[Crónica] Future Islands (Madrid, 12/05/24) | AltaFidelidad.org
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[Crónica] Future Islands (Madrid, 12/05/24)

People Who Aren’t There Anymore es el tercer álbum de la banda Future Islands, tras The Far Field (2017) y As Long as You Are (2020), y se trata de una grabación más introspectiva, como sugiere el título. Esto no significa que, en consecuencia, el directo de la formación haya perdido fuelle y la intensidad de años anteriores, sino más bien que su protagonista, Samuel Herring, nos plantea ahora más dudas ante su público, como un Hamlet circunspecto durante una obra de teatro. Si hay algún defecto, el nuevo álbum no supone un gran salto hacia adelante, con un modelo difícil de mejorar o perfeccionar, principalmente porque funciona muy bien. Y si algo da resultados, para qué cambiar. En la Sala Riviera, Herring se destacaba al frente y en el centro del escenario con el resto de la banda (el teclista Gerrit Welmers, el bajista William Cashion y el percusionista Michael Lowry), todos con camisas oscuras y en un escenario minimalista con despliegue de luces simplista pero en constante cambio.

Su voz es la verdadera protagonista del espectáculo, una voz de barítono profunda, intensa que es la que mide los tiempos y las intensidades frente al hieratismo de sus compañeros, todos desesmesurados en sus ademanes, uno por exceso, los otros por defecto. Comienzo tranquilo con The Sickness, para alzar el vuelo con King of Sweden, Seasons (Waiting on You), The Tower– esta una de las más coreadas – y Plastic Beach. Apenas en la tercera canción se podían ver ya derramarse las gotas de sudor que cubrían el rostro de Herring, que no paraba de moverse de un lado a otro de escenario como si quisiera dirigirse a todos y cada uno de los que estaban en la sala.

Resulta, en particular, fascinante su forma de explicar previamente cada una de las canciones, y mucho más sus movimientos de baile casi contorsionados y su voz gutural ocasional, cual poseído, que expone sus influencias del punk rock y el heavy metal. En La Riviera fueron mejor recibidas -normalmente suele ser lo contrario- las canciones del último disco: Give Me the Ghost Back, Iris o The Thief, con la novedad de Swept Inside en su setlist, canción de su segundo álbum In Evening Air que la banda no interpretaba desde 2015, para el lucimiento de su bajista William Cashion. En cada canción Herring- siempre y en todo momento con una generosa sonrisa- se golpeaba el pecho, se rasgaba la camisa y la garganta o echaba hacia atrás la cabeza con efectos melodramáticos, especialmente con A Dream of You and Me, una canción favorecida por su ritmo adictivo que parece haber sampleado el Teardrops de Womack & Womack. En su actuación en Madrid, sin embargo, el cuarteto parecía más proclive a reivindicar sus primeros pasos como formación post punk que de synthpop épico: Long Flight, Tin Man o Vireo’s Eye, esta último en los bises para cerrar con una de sus canciones más personales, Little Dreamer, balada que cerraba su debut Wave Like Home y que hizo derramar lágrimas al cantante. Samuel T. Herring exorciza el dolor de sus tumultuosas relaciones mostrando franqueza, enfrentando viejos fantasmas pero permitiendo nuevos destellos de esperanza, un cúmulo de emociones que transmite en vivo aún con más sinceridad y vehemencia.

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