Olek Usyk es el más grande: logra su segundo indiscutido ante Fury | Relevo
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Olek Usyk es el más grande: logra su segundo indiscutido ante Fury

El ucraniano se convierte en el primer boxeador que reúne los cuatro títulos del pesado pesado. Ganó a Fury en un combate cerrado en el que tuvo que sufrir.

Olek Usyk golpea a Tyson Fury durante su combate en Arabia Saudí./Reuters
Olek Usyk golpea a Tyson Fury durante su combate en Arabia Saudí. Reuters
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

Tyson Fury empezó a deambular de un lado a otro del ring en el noveno asalto. Estaba KO. No sabía lo que hacía, subsistía por puro instinto. Olek Usyk le había cazado y el combate para conocer al primer indiscutido (poseedor de los Mundiales de los cuatro organismos que regulan el boxeo) del peso pesado había cambiado. El inglés, de 35 años, estaba mejor... pero al ucraniano le dieron las claves de la corrección que debía hacer en el minuto de descanso y fue capaz de ejecutarlo.

Usyk, a sus 37 años, se ha ganado, por mérito propio, ser uno de los mejores de la historia. Es oro olímpico (2012) y ha logrado reunir los cuatro títulos de un mismo peso en el crucero y en el peso pesado. Únicamente Claressa Shields le supera al contar en su currículum con dos oros olímpicos y dos indiscutidos. El hito de Usyk tiene mucho mérito, ya que es el primero en la era de los cuatro cinturones que consigue ser el único campeón del pesado, una de las divisiones reinas históricamente.

Arabia Saudí puso el dinero necesario para que uno de los combates más esperados del siglo fuese posible. Costó, pero este sábado se dieron cita en el ring Tyson Fury, monarca WBC, y Olek Usyk, campeón WBA, IBF y WBO. El inglés vende más y por ello estaba el primero en todos los carteles. Nada importó al ucraniano. Cedió dinero, honor... quería la pelea para demostrar quién es mejor. Usyk es mejor y lo demostró ganando por decisión dividida (115-112, 113-114 y 114-113). La pelea no defraudó a nadie.

Usyk es un seguro de vida. Salió serio, mucho más que Fury, y le ganó los tres primeros asaltos. Tomó rápido el tiempo de la pelea, pero desde el cuarto el inglés reaccionó. Metió movilidad y sobre todo ritmo. Había una gran diferencia de tamaño (17 kilos) y fue clave. El inglés empezó a dominar con claridad. Cada vez que Usyk entraba le recibía con dureza. Poco a poco le fue mellando. El rostro del ucraniano lo mostraba, pero también su tono postural. Olek se tambaleó en el sexto asalto. Lo pasó realmente mal.

En el octavo empezó a encontrar de nuevo su boxeo. Llegó con varias manos y en el noveno cambió el rumbo del combate. Con un uno-dos puso a dormir de pie a Fury. Las cuerdas y la permisividad del árbitro no permitieron la cuenta rápida, pero llegó. La campana salvó a Fury, pero el final del combate fue del ucraniano. Aún así, nadie se recupera tan bien de las caídas como el británico. El round final fue apretadísimo, como el resto de la pelea. Los jueces, esta vez sí, impartieron justicia. No hubo nada raro y en una pelea igualada ganó quien más hizo. La revancha está firmada por contrato y los dos la aceptaron públicamente, pero es futuro y ahora el nuevo campeón quiere disfrutar el presente. Ha hecho historia. Muhammad Ali siempre será The Greatest por lo que su figura significó, pero sin duda, Olek Usyk puede decir con la boca llena que también es el más grande.