Richard Blair, hijo de George Orwell: "La guerra es un 90% de aburrimiento y un 10% de terror"
El patrono de la Orwell Society inaugura en la Reial Acadèmia de Ciències i Arts de Barcelona una placa en honor a su padre, que pasó tres noches en la azotea del edificio vigilando la sede del POUM en la Guerra Civil
Cuando la censura franquista sacó la tijera contra el sexo en '1984' de Orwell
'1984', la distopía de referencia nunca muere
Ramón Vendrell
Periodista
Richard Blair, hijo de George Orwell y patrono de la Orwell Society, asiste este miércoles a la inauguración de una placa dedicada por Barcelona al autor de 'Sin blanca en París y Londres' en el vestíbulo de la Reial Acadèmia de Ciències i Arts de Barcelona (la Rambla, 115). Orwell conoció bastante bien la azotea del edificio modernista de Josep Domènech i Estapà. No en balde paso en ella tres noches durante los 'Fets de Maig' de 1937. Su misión como miliciano del Partit Obrer d'Unificació Marxista (POUM) era vigilar la sede de la formación, que estaba enfrente, donde ahora está el Hotel Rivoli Rambla (cómo no).
"Para él fueron tres noches muy aburridas -dice Blair-. No pasó nada, pero supongo que había que estar allí porque las distintas facciones republicanas estaban combatiendo entre ellas. Se sentaba ahí arriba y a ratos leía. Probablemente lo más emocionante era bajar por la escalera con el rifle oculto en una pernera del pantalón, como si tal cosa. Era alto, tenía las piernas largas, y el arma le cabía en la pernera. La guerra es sobre todo aburrimiento".
Y terror, ¿no? "90% de aburrimiento y 10% de terror".
Edificio dedicado
Quien ordenó a Orwell vigilar desde el tejado de la Reial Acadèmia de Ciències i Arts de Barcelona fue su comandante, Georges Kopp. Precisamente su hijo Quentin, presidente de la Orwell Society, acompaña a Blair. Cada dos años la entidad organiza una ruta por los lugares donde estuvo Orwell en la Guerra Civil. Blair y Kopp asistieron anoche al bautizo oficial del Orwell Building, parte de las instalaciones de la Benjamin Franklin International School, en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi. Allí convaleció el escritor de la herida de bala en el cuello que sufrió en el frente de Aragón. El inmueble fue durante la contienda el Sanatorio Maurín.
Un café en Huesca por fin
Blair y Kopp estarán el próximo domingo en la inauguración del monolito 'Orwell toma café en Huesca', obra de Javier Sauras. En la capital oscense, donde jamás estuvo Orwell. El título de la obra es una cita a 'Homenaje a Cataluña'. "Los generales y los oficiales republicanos bajo cuyas órdenes combatió mi padre en Aragón siempre estaban diciendo: 'Mañana tomaremos café en Huesca' -explica Blair-. Nunca ocurrió". Ahora ocurrirá. "Quizá nos tomaremos un whisky también", dice Blair. La iniciativa ciudadana para realizar e instalar 'Orwell toma café en Huesca' ha recorrido un camino largo y difícil. Blair tiene dos palabras para los impulsores: "Muchas gracias".
Pop oscuro
'1984' nunca pasa de moda. Quizá sea la novela más pop de todas las novelas, aunque sin la connotacion radiante de la expresión sino lo contrario. "La novela es una advertencia sobre lo que puede pasar si dejas que te controlen -señala Blair-. Siempre estará de moda porque desde tiempo inmemorial el hombre ha intentado controlar al hombre, y así seguirá siendo. '1984' plantea: detente, digiere y entiende qué puede pasar si dejas que controlen tu vida".
En tiempos de Orwell la amenaza controladora se ceñía al totalitarismo político, un impulso al que no le va nada mal en la actualidad. Y al que se ha sumado, considera Blair, otro impulso totalitarista. "Las corporaciones tecnológicas han acumulado tanta información sobre nosotros que disputan a los gobiernos su rol tradicional de control de la gente", indica.
Estalinismo y voluntarios
Blair destila el 'Homenaje a Cataluña' de su padre en dos bloques. Por un lado, el "naíf" Orwell cayó del guindo revolucionario ante las barrabasadas estalinistas. Por otro lado, quedó "admirado por los voluntarios que lucharon por los oprimidos".
George Orwell, seudónimo de Eric Arthur Blair (1903-1950), y su esposa Eileen, de soltera O'Shaughnessy (1905-1945), adoptaron a Richard Blair en 1944.
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