence por decisión dividida a Tyson Fury y consigue ser el primer campeón indiscutido de peso pesado del siglo XXI. Desde la proeza de Lennox Lewis en el año 1999, la división mayor del pugilismo carecía de un monarca con dicho distintivo. Ahora, en la nueva era de los cuatro cinturones, el púgil de Simferópol escribe su rúbrica en el libro histórico de las más grandes proezas del boxeo internacional.
Arabia Saudí vibra con los himnos. Nadie alza la voz para proclamar tierra alguna porque el público está más dividido que nunca. La pelea, de un calibre nunca antes visto en el presente siglo, mantiene a todo el tendido con los ojos fijos en el tapiz del cuadrilátero. El primer episodio brinda un escenario en el que el ucraniano intenta trabajar la zona hepática de Fury mientras el inglés intenta mantener la ofensiva lejos de su alcance con su larga envergadura. Termina por rematar el round con grandes manos Usyk a la zona superior del Rey Gitano para asegurar el baile entre sus intereses de cara a los jueces.
La incomodidad de Tyson Fury en los primeros compases de la contienda resalta sobre la actividad que propone el rival. Usyk continúa con el plan trazado: presión y golpeo al cuerpo. Sin embargo, el inglés comienza a lanzar largas combinaciones que convierten la tarea en algo más complicado. El cierre del primer episodio tiene a Oleksandr Usyk como gladiador dominante.
El ucraniano confía en la fórmula ganadora y comienza el segundo y el tercer asalto con el imparable castigo hacia la zona hepática de Tyson Fury. Sin embargo, el inglés logra descifrar la hoja de ruta del ucraniano y mantiene fuera de peligro las manos del rival con largos jabs de izquierdas que, sin terminar de impactar, hacen retroceder a su oponente. El Rey Gitano logra finalizar los tres primeros episodios en mejor condición física.
En la llegada del cuarto round, Derrick James avisa a Fury de que debe trabajar más el cuerpo de Oleksandr Usyk y son sus primeros golpes en el asalto. Comienza con más compás el inglés, que aterriza sus golpes sobre la guardia del rival moviendo al ucraniano debido al peso de sus puños. La seguridad de Tyson Fury pesa sobre los intentos de Usyk de penetrar una guardia que, en cuestión de minutos, ahora es inquebrantable. El inglés calcula los espacios con mayor precisión y su confianza crece ante la incesante presencia del ucraniano en la guardia corta.
Pivota Fury al incio del quinto como un bailarín sobre el hielo ante un Usyk mucho más tímido. El público echa de menos la actividad de Tyson, pese a que los escasos golpes que logra lanzar caen con mayor claridad que los del ucraniano. El inglés logra trazar una barrera infranqueable alrededor de la presión de Usyk, que atrás deja ya los certeros golpes a la zona hepática de Fury. Quinto round de recreo para Fury, que acaba en su bolsillo para el beneficio de sus intereses.
La pelea llega a un ecuador en tierra de ninguno. Máxima igualdad ante el resurgir del Rey Gitano y el bajón del boxeador ucraniano, en un round en el que Fury es ahora dueño y señor del centro del cuadrilátero, que reclama con dos tremendos uppercuts de derechas que hacen tambalear a Usyk. El inglés avisa, mientras el ucraniano todavía sigue atascado en el puzzle que Tyson muestra sobre la mesa. Primer round de mayor actividad del monarca británico, que frustra los planes de Oleksandr Usyk.
El enfado es abismal en la esquina de Usyk, que sale al octavo con un ligero corte en su ceja derecha. La esquina exige presión y dureza en sus golpes, y el ucraniano cumple. Impacta con grandes jabs de izquierdas el rostro de Fury, y se atreve con largas combinaciones que impactan en el inglés ante la sonrisa del Rey Gitano, símbolo inequívoco de que siente los golpes de Oleksandr Usyk. La certificación del empate por parte del ucraniano en la puntuación del combate aterriza ahora con un golpe de derechas certero hacia la nariz de Tyson Fury, que comienza a sangrar.
Noveno asalto con una incógnita que inunda al público: ¿Será el físico de Fury el responsable de la victoria de Usyk? El ucraniano, pese a haber recibido golpes más certeros, luce más fresco ante el púgil inglés, que busca disipar la confianza de su rival con el uppercut de derechas que tantos problemas provocó, pero que el retador ha logrado descifrar. Sin embargo, Oleksandr Usyk saca valor de su infinito depósito y logra conmover a Tyson Fury, cuyos ojos dan vueltas como ruletas de casino. El árbitro comienza a contar ante la inestabilidad del inglés, a quien salva la campana tras bailar casi inconsciente por el cuadrilátero. Un round decisivo para los intereses de Usyk, que llega a las rondas de campeonato como favorito.
Los jueces dan la decisión dividida a un Oleksandr Usyk que luce incrédulo bajo los focos del Kingdom Arena. El peso pesado hace historia en un momento en el que su país pasa por el momento más difícil de su historia. Sus brazos sostienen un oro glorioso que el panorama boxístico no veía desde la proeza de Lennox Lewis en el siglo anterior, y el llanto conquista el agradecido semblante del nuevo monarca. Arabia Saudí acoge un nuevo capítulo en el libro de historia del pugilismo internacional, con Usyk como innegable protagonista.
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